La cultura vikinga es una de las más fascinantes de la antiguedad. También es una a la que se le han achacado una serie de ideas preconcebidas, como el machismo, brutalidad, vileza, salvajismo… Cuando en realidad, los vikingos (que ni siquiera utilizaban ese apelativo salvo para los qu practicaban la piratería), sin ser adalides de la moralidad moderna, no eran más crueles que otras culturas de la época.
Lo cierto es que algunos pueblos escandinavos del siglo VII al XI mostraban ciertos atisbos de un talante diferente a otros vislumbrados en la Edad Media. Esto se demuestra con la existencia de doncellas guerreras o la posibilidad de que los reyes fuesen elegidos (aunque por los otros jarlar).
No obstante, aprovechando los prejuicios sobre la cultura vikinga y la potencia de la mitología nórdica, Natasha Alterici ha creado la obra Heathen (Pagana), que utiliza el género fantástico para, aparte de crear una entretenida obra, tratar también la homosexualidad en nuestros días. El resultado es un cómic fresco y lleno de lecturas.
La historia de Aydis
En el cómic de Natasha Alterici seguimos a Aydis, una joven vikinga que ha sido condenada a muerte y acaba huyendo de su aldea. ¿El motivo? Haber besado a otra joven.
Junto a su caballo Saga, emprende un viaje como guerrera. Ella quiere ser la protectora de los desvalidos, pero,, pronto, en lo profundo de los bosques, se cruzará con otros personajes legendarios.
Es así cómo se propone liberar a la valquiria Brunhilda, maldecida por el dios Odín, y encerrada en una montaña de fuego.
Durante esta aventura, otros personajes se cruzarán en su camino, como Freya, la nueva líder de las valquirias, o con una capitana de un barco tripulado por mujeres que se dedican a liberar esclavos.
Aydis y los dioses
Alterici crea parentescos con una adaptación al cómic de la ópera de Richard Wagner, El anillo de los nibelungos, la titánica obra cómiquera del gran P. Craig Russell. Sabe captar la magia de los mitos, como vemos en la subtrama de Saga haciéndose amigo de los lobos Sköll y Hati, quienes persiguen al sol y la luna y acabarán causando el Ragnarök.
Es una lástima que tras un vibrante arranque, Heathen acabe en su número doce de un modo tan apresurado que elimina casi toda la energía de los primeros números.
Por seguir el símil con el contexto de la obra, el final es el equivalente a estar en una taberna tomando un cuerno de hidromiel y que, de pronto, decidan echarte de una patada incluso antes de saborear un segundo sorbo. Por suerte, quedan hilos abiertos y podría retomarse la serie en el futuro si la guionista y dibujante estadounidense así lo decidiese.
El amor en tiempos de dioses
Aparte del tono aventurero de Heathen, brilla la reflexión sobre los derechos de un personaje lésbico como Aydis. Ella lucha contra su pasado y, durante su viaje, debe aceptar que ella no es un error, que no está rota por amar a otra mujer, que no es un fallo como otros afirman.
Su condición hace que la protagonista decida enfrentarse a su padre, quien es incapaz de ejecutarla, pero tampoco la acepta. Más tarde, se enfrentará a Odín el Padre de Todos, quien representa a toda una vieja religión que no puede comprender la relación de dos mujeres. Una hipérbole de lo que le ocurre a Aydis, pero también un marco de lectura interesantísimo sobre una situación de nuestro mundo real.
También hay una reflexión global sobre el amor. Lo vemos con Brunhilda y Sigfrido, pero también con Freya y su amante en un nido de valquirias que practican el poliamor. Mientras que Sigfrido se volvió inmortal y su amada fue condenada, Freya acaba perdiéndolo todo cuando comprende que Odín nunca la ha amado y que ha decidido castigarla. Los personajes acaban sufriendo por su decisión de amar, pero acabarán perseverando en ella, porque ¿qué les queda si no?
Los esclavos vikingos
En cuanto a la reflexión sobre el machismo y la falta de libertad, tenemos ese barco tripulado por mujeres negras que buscan liberar a los esclavos. Es un aspecto interesante de la obra, aunque no consiga el grado de denuncia que se busca, porque, como todo en la obra, acaba notándose que es un elemento apresurado.
Los vikingos poseían esclavos llamados thrall, en la obra aparecen más cercanos a los esclavos negros de América o Europa de siglos posteriores, que a los que tenían los nórdicos. Sé que la obra persigue un halo más mítico que histórico, pero lo mismo hacía la serie Vikings y no por ello no se recogía lo más interesante de esta cultura medieval.
Las guerreras y los mitos
Al igual que con los thrall, la autora tampoco aprovecha el trasfondo histórico, donde hubo varias doncellas escuderas (skjaldmö). Las valquirias que aparecen en la obra podrían haber recogido el legado de estas.
Sobre el uso de la mitología nórdica, que recientemente han explorado grandes autores como Neil Gaiman, aparte de los mitos sobre Sigfrido y Brunhilda (o a las valquirias), tenemos alusiones a las nornas que tejen la historia de todos los que existieron, existen y existirán, los cuervos Hugin y Munin de Odín, la aparición del Árbol de los Reinos Yggdrasill…
Como han demostrado videojuegos como Hellblade o God of War, la mitología nórdica es tan amplia que siempre echaremos de menos la visión que Alterici podría habernos ofrecido de otros mitos, personajes y reinos asociados a los vikingos.
Y esto es sobre todo destacable cuando la autora decide insertar a Ruadan, un dios de la mitología irlandesa que quizá fue usado para evitar utilizar por enésima vez a Loki. La mitología nórdica es tan rica que no se termina de comprender el porqué de este injerto.
El poder gráfico de Heathen
Heathen destaca además por su apartado gráfico que, como la propia historia, me temo que va de más a menos; puede que influya que los últimos números contaron con ayuda de otra ilustradora, Ashley A. Woods.
Mediante un trazo minimalista (que me ha recordado en algún punto al de Nimona), Alterici atrapa la atmósfera de los mitos nórdicos e incluye a unos personajes que, en muchos momentos, resultan radicalmente distintos a cómo los imaginábamos.
De ahí que las valquirias o la propia Aydis luzcan un aspecto que aboga por la sensualidad. Además, juega incluso con algunos estereotipos, como los cuernos de los yelmos vikingos. Me explico: aunque muchos asocian que la cultura vikinga llevaba estos cascos astados, en realidad no era así… Pero nuestra Aydis decide portarlo gracias a un sueño y el temor que los cristianos tienen hacia los paganos, a los que consideran demonios con cuernos.
Conclusiones sobre Heathen
La serie Heathen (Pagana) ha sido editada en tres tomos de tapa dura, con cuatro números cada uno, en nuestro país. Publicada por la editorial Astiberri, cada volumen incluye al final una serie de portadas alternativas. A riesgo de repetir lo que he dicho en varias reseñas de cómics actuales, echo de menos una introducción, una entrevista o cualquier otro texto extra que pudiese aportar más sobre la visión de la creadora de una serie tan interesante.
Como decía Roger Lancelyn Green en la introducción de El rey Arturo y sus caballeros de la Mesa Redonda:
«[…] con las grandes leyendas pasa lo mismo que con los mejores cuentos de hadas: cada época debe volver a contarlas, pues siempre hay en ellas algo nuevo por descubrir; cada reelaboración las presenta a la siguiente generación con renovada viveza y frscura, y es ahí donde radica su inmortalidad».
Más allá de esto, Heathen (Pagana) es una reinvención de la mitología nórdica, sobre todo aquellos recogidos en El cantar de los nibelungos. Como siempre, es fascinante ver cómo cualquier generación puede tomar los mitos para contar historias actuales a través del espejo que estos suponen. Las leyendas nunca mueren y Aydis ya es una.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.
¡Muchas gracias por tu comentario!