Críticas de series: Juego de Tronos (segunda temporada), la caída de los Siete Reinos

Esta crítica fue publicada el 23 de agosto de 2012. Ahora, la actualizo tras un nuevo visionado de la segunda temporada (y ya van unos cuantos...). Espero que os guste.  

Crítica de la segunda temporada de Juego de Tronos. Fuente.

“Los dioses no tienen piedad, por eso son dioses”.
CERSEI.

La primera temporada de Juego de tronos concluye con Daenerys y el nacimiento de sus tres dragones. La segunda temporada concluye con los Caminantes Blancos, surcando un frío desierto, en busca del Muro. Fuego y hielo, los dos elementos principales de la obra de George R. R. Martin: Canción de hielo y fuego aparecen en sus desenlaces, pero es solo el principio.
 
La guerra por el Trono de Hierro de Poniente ha comenzado y muchos serán sus protagonistas, héroes y villanos, triunfadores y caídos. La introducción del mapa de Juego de Tronos ha crecido, Poniente (y más allá) incluye las nuevas tierras y los Siete Reinos que tienen mucho que decidir en la contienda. A su vez, la serie también ha aumentado en fama y reconocimiento, en presupuesto y nivel argumental, desde su primera temporada. Continúa, pero aún así, no ha perdido parte de su encanto, pese a, vista a distancia, ser más una temporada de transición (al final de la primera, nos prometía cosas que ocurrirán mucho más tarde; al final de la segunda, repetirán la misma estrategia).

Daenerys tendrá que buscar nuevos aliados. Fuente.

Lucha por una corona

A la segunda temporada temporada de Juego de tronos le ocurre que, al tener tantos personajes nuevos y subtramas, los arcos de los personajes principales evolucionan más lentamente. Cada episodio queda troceado por las diferentes subtramas. Las historias de los personajes, por así decirlo, son más cortas y, si se junta el metraje de algunos personajes, no llegan a una hora en toda la temporada. ¿Es esto malo? No, como historia río que es, Martin separa a los personajes, da pie a nuevos y crea sus propias historias que van confluyendo despacio. A nivel de la serie, los creadores tuvieron que cortar varias líneas de los siguientes libros al sentir que se perdía el marco de referencia de los personajes principales.

Tenemos la trama bélica de Robb Stark, intentando asumir su papel como el Rey del Norte y vengarse de los Lannister. Ha logrado varias victorias, pero tiene que continuar con su lucha y ganarse el respeto de sus hombres, mientras el peso del orgullo, el honor y el deber recae sobre sus jóvenes hombros. Su madre, Catelyn Stark, ocupa el puesto de consejera, pero tomará sus propias decisiones, algunas bastante dudosas, con tal de recuperar a sus hijas. Mientras, los Stark, que mantienen preso a Jaime Lannister, avanzan en la búsqueda de la liberación de Sansa y, supuestamente, Arya, cautivas en Desembarco del Rey. La matriarca de los Stark apuesta por unir las fuerzas con Renly Baratheon, hermano del difunto rey Robert, quien cuenta con el apoyo de los Tyrell (con su prometida, Margaery, y Loras, hermano de la joven y amante del monarca, a la cabeza), pero que deberá hacer frente a Stannis Baratheon, el legítimo rey y hermano de mayor de Renly, quien cuenta con el apoyo de la sacerdotisa roja Melisandre y el caballero de baja cuna, sir Davos. En este punto, Robb demuestra su humanidad enamorándose de una sanadora, Talissa. Y de esa humanidad, nacerá su gran error.
En Invernalia, acompañado del maestre Luwin, Rickon y Hodor, Bran cuida del reino mientras tiene visiones en las que es su lobo o ve un cuervo de tres ojos. Osha, la salvaje, le advierte sobre sus augurios y la llegada del extraño cometa rojo. Sobre lo que nadie les puede advertir es sobre el cambio que ha experimentado Theon Greyjoy al visitar las Islas del Hierro y decidir traicionar a los Stark. Será así cómo él tome Invernalia y se convierte en su "príncipe", destrozando todo lo que pudo ser y corrompiéndose de la forma más absoluta, con tal de demostrar que es un hombre de hierro, digno de tomar el poder que ostenta su padre, Balon, y su hermana Yara (Asha en los libros). Aquí veremos cómo Theon protagoniza su propio descenso a los infiernos, mientras Bran debe emprender su propio camino y sufrirá el cruel destino de los Stark.
Mientras Robb y Stannis avanzan, los Lannister se preparan para defender Desembarco del Rey. El rey Joffrey sigue abusando de Sansa a través de sus soldados (salvo el Perro) y él mismo, a la vez que demuestra ser despótico con los habitantes de la ciudad, lo que le hace ganarse multitud de enemigos en un pueblo que pasa hambre y está asolado por la inminente guerra. Su madre, Cersei, sabe que está perdiendo el control sobre su hijo. En medio de las intrigas del consejo, con Varys, Pycelle y Meñique, aparece la nueva Mano del Rey, a falta de que se presente Tywin Lannister, ¿quién será? Nada más y nada menos que nuestro Tyrion, que ha incumplido la promesa de no llevar a Shae, su amante, a la corte, y que viene acompañado de sus salvajes y de Bronn, su asesino personal. Será Tyrion el que intente controlar a Joffrey, pero también defender la ciudad cuando se acerca su hora más oscura y todo eso pese a que los habitantes de la ciudad lo consideran un monstruo. Esta es una de las tramas más entretenidas y adictivas de la segunda temporada, a la que el compositor de la banda sonora Ramin Djawadi presenta una música ue versiona varias veces las lluvias de Castamere que serán tan cruciales en la siguiente temporada. Pese a que Tyrion se proponga hacer el bien para el pueblo, como también lo busca Varys, siempre será considerado un monstruo.
Pese a lo que creen los Stark, Arya no está en Desembarco del Rey, sino que ha huido haciéndose pasar por un niño varón que debe unirse a la Guardia de la Noche. Arry, que es así como se hace llamar en medio de tan "insigne" compañía, se verá rodeada de Pastel Caliente y Gendry (o Toro). No obstante, por azares del destino, acabará en el apocalíptico Harrenhal, arrasado por los dragones de antaño, y donde, en medio del horror del gobierno de la Montaña, se convertirá en copera del mismísimo Tywin Lannister. Gracias a una buena acción inesperada, Arya logra contar con Jaquen H'ghar, un misterioso asesino que le promete matar a tres personas que Arya decida para quedar en paz con ella tras que la niña lo salve. Para mí, es una historia más clásica, que se abraza a una fantasía oscura que la convierte en una de mis tramas favoritas.
Más Allá del Muro, Jon y sus compañeros de la Guardia de la Noche emprenden la búsqueda de Benjen Stark. Tras un desencuentro con el vil Craster (de cuya hija y "amante" Gilly se enamorará el bueno de Sam), se topan con Qhorin Mediamano y un grupo de salvajes. Jon se perderá junto a la salvaje que tenía que custodiar, Ygritte, una mujer del Pueblo Libre que pondrá a Jon contra las cuerdas al hacerle comprender lo estúpido del juramento de la Guardia de la Noche. Gracias a ella, Jon empieza a evolucionar y comprender varios aspectos que ya se habían presentado con las charlas con Jeor Mormont o el maestre Aemon: el deber es la muerte del amor y viceversa.
Atravesando el Mar Angosto, la khaleesi Daenerys ha perdido a parte de los suyos tras la muerte de su esposo. Al final de la anterior temporada, jugaban con la idea de su avance hacia Poniente inmediato, pero no, eso tardaría en llegar hasta el final de la sexta temporada. Pese a resurgir de sus cenizas y tener ahora a tres pequeños dragones, la heredera del Trono de Hierro no cuenta con el apoyo de nadie. Cruza el desierto a duras penas hasta llegar a la ciudad de Qarth, gobernada por trece señores, la mayoría comerciantes, que se niegan a darle los barcos y el ejército que necesita para apoderarse de los Siete Reinos. Será en esta ciudad, junto a sus últimos dothrakis y sir Jorah, donde Daenerys luchará contra sus mayores miedos y aceptará su destino, siendo casi un epílogo de lo acontecido al final del primer libro. Daenerys lo ha perdido todo, ahora le toca aceptar que no volverá a encontrarse con Khal Drogo ni su bebé no nato hasta que cumpla con su meta.
Los Caminantes Blancos regresan al final del último capítulo, prometiendo una inminente guerra. Fuente.

 En líneas generales, pese a que los directores cumplen con su cometido (se echa en falta algún momento de mayor lirismo o búsqueda de algo diferente), el reparto continúa siendo bastante bueno (no hay un solo protagonista, sino que es un protagonismo coral). Hay alguna incorporación interesante como la guerrera Yara Greyjoy (Gemma Whelan), la sacerdotisa Melisandre (Carice van Houten), la sanadora Talisa (Oona Chaplin), la valiente "caballera" Brienne de Tarth (Gwendoline Christie), el oscuro Roose Bolton (Michael McEhatton), la salvaje Ygritte (Rose Leslie) o, sobre todo, el brutal candidato a rey: Stannis Baratheon (Stephen Dillane). A su vez, deslumbran de nuevo actores como Peter Dinklage encarnando a Tyrion Lannister y Jerome Flynn como su “montazaz” Bronn (Jerome Flynn).  Añadir que Lena Headey, que da vida a Cersei, no tiene nada que envidiar a Dinklage y se convierte en una actriz a reivindicar gracias a su mala malísima. Por el camino, tenemos a intérpretes como Jack Gleeson, el despótico (y hostiable) rey Joffrey, o Arya (Maisie Williams), la rebelde cría que acabará sirviendo a Tywin Lannister (un excelente Charles Dance).
Más relegada queda Daenerys (interpretada por Emilia Clarke), cuya trama avanza un poco a tropicones en Qarth, o un Jon Nieve (Kit Harington) que parece más irrelevante, salvo los puntos finales de su historia que entrelazan con el resto: la guerra ya está dentro de los terrenos del Muro, pero fuera se está aproximando. Por otra parte, hay caracteres como Robb Stark (Richard Madden), que parece que iba a ser más importante y luego su romance roba la mayoría de las escenas.
Lo mejor de la serie en esta temporada era sus momentos y frases que son simplemente excelentes, en esta segunda temporada hay menos de esos “momentazos”. Se echa en falta más personajes como Jaqen H´ghar (Tom Wlaschiha, ese asesino que tiene que dar muertes a su dios rojo), por ejemplo, que resulten misteriosos y llamativos para el espectador.

El despreciable rey Joffrey. Fuente.

“Aquí todos somos embusteros”

Esta frase dicha por el odioso Meñique (Aidan Gillen), refleja bastante bien la trama de estos personajes que no saben vivir en paz y que tienen que buscar la lucha y el mal como adicción. La traición brilla con fuerza durante toda esta segunda temporada, resultando alguna inesperada (la recibida en Qarth) y otra dolorosa (la historia de Theon no es más que la de un fracasado, incapaz de aceptar quien es). Como se habrá visto por el resumen de las tramas, debemos reconocer que no es fácil mantener el equilibrio de tantos hechos, personajes, aventuras y desventuras, pero, aunque no todas las tramas avanzan como debería, el balance es bastante positivo por cómo nos permite sumergirnos en las historias creadas por George R. R. Martin y los creadores de la serie David Benioff y Dan Weiss.
Si ya en la primera temporada lo percibíamos, en esta segunda está más claro: el trono es un elemento corruptor, como si fuera el Anillo Único de Tolkien. Todos aquellos que desean ocuparlo, harán lo que sea para lograrlo: traicionarán, derramarán sangre, se convertirán en monstruos. Eso lo convierte en el principal motor de la serie. Todos son personajes con muchas sombras, incluso los más buenos acaban cayendo o están a punto de caer (más o menos lo que le pasa a Jon Nieve). Los cínicos quieren que los que no lo son aún, lo sean (véase cómo Cersei intenta “convertir” a la pequeña Sansa, interpretada por Sophie Turner).
Si algo caracteriza a las primeras temporadas de Juego de tronos, aparte de su fidelidad a los libros, es su ambición, su deseo de presentarnos Poniente y su forma de que nos sumerjamos en la gran construcción de su mundo, pero lo que nos hace seguir interesándonos son las pasiones humanas que mueven a sus personajes y son pasiones muy oscuras, dignas de la tragedia clásica inglesa. Juego de tronos es una historia de intrigas, tensión, sexo, maldad, violencia, muerte… Donde se nos refleja un mundo tenebroso y terrible, donde mantenerse bueno y honesto sirve para que te corten la cabeza y la pongan en una pica (aunque ser lo contrario tampoco te ayuda a sobrevivir).
Nuevamente, los elementos fantásticos aparecen tenuemente falso al sucio realismo. Salvando los magos y la vidente de Qarth, la sombra nacida de Melisandre y la amenaza de los Otros, la segunda temporada prosigue con un viaje centrado en mostrarnos un mundo en decadencia. Muchos aficionados a la obra de Martin han concluido que la magia de Poniente proviene de los dragones y su extinción (marchitos en sus últimos días) hizo que los antiguos poderes se desvaneciesen, pero ahora Daenerys avanza con tres dragones, la magia parece haber vuelto y el invierno se acerca.

La vida en Poniente

Vista a distancia y tras revisitarla en varias ocasiones, la segunda temporada de Juego de Tronos es una transición que aumenta lo ya visto en la serie y que da pie a los nuevos aspectos que se tocarán en la tercera. Puede que sea sobre la que más pese esa sensación de ser una "segunda parte". Continúa teniendo sexo, desnudos, violencia y gore, palabras malsonantes o momentos soeces (cierto encuentro en el prostíbulo, con Meñique limpiando la boca de su prostituta), rozando en algún momento lo más escatológico del grimdark, pero, al menos, no se ha sacrificado la humanidad de sus personajes, que es lo que realmente engancha de la serie.
Aunque en su día consideré que esta segunda temporada era inferior a la primera y que pecaba de ser cansina en algunos puntos, ahora debo matizar que es una digna continuación, aunque eche más en falta aquellas largas conversaciones de la primera temporada, con las cuales se intentaba compensar que no se contase con el presupuesto deseado y hubiese que cortar escenas más largas e "inventar" conversaciones para alargar los capítulos.
El presupuesto, pese a que ha crecido, sigue teniendo problemas a la hora de los extras. Estamos ante una serie, con lo que eso conlleva, pese a los esfuerzos de HBO. Es bien sabido que en la serie, por ejemplo, solo se contaba con un barco... y en un aparcamiento. Por ejemplo, en Invernalia parece que viven los Stark y unos veinte más (por mucho que se haya marchado un ejército, debería haber más campesinado cerca del castillo que en las panorámicas es tan grande, ¿no?). No obstante, cuando se toman parajes como Dubrovnik para recrear Desembarco del Rey o se usan los escenarios de Finlandia se consigue dar más vida a los Siete Reinos y lo que hay más allá del Mar Angosto o el Muro.
Jon emprenderá el camino más allá del Muro. Fuente.

Todo eso pese a contar con el supuesto episodio más caro de la historia de la televisión, el noveno, dirigido por el realizador Neil Marshall y escrito por George R. R. Martin, donde se recrea una gran batalla (en la que suele haber mucho plano corto para que no se vea que no hay tanto combatiente como hace parecer la pantalla verde). La primera vez que vi el episodio de Aguasnegras me pareció enorme, las siguientes veces que lo he visto debo reconocer que supone un hito. Pese a que se adaptan ciertos temas de la batalla (como no incluir la cadena gigante que aparece en los libros e impide retroceder a los barcos), la fotografía (con el fuego valyrio) y el buen pulso de Marshall hacen del episodio de Aguasnegras todo un hito de la historia de la televisión.
Pese a eso, se agradece el esfuerzo y mimo (los huargos están creados ahora por ordenador y -casi no dan el cante-, usando la estrategia al estilo Tiburón, para no tener que mostrar tanto-), se sigue notando el empeño de recrear Poniente en el vestuario y la ambientación de este sucio mundo medieval donde la magia es muy poca, tan escasa como la esperanza.. 
Eso sí, se nota que el ritmo (que peca de ser muy lento en algún capítulo) se acelera en alguna parte y faltan cosas (como Theon Greyjoy tomó con tan facilidad Invernalia, ¿qué pasó con la tropa del bastardo que iría contra él?...). Aún así, sigue entendiéndose para el público no lector de esta obra.
El final de la segunda temporada de Juego de Tronos deja con ganas de más, encaminándose hacia la tercera y cuarta temporada, que cuentan con algunos de los mejores episodios de la serie. La Boda Roja, el ataque al Muro, la unión de improbables personajes, la extraña alianza entre el hielo y fuego todavía nos esperan. La canción no ha terminado.


“Lo que está muerto no puede morir”.
Theon Greyjoy.

4 comentarios:

  1. Si la sombra hubiese empezado a matar gente en medio de la batalla hasta los hombres de Stannis se hubiesen asustado y no serviria de nada,y claro que llega el ejercito del bastardo que mandaron a por Theon,es justo lo que se ve al final,que aparte de matarlos arrasan Invernalia por motivos que se explicaran en la tercera temporada.
    Me parece que deberias haber comentando más el capitulo de la batalla que es de los mejores.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, anónimo

      Creo que si tienen fe en Melisandre ¿cómo no tener fe en una sombra que les puede ayudar a ganar la guerra? La cuestión es que supongo que tiene algo de control esa sombra, porque si no, ¿cómo demonios solamente mata al rey y no a Catelyn y Brienne?

      En cuanto a la parte del bastardo, espero que se explique mejor en esa tercera temporada.

      Sobre el capítulo de la batalla, está bien rodado y contado, pero le faltan batallas y momentos realmente épicos. Salvando el estallido de barcos y algún ataque de Tyrion, la cosa me parece que podría haber sido mejor. Eso sí, Cercei está genial en esas escenas.

      Gracias por tu comentario, un saludo.

      Eliminar
  2. Completamente de acuerdo, es mas de lo mismo, pero mas exagerado, llegando a veces a la autoparodia.
    Esta segunda temporada sigue brillando principalmente por las intrigas, las actuaciones, no se me ocurre nadie que vea que no lo hace bien, y los grandes personajes.
    Lo mejor de la temporada, sin duda, es la batalla épica del noveno episodio.
    P.D: yo entiendo que si no usó la sombra es porque está manipulando a Stannis, yo creo que la bruja lo quiere llevar por otros caminos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, superñoño

      Espero que la arreglen en la tercera o todo irá bastante mal, hay tramas que aportan cosas solo al final.

      Sí, es el mejor episodio, aunque le falte medios, está bien contado.

      A ver qué diantres hace Melisandre y qué demonios tiene en el útero xDDDDD

      Gracias por tu comentario.

      Eliminar

Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.

¡Muchas gracias por tu comentario!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Sobre el blog

Los textos pertenecen a Carlos J. Eguren salvo cita expresa de los autores (frases de libros, comentarios de artistas...), siempre identificados en el post. El diseño de la imagen de portada pertenece a Elsbeth Silsby.

Si deseas compartir un texto, ponte en contacto con nosotros para hablarlo. Si quieres citar un fragmento, incluye la autoría.

Muchas gracias.

Carlos J. Eguren. Con la tecnología de Blogger.