¡Larga vida al Imperio del Vampiro de Jay Kristoff!

El Imperio del Vampiro reseña
Hablamos de una de las joyas oscuras del fantástico: El Imperio del Vampiro de Jay Kristoff.

«Una vida sin libros es una vida no vivida», Jay Kristoff, El Imperio del Vampiro.

El vampiro es una criatura fascinante dentro del imaginario del terror. Forma parte ya de nuestro corpus fantástico y ha sido protagonista de multitud de grandes obras entre un océano de mediocridades.

Lord Ruthven, Drácula, Carmilla, Lestat… muchos son los hijos de la noche que han vagado por el paraje que lleva de la ficción a la realidad y han tomado nuestra sangre para conseguir la inmortalidad mediante grandes historias.

La literatura es un vampiro, como dijo un sabio, y cada autor que da años de su vida para escribir una novela de vampiros, en el fondo no deja de ser un sirviente de la oscuridad, un Renfield, que busca que su amo continué con vida. Y esto le ha ocurrido a Jay Kristoff con la excelente El Imperio del Vampiro.

La ficción vampírica

Llevo siendo un aficionado a la ficción vampírica desde que tenía quince años y he podido disfrutar de muchas obras, algunas mejores y otras peores, pero El Imperio del Vampiro ha sido un recordatorio de todo lo que me gustaba de estos seres. Es más, ya he regalado este libro a varias personas que sé que les gustará y no he parado de recomendarlo. Y ha sido como cuando recomendaba las novelas de Anne Rice, naufragaba en foros sobre juegos de rol de vampiros o escribía mis propias novelas sobre estas criaturas.

Cuando recomendamos libros, estamos intentando transmitir, contagiar, el poder de las ideas que este guarda, incluso cuando se habla sobre seres que nunca han existido, pero son más reales que muchos que sí.

Reseña-El-Imperio-del-Vampiro
Los personajes del Imperio del Vampiro son uno de los puntos fuertes de la novela. Por Bon Orthwick.

Crónica del vampiro

El Imperio del Vampiro arranca con el cautiverio de Gabriel de León, el último cazador de vampiros, y la crónica que un cronista noctívago se propone hacer de la vida de este personaje condenado a desaparecer, al igual que el protagonista de Soy leyenda de Richard Matheson (y no es el único guiño a esta novela, tenemos otro con la aparición fantasmagórica de un ser querido… y que nos recuerda también a la maravillosa El misterio de Salem’s Lot de Stephen King).

En ese punto, a regañadientes, Gabriel de León contará su juventud, pero también su vida adulta, e irá conectando ambas tramas a lo largo de toda esta noche en la que ambos personajes se convierten en seres fascinantes. Todo ello en un mundo donde brilla la Noche Eterna y un imperio creado por un maléfico chupasangre cuyos hijos han convertido a los seres humanos en ganado.

Crítica de El Imperio del Vampiro de Jay Kristoff, toda una joya dentro del género fantástico y de vampiros Share on X

Los homenajes del Imperio

Puede que la premisa no suene innovadora, pero es una premisa que funciona en todo momento. Jay Kristoff no siente vergüenza al abrazar todas las influencias que rodean su obra. Las evidentes son Entrevista con el vampiro y El nombre del viento, ya que tenemos a un cronista chupasangre entrevistando a un dhampyr caído en desgracia en un mundo fantástico.

Kristoff, como amante del rock y el heavy, no se conforma con hacer un cover sin alma: pronto también tenemos toques de The Witcher, el popular videojuego basado en la franquicia de Andrzej Sapkowski, con la juventud de su protagonista (convertido en un cazador), la franquicia de Castlevania e incluso Bloodborne con las vestimentas de nuestro protagonista.

Para todos los romeros, por supuesto, las castas de vampiros de este mundo están más cerca a los clanes de Vampiro: la Mascarada que a las casas de Juego de Tronos (aunque puede que algo haya también de estas en la obra de Kristoff).

Hablando de libros de fantasía, puede que la Bebeceniza, la espada tartamuda y quebrada de nuestro protagonista, esté inspirada en otras espadas parlanchinas, como la de Elric.

Astrid-El-Imperio-del-vampiro
Astrid, antigua monja y amada de Gabriel, y uno de los grandes personajes de la novela. Por Bon Orthwick.

El destino aciago

No podemos olvidar toques de partidas de rol (el grupo que se forma en uno de los arcos de la obra) o el aire apocalíptico de The Last of Us (incluyendo a una versión de Ellie) e incluso una subtrama sobre el Santo Gril al estilo El código Da Vinci que podría hacer descarrilar todo y que, curiosamente, funciona bien. Porque lejos del pastiche, Jay Kristoff consigue articular una historia interesante y, aunque plagada de elementos que suenan a ya conocidos, no dejan indiferente gracias al talento y la pasión del escritor australiano.

Insisto: cuando una obra lo contiene todo, desde batallas hasta sexo, pasando por entrenamiento, dilemas y docenas y docenas de personajes, es fácil que todo se vaya al garete. Solo hay que ver esos dos esperpentos realizados por Zack Snyder (Rebel Moon), pero, por fortuna, Kristoff no juega en esa liga, sino que sabe emplear su alquimia de tinta para darnos una buena historia.

Gabriel de León
El protagonista de nuestra obra, Gabriel de León, por el ilustrador Bon Orthwick.

Monstruos y villanos

Otro aspecto a destacar son los personajes de El Imperio del Vampiro. Como toda la obra, es un libro que encajará a la perfección con todos aquellos que en nuestra juventud nos pasamos horas y horas pensando en vampiros. Para otros, puede que los personajes sean bordes, oscuros o arrogantes, cuando en realidad son herederos atormentados de una transfiguración del antihéroe byroniano.

El romanticismo dejó una poderosa huella en la literatura anglosajona y podemos ver su semilla en Gabriel de León, Dior Lachance, Liathe, Manogrís, Chloe, etc. Todos están ensombrecidos por sus acciones, por su legado, por su destino. Y, en esta época de personajes en el fantástico que dicen poco o nada por culpa de la malentendida fiebre del “worldbuilding”, su carisma resulta digno de aplaudir.

Esto no quiere decir que el lore del Imperio del Vampiro no signifique nada. Aunque tome de muchas obras, como ya he dicho, su mezcla y los aportes que añade Kristoff resultan fascinantes para el lector que conecte con la temática fantástica y oscura de la obra. Aunque sea un mundo decadente, al estilo Penny Dreadful en cuanto a combinar a monstruos, donde no nos gustaría estar ni un segundo, podemos pasarnos horas en sus páginas, soñando y recordando el gran mensaje de la obra: como el pasado puede ser piedra, pero el futuro es arcilla que moldear.

El Imperio del Vampiro
Durante mi reciente visita a Francia pude ver la edición francesa del segundo libro: Empire of the Damned. ¡Estuve a punto de comprarla! Lo curioso es que en el libro, pese a que transcurre en un mundo de fantasía, los personajes usan términos y frases en francés, al estilo Lestat.

Rock y oscuridad

Sin duda, El Imperio del Vampiro cuenta con todos los ingredientes para convertirse en un fenómeno siempre y cuando un público apollabobado por las modas de turno no hagan que releguen esta pieza oscura y llena de fuerza al injusto vacío que sufren muchas obras.

Y es que desde Ravenloft (y no olvidemos la alargada sombra de las torres de Gormenghast), echaba de menos que lo gótico se cruzase con lo fantástico y, por suerte, hay mucho de esto en la odisea de ese dolido Gabriel de León, cuya piel llena de tatuajes de plata es también un símbolo de todas las cicatrices que plagan su alma.

Aunque algún momento de la narración zozobre por más pasión que seso, es innegable que Kristoff ha creado una novela más interesante que muchas de las que últimamente han publicado escritores celebérrimos como Brandon Sanderson.

Podríamos llegar a catalogar a Sanderson de Los Beatles (gustan a muchos, aunque son inofensivos), pero a Kristoff de Los Rolling Stones, aunque su aura esté más cercana a Korn, NIN o bandas similares (hay momentos tan cruentos que bien podrían quedarse a vivir en tus pesadillas por mucho tiempo). Hay mucha oscuridad en su prosa, aunque también ritmo y visceralidad. No siempre se puede contar una masacre con la mente fría.

El Imperio del Vampiro reseña
El Imperio del Vampiro se ha convertido en uno de mis libros favoritos sobre chupasangres.

¡Larga vida al Imperio (del Vampiro)!

A todo ello se suma una cuidada edición con múltiples ilustraciones de Bon Orthwick, que juegan también un papel meta en el argumento (son los dibujos que hace uno de los personajes). Lástima que a nuestro país no llegase una edición en tapa dura y, a poder ser, a color, como sí se ha publicado allende de nuestros mares.

Conocido por su obra (puede que mal catalogada como) juvenil, Jay Kristoff con El Imperio del Vampiro logra una obra que clava sus colmillos en el grimdark para entregarnos momentos devastadores. Hay violencia, muerte, sangre y sexo y un mensaje cínico sobre la condición de un ser humano que siempre ha sido monstruoso. Y lo celebro.

Lo celebro porque no me parece gratuito (como tantas otras veces en el grimdark) y porque es devolver al vampiro a un estatus de horror que puede que nunca tuviera que haber abandonado. Bien me temo que hoy muchos lectores buscan en el vampiro a una criatura domada y simplista, pero, por suerte, no es lo que tenemos en este Imperio del Vampiro del que ya se ha publicado una segunda parte, Empire of the Damned, que esperemos que llegue a finales de año a nuestro país. Hasta entonces, ¡larga vida a la Noche Eterna del Imperio del Vampiro!

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