20/09/2012
Imagen de dominio público. |
Los gánsteres se citaron con el criminal en los viejos almacenes portuarios. No había nadie más para proteger a Pedro y Pablo; los agentes que enviaron en secreto, fueron asesinados. Ahora, la leyenda de los criminales era todo oído ante la propuesta.
—Hemos decidido llamarte antes de que alguien te contratase y te pusiese en nuestra contra.
—Te daremos una gran suma de dinero porque nos protejas de nuestros enemigos.
Sobre la mesa, uno de los padrinos abrió el maletín. Estaba lleno de billetes.
—Bien, voy a ser equitativo– replicó el hombre que aniquiló toda una ciudad para pasar una tarde aburrida de sábado.
Y lo fue.
Una bala para cada uno. En la cabeza. Justo en el mismo lugar.
Cogió el dinero y se marchó.
Ya le habían contratado antes para acabar con aquella gentuza.
Fue un enemigo más de esos imbéciles.
Fue él mismo.
Cuestión de negocios.
Increible microrrelato. Me ha encantado.
ResponderEliminarHola, Pedro
EliminarGracias. Me va a sentar bien tener tiempo para pensar mientras voy a clase xD
Gracias por tu comentario.