Para todos los seguidores del fantástico en español, el perfil de Carlos di Urarte en Twitter es ineludible. Aparte de hilos con consejos literarios, su visión sobre el fantástico es siempre útil. Más allá de cierta mordacidad, siempre aporta algo que no encontramos en otros divulgadores del género: la capacidad para ver más allá de lo aparente. Antiguo librero y eterno lector empedernido, pronto publicará su primera novela de fantasía en Ediciones Transbordador. Es un placer para mí contar con Carlos di Urarte en esta entrevista donde exploraremos los horizontes del fantástico.
CARLOS J. EGUREN: 1. ¿Qué opinas de la situación actual del género fantástico? Pese a las quejas, parece que vivimos en una época con una gran variedad de estilos, autores… Podemos leer la novela un millón de Sanderson, pero también a autoras como N. K. Jemisin.
CARLOS DI URARTE: Creo que tenemos más opciones y variedad que nunca, así que no me puedo tomar en serio ninguna queja de alguien que no haya vivido la fantasía que llegaba antes. Hace décadas, la mayoría de la fantasía era anglosajona, y aunque es cierto que sigue dominando el mundo, hay muchas voces nuevas que aportan perspectivas basadas en otras inspiraciones, en otros folclores, en otras mitologías. Autores y autoras del medio mundo menos representado van abriéndose un hueco. Poco a poco, pero sin parar. Y aunque hablamos de fantasía, también hablamos de temas universales tratados desde perspectivas propias, que le dan matices a los que no estamos acostumbrados. Luego serán mejores o peores, pero el cambio de paradigma siempre ayuda a tener la mente abierta.
Cuando vemos que Sanderson domina los lineales de ventas, a veces se nos olvida que con buscar un poco por internet tenemos cientos de novelas al alcance, de gente muy válida, que no tiene el apoyo de un gran grupo editorial, pero que están ahí. Yo creo que es un buen momento, y tiene pinta de que va a mejorar incluso más.
El grimdark no ha muerto
C.J.E.: 2. Te has especializado en el género grimdark. Hace dos años pude hablar con Joe Abercrombie y me comentó de la negatividad con la que se percibía el subgénero cuando empezó. ¿Cuál es tu opinión sobre la evolución del grimdark? ¿Crees que hay cierta saturación o goza de buena salud? ¿Por qué crees que es tan especial para el lector?
Sí, es un hecho que el grimdark como etiqueta empezó como una broma en el mejor de los casos, y como algo peyorativo. Era como decir “mira que novela tan oscura y adulta, está lleno de muertes, torturas, violaciones y personajes crueles, es muy grimdark”. Algunos autores rechazaban ser etiquetados como grimdark, e incluso hoy lo hacen, pero ha cambiado bastante la percepción. Fue una forma de luchar en los noventa por destacar, por diferenciarse de la fantasía clásica tolkieniana, del bien contra el mal.
Como en todo, unos lo hicieron bien y otros cayeron en sus propios clichés, a veces abrazándolos sin complejos y creando cosas nuevas. Hace poco decía Erikson, el autor de la saga de Malaz, que el grimdark estaba muerto. No sé si es porque a España ha llegado más tarde, pero no lo veo muerto. Creo que goza de buena salud. No es lo mayoritario, pero nos da la ilusión de estar leyendo algo más complejo y ambiguo, de una moralidad tortuosa, y eso me encanta. Es menos previsible, en tanto que no hay una salida heroica arquetípicamente “buena” que sabes que en la fantasía épica es la que va a vencer.
Mira si está muerta que tenemos una adaptación de Abercrombie para cine en ciernes, y series como House of Dragon que abrazan ese tono. O la serie de The Witcher, basada en la saga de novelas muy grimdark que al adaptarse a la pantalla se quedaron por el camino todas sus virtudes… pero bueno, algo se intentó.
C.J.E.: 3. Trabajas como asesor editorial de obra de fantasía, ¿cómo es el proceso? ¿Tienes algún tipo de rúbrica para valorar diferentes ítems o es un ejercicio más “libre”? ¿Qué pones por delante? ¿La calidad o lo comercial de la obra?
Lo primero, aclarar que la calidad y lo comercial no son opuestos ni excluyentes. Lo ideal en un mundo ideal sería que las novelas con calidad literaria resultasen ser éxitos comerciales. Así todos los críticos de monóculo sesudos y apergaminados sentirían que se ha hecho justicia. Pero la realidad se empeña en no ser tan maniquea, y hay novelas muy comerciales que literariamente son consideradas flojas, y viceversa.
En la práctica, las valoraciones que yo hago tienen en cuenta ambas “posiciones”, y las valoro por separado porque suelo trabajar para editoriales, que quieren que la obra sea buena, pero sobre todo quieren que venda mucho. A veces una obra “buena” no tiene éxito porque no era su momento. Hay corrientes, modas, preferencias que cambian con los años. Hay manuscritos que si me los hubiesen presentado diez años atrás, diría que su originalidad y propuesta merecen una oportunidad, pero que como surgen tras la estela de obras muy comerciales de temas similares, se percibirán como copias. O lo contrario, obras mediocres que intentan subirse a bordo aprovechando la moda.
Es bonito creer en la atemporalidad de la literatura, pero son muy pocas las obras que resultan serlo.
Aclarado esto, es un ejercicio de valorar por separado sus aspectos positivos, los negativos, lo comercial y lo literario, y agruparlo todo en un informe que deje clara mi perspectiva, para ver si así hay algo que rascar, merece la pena un vistazo más detenido, o mejor pasar a otra cosa.
Sobre lectores
C.J.E.: 4. He leído varios de tus hilos con consejos para escritores, pero ¿qué consejos darías a los lectores a la hora de afrontar el fantástico? A menudo, los prejuicios hacen que muchas reseñas sean cuestionables cuanto menos.
Para afrontarlo como lectores, solo hace falta querer leer. Una mente abierta ayuda, y saber la diferencia entre realismo y verosimilitud ayuda todavía más. Yo quiero verosimilitud en las motivaciones de los personajes, pero no necesito realismo porque leo cosas con dragones. Sí, acepto un dragón volando, pero no acepto un personaje cuyas motivaciones sean inconsistentes con su trasfondo. Tenemos que tener el listón alto para no tolerar que nos tomen el pelo, pero tampoco para que nadie critique lo que leamos porque haya elfos.
Las reseñas solo tienen que tener una cosa: honestidad. Estamos hablando de arte, hay un componente subjetivo en la crítica que escapa a toda argumentación. Si no me gustan las historias de vampiros, pues ya está. Pero si la reseña es “esto es maravilloso” o “esto es una mierda”, son inútiles y denotan pobreza argumentativa. Como mínimo hay que intentar evocar las sensaciones que la historia te provocó de cara a ver si alguien similar a ti podría sentirse interesado.
C.J.E.: 5. También eres autor y pronto publicarás con Ediciones El Transbordador. ¿Qué puedes contarnos de esta obra?
Puedo decir que si el mundo no se acaba antes, será publicada a primeros de 2025, y es la primera parte de una trilogía. Las otras dos partes están previstas para 2026 y 2027, pero la última es un borrador muy inicial y no descarto hacer un Rothfuss para sentirme importante.
La trilogía se llamará La Corona del Oráculo, y la primera parte se titula “Salitre y Cenizas”. Es fantasía oscura con un poco de grimdark, ambientada en un mundo de fantasía muy similar al nuestro, concretamente a una Cantabria medieval, con un poco de su costumbrismo, folclore y un cristianismo que parece sacado de un Dark Souls. Ponle personajes cabrones, algún demonio y un protagonista que seguramente me generará algunos problemas y lo tienes.
C.J.E.: 6. Eres divulgador, asesor editorial, librero, lector, escritor… ¿Crees que esta visión tan polifacética te ha permitido vislumbrar la verdad del mercado y el género? ¿Cómo compaginas todas ellas? ¿Eres capaz de “acallar” al asesor editorial cuando estás escribiendo una historia que quizá no sea comercial, por ejemplo?
Mal. Las compagino mal. Soy un escritor amateur, que solo he publicado algún relato en app de historias y en alguna antología, así que de momento el problema que me genera mi trasfondo laboral es darle más vueltas de lo debido a la viabilidad comercial, con el riesgo de perder espontaneidad. Así que intento acallar esa vocecilla que a cada repaso me iba diciendo: “esto no es comercial, este personaje te va a dar problemas, nadie quiere otra trilogía, el inicio es lento, el conflicto es burdo”. No sé si mi hijo es feo y tonto, ni si venderá; no estoy capacitado para autoevaluarme. He escrito lo que me apetecía y ya está. Intento hacerlo simple, pero a veces no puedo.
La VERDAD del mercado y el género no la conoce nadie. Las grandes editoriales gastan mucho dinero en intentar vendernos el nuevo éxito, pero la verdad es que nadie sabe lo que va a funcionar. Intentan manipular tus gustos y los números, pero si hubiera una fórmula segura, la usarían y no sacarían libros que son sonoros fracasos. No lo saben. Nadie lo sabe.
Share on XSobre ediciones especiales
C.J.E.: 7. Leí tu comentario sobre fenómenos como Alas de sangre y Alas de hierro, una saga por la que muchos lectores se han llegado incluso a pegar por obtener una edición especial. ¿Qué opinas de esta obra? ¿Es para tanto? ¿El futuro de la publicación en papel pasa por estas “ediciones especiales” con las que especular, como los cómics de superhéroes de los ‘90?
Como obra es entretenida y más honesta que muchísima literatura “de verdad, de la seria, de la buena que te hace pensar”. Mucha ficción realista es una mierda porque es la enésima historia de traumas familiares durante una guerra o posguerra, que comienza con alguien mirando por la ventana, bebiendo té/café y pensando en su madre.
Alas de Sangre es honesta: hay una prota que va a tener romance y montar en dragones y bueno… narrativamente no es ninguna maravilla, y le he visto varios problemas de coherencia graves, pero da exactamente lo que promete, y esa honestidad sencilla es lo que a veces necesitamos en nuestras vidas. Hay muchas películas que sé que cualquiera dirá que son malísimas, pero si a mí me entretienen, y soy yo el que pago por ellas, las opiniones de los demás se pueden ir al cuerno.
Respecto a las ediciones especiales, no opino nada definitivo. Como buen friki, me gustan los libros como objeto, como coleccionable. Muchos me los he comprado casi como una parafilia de estanterías bonitas, porque luego los acabo leyendo en mi Kindle o solo miro las ilustraciones. Una edición ilustrada, con los cantos pintados… oye, pues al que le guste, que la disfrute. Está claro que es una forma de apelar a un comprador al que se accede más por lo visual, pero al final no es más que una evolución de lo de atrapar por la cubierta llamativa. Es como la literatura ergódica, que a veces tiene más de ponerle “efectos especiales” externos a la historia que de algo realmente rompedor para la narrativa.
El monsterfuck
C.J.E.: 8. Eres seguidor del “monsterfuck” (que parece el siguiente paso de la romantasy). ¿Por qué te llama este estilo y por qué crees que fascina a tantos lectores? ¿Crees que la erótica o la romántica tienen encima tantos prejuicios como hace años los tenía la fantasía?
Los prejuicios hacia esto vienen siempre de las mismas direcciones y del mismo tipo de persona. A veces esas personas leen solo dragonadas pero critican la romántica, que es un poco incongruente. El perfil que tengo en mente es siempre el mismo: el de una persona muy insegura que cree que etiquetar como basura lo que otros leen le coloca en un pedestal.
No sé si la erótica o romántica con monstruos que tanto he defendido (y que por ello me he puesto en broma el apodo de Lord Monsterfuck, por que ya que vamos con todo, qué menos que acudir a la nobleza) fascina a mucha gente, pero sí a la suficiente.
El monsterfuck literario o incluso cinematográfico (La Forma del Agua se llevó el Óscar a mejor película, y básicamente es un romance con un hombre pez, con el que hay sexo, pero que también es una fábula sobre el aislamiento, la falta de comunicación y cómo los dos personajes que menos habilidades tienen para comunicarse (un monstruo que no habla y una muda) son precisamente los que mejor se comunican) nos permite explorar las relaciones y los clichés románticos incluyendo un trasfondo para el monstruo completamente inventado, diferentes roles de los que estamos acostumbrados y otras expectativas. Puede ser todo lo seria o mamarracha que quieras; puedes hacer una historia sobre una ordeñadora de minotauros y que esté mejor escrita que una obra de ficción realista sobre superar el duelo por la muerte de un hijo. Un mal autor hará una mala obra, da igual que tenga el mejor tema y la mejor idea del mundo. Puedes hacer una burrada graciosa sobre tener sexo con un Triceratops, o puedes hacer una crítica a los roles tradicionales patriarcales mediante una sociedad de fantasía, en la que esos no existan. Pero bueno, entramos ya en un tema de prejuicios. Mira la franquicia Alien: va de un bicho que te coge del cuello (el facehugger), te folla la cara y así se reproduce en una parodia del parto. Y resulta que hay todo un fandom con ilustraciones e historias sobre xenomorfos y depredadores. El diseño erótico de los Aliens es obvio para cualquier con ojos y un poco de cerebro, e indiscutible si se acude a las ilustraciones de Giger.
¿Qué nos convierte en mejores escritores?
C.J.E.: 9. Como profesor de cursos de escritura en plataformas como Phantastica, ¿cuáles crees que son las claves para que un aspirante a escritor de género fantástico mejore? ¿Cuál debería ser su “tabla de ejercicios” diaria para convertirse en un gran escritor… o es solo talento? ¿Qué debería tener para ti el escritor perfecto de fantasía?
La mayoría de lo que la gente llama talento no es más que esfuerzo y dedicación. Como casi todo en la vida. Yo sé que nunca voy a correr como un atleta profesional, algo genético hay, pero sé que si corro todos los días y me informo, me controlo los tiempos, como bien y establezco unas rutinas adecuadas, con el tiempo seguro que correré muy bien. Quizá no al nivel que me gustaría, seguro que no a uno profesional, pero sí muchísimo mejor que cuando empecé, y sí de forma que me produzca satisfacción, que al final va de esto.
En el caso de la escritura, leer es fundamental. Y haber leído muchísimo desde siempre ayuda. Aunque solo fuese en forma de vocabulario, trasfondo, construcciones, estereotipos…
Y luego ya toca escribir. Escribir mucho.
Y lo último, y más difícil, es tener espíritu crítico cuando corriges, y humildad para escuchar opiniones ajenas. Si tu día a día es extenuante y no eres capaz de encontrar tiempo para dedicarle a la escritura o tus obligaciones te lo impiden, pues no vas a mejorar o lo harás muy lentamente. Se mejora escribiendo, poniendo una palabra tras otra. Como decía Gaiman: “Así de fácil, y así de difícil”.
Su experiencia como librero
C.J.E.: 10. Has sido librero en un templo de la cultura friki como es Gigamesh. ¿Qué aprendiste de tu época en la tienda en cuanto a escritura? En mi caso, durante unas Navidades trabajé en una tienda donde se vendían películas y me sorprendía cómo la gente compraba obras como Transformers, dejando muy de lado las críticas de redes sociales e Internet en general.
En cuanto a escritura, no creo que aprendiese nada. Aprendí que para mucha gente era un lugar al que acudir a hablar de cosas que le apasionaban, a pedir consejos, y eso me encantaba. Que viniese alguien y me preguntase si había leído tal libro para dar orientación, era lo mejor. Pero la mayor parte del tiempo lo pasaba en el almacén oscuro que parecía sacado de una snuff movie, así que mi aprendizaje tenía más que ver con trepar entre estanterías mientras me gritaban nosequé de riesgos laborales, evitar las zonas inundadas y cazar cucarachas.
El clavo de la IA
C.J.E.: 11. También hablaste hace un tiempo de las IA. Hace poco, Amazon ha limitado el número de obras que se pueden publicar debido al auge de libros escritos con ChatGPT. Creo que muchos sabemos que por ahora la IA puede escribir libros, pero no buenos libros. ¿Cómo ves todo esto? ¿Cómo crees que será el futuro de la literatura y el arte en general tras el avance de las inteligencias artificiales?
Creo que es una tecnología que hay que regular efectivamente para que proteja los derechos de autor. Al margen de eso, no me molesta en el gran esquema de las cosas, porque sus posibilidades en otros ámbitos me parecen muy interesantes. Me jode que donde más ruido está haciendo ahora sea en el mundo del arte. Crear arte es una recompensa en sí misma, así que quien la usa no es un artista. No pasa nada, reconócelo, pero no me des sermones sobre que es una herramienta más. Igual que calcar o plagiar no te convierte en autor. Si existiera una IA ética que se hubiese nutrido únicamente de arte o textos (igual existe y no la conozco, no es mi tema), con el permiso de sus autores, pues sería ideal. Pero ha quedado claro que esto no es así, al menos en las que más ruido han hecho y que desde el principio fueron gestadas con un absoluto desprecio por el arte y los artistas.
Escribe mal, escribe terrible, pero escribirá mucho “mejor” y nos dará novelas enteras en segundos, y secuelas, y variaciones con el porcentaje que quieras de tal contenido. Y se consumirán, no tengo la menor duda, lo que seguramente complique la vida a quienes de verdad son artistas. Dicho esto, los artistas seguirán creando arte, porque lo necesitan para vivir.
¿Cómo afectará al mercado? Pues supongo que a peor, pero tampoco me quita mucho el sueño porque ya era un sector profundamente maltratado, del que es muy difícil vivir. Igual es el último clavo, no sé. Soy pesimista.
El rol del escritor de fantasía
C.J.E.: 12. Además, eres un gran amante del rol y sueles dar consejos como master y hablar de tu experiencia en la mesa de juego. ¿Recomendarías a los escritores que probasen más juegos narrativos? ¿Cómo ha influido tu faceta de escritor como master y viceversa? ¿Qué opinas de obras basadas en partidas de rol, como, hasta cierto punto, las Crónicas de la Dragonlance o Malaz?
Muchos escritores de fantasía de las últimas décadas han tenido contacto con el mundo del rol. Hay buenas sinergias. A veces creas un mundo para tu novela y te apetece ponerlo a prueba en un juego con tus amigos, pero es cierto que normalmente es al revés: diriges unas partidas, los personajes crecen más allá de lo que esperabas, y quieres explorar sus historias así que las escribes en forma de novela. ¿Opinión? Dependerá de la obra, pero creo que tienen mucho potencial para retroalimentarse. Quizá el mayor problema de un escritor que dirige una partida de rol es que confunda el medio e intente obligar a sus jugadores a seguir determinadas tramas: el rol, por definición, trata sobre los personajes, sobre los jugadores. Es una historia conjunta, pero si solo quieres contar la tuya como máster, eso no es rol. Eso es ser un pesado.
Siempre lo recomendaré; es un hobby que nos hace trabajar la gestión de conflictos, la empatía, y de paso nos permite matar goblins. Llevo casi 30 años jugando cada fin de semana y es mi mayor pasión.
- Puedes seguir a Carlos di Urarte en…
- @DiUrarte en Twitter (nunca lo llamaré X) para quien quiera insultarme o seguirme. Y cuando publique, pues será en la editorial El Transbordador, si no se arrepienten.
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