No es fácil preparar una serie como El Libro de Boba Fett (The Book of Boba Fett) y menos en plena pandemia y con limitaciones de tiempo muy marcadas.
Algún día se escribirán libros sobre todos los cambios que la covid ha traído al mundo del cine y las series, y creo que un capítulo quedará ocupado por la serie de este célebre cazarrecompensas de Star Wars.
La llegada de los mandalorianos
Cuando en 2019 se estrenó The Mandalorian y conocimos a su protagonista, el mandaloriano Din Djarin, vimos un sincero homenaje a Star Wars, el western, el cine de samuráis, la fantasía y, en general, una oda a la aventura y la maravilla.
Fue así cómo Dave Filoni, el padawan de George Lucas, y el director Jon Fravreau lograban convertirse en maestros y, junto a la presidenta de Lucasfilm, Kathleen Kennedy, se resucitaría Star Wars a través de Disney+.
En apariencia, The Mandalorian era un «hermano pequeño» del cazarrecompensas sin escrúpulos y parco de palabras Boba Fett. En apariencia.
Bajo el casco
A Boba Fett lo conocimos en el Episodio V: El Imperio contraataca tras una intensa labor de marketing (que incluyó el extraño especial de Navidad), que lo convirtió en un personaje al que los fans adoraron (muy recomendable el documental Under the helmet, que recorre su historia).
Para el Episodio VI se decidió prescindir de Boba Fett con una muerte tan «absurda» que muchos fans no se la creyeron. ¿Cómo iba a morir así su antihéroe favorito, alimentado por los cómics, novelas y fantasías de los fans? ¡Imposible!
Desde entonces, Boba Fett transitó el Universo Expandido a través de cómics, videojuegos, libros… hasta que el Episodio II: El ataque de los clones y la serie Clone Wars lo traería de nuevo al corazón de la saga de una galaxia muy, muy lejana.
El regreso de Boba Fett
Y de tal modo, en 2020, en el capítulo La tragedia de The Mandalorian, dirigido por Robert Rodríguez, volvimos a ver a Boba Fett en imagen real tras atisbarlo en The Marshal, el primer episodio de la segunda temporada.
Acompañado de un potente tema musical del compositor Ludwig Göransson, Boba Fett entraba de nuevo en acción. ¡Y de qué manera!
Con la escena tras los créditos del último capítulo de esa segunda temporada, otra bomba sónica: se nos anunció una nueva e inesperada serie, The Book of Boba Fett, que se centraría en Boba tras años rumoreándose de una película en solitario para él (y que se perdió debido al «fracaso» de Solo).
Irónicamente (y puede que porque The Mandalorian asumió muchas líneas argumentales de aquella película en solitario de Boba Fett), una vez finalizada la serie de nuestro antiguo cazarrecompensas reconvertido ahora en señor del crimen, The Book of Boba Fett ha resultado ser la hermana pequeña de The Mandalorian.
¿Por qué? Lo vemos a continuación.
El padrino de Tatooine
The Book of Boba Fett nos cuenta cómo Boba escapó del Sarlacc y comenzó su propio periplo que le conduciría a intentar controlar el mundo del crimen de Tatooine.
Una premisa llamativa que no es del todo explotada o se explota de un modo más superficial del que querríamos a lo largo de la serie. Puede que, con algún episodio más, la trama hubiese funciona mejor.
Temuera Morrison regresa como un discutible Boba Fett al que le han faltado minutos para explicar sus cambios. Sí, tras ser devorado por el Sarlacc cambió y los tusken le ayudaron, pero no se ve un cambio progresivo hacia su nueva actitud.
Luego, veremos cómo se venga y protagoniza unas escenas muy interesantes. Después seremos testigo de cómo recupera su nave (rebautizada), lo vemos en The Mandalorian y vuelve a Tatooine para masacrar a Bib Fortuna.
Y, a continuación, contemplamos al personaje intentando tender la mano a los otros mafiosos e incluso a Krrsantan, el fantástico cazarrecompensas wookie de los cómics.
¿Qué ha pasado?
El personaje da ciertos bandazos en algunos momentos y ya no es ni siquiera como lo vimos en The Mandalorian y faltan escenas para explicar esa evolución, que quizá hubiera quedado mejor con un capítulo mejor o estando escrito de otra manera.
Debo reconocer también que quizá las novelas y cómics que han puesto a Boba como protagonista hacen flaco favor a esta serie y su Boba, porque mientras allí teníamos a un mercenario despiadado, aquí tenemos a un hombretón bruto (y falsamente divertido) que intenta liderar el crimen cuando ni siquiera sabe muy bien cómo hacer esto.
#TheBookofBobaFett no es una serie perfecta, pero eso no quiere decir que no estemos ante una serie de Star Wars disfrutable y con varios puntos positivos. Share on XLos compañeros de Boba
En cambio, Ming-Na Wen como Fennec Shand da la impresión de que se ha llevado parte del carisma del Boba del Universo Expandido. Es la que soluciona varias veces los problemas y a la que vemos actuar a sangre fría (véase una de sus últimas escenas del séptimo capítulo… Cuando menos, abracadabrante). Casi da la impresión de que ella lideraría mejor todo el daimio que Boba.
Pese al poco metraje que tienen, otros que solucionan el problema son: Pedro Pascal como Din Djarin da pie a varias de las mejores escenas (queda por ver si es solo una actuación de voz), Timothy Olyphant es fantástico en su papel de marshal (ojalá algún capítulo más para él) y Corey Burton devora la pantalla con cada escena que tiene como Cad Bane.
También hay cameos como el del cómico Matt Berry como el reconvertido robot torturador, Amy Sedaris como la hilarante (como escapada de una serie western tipo Rin Tin Tin) Peli Motto o David Pasquesi como el mayordomo del alcalde.
Sobre Corey Jones como Krrsantan logra transmitir bien sus sentimientos (sobre todo gracias a la genial recreación del wookie de los cómics) y Jennifer Beals como Garsa hace lo que puede con sus pocas escenas. Como secundarios está Sophie Thatcher como Drash y Jordan Bolger como Skad, que parecen salidos de Doctor Who y eso tampoco es malo.
El camino del antihéroe
Otro punto interesante es que Star Wars ha llegado a un punto en sus series en que sientes que podría pasar cualquier cosa. Donde algunos ven fanservice, otros vemos una línea narrativa que no teme meter a Luke Skywalker, Ahsoka Tano, Cad Bane, R2 y compañía en un mismo capítulo.
¿Le han robado la serie a Boba? Pregunta interesante. Como bien se ha comentado por Twitter, podemos llegar a entender que los personajes que aparecen en la serie están marcados por Boba Fett de manera directa o indirecta.
Luke se enfrentó a él, al igual que Ahsoka o Cad Bane (quien también fue su mentor). Din Djarin surge de la sombra de este y Grogu fue ayudado por el propio Boba en The Mandalorian. Es hilar filo, pero puede justificar la división de la trama (aunque no el tiempo invertido a cada una de estas líneas).
Puede que el consuelo sea pensar que The Book of Boba Fett está tendiendo tramas hacia un arco mayor que puede que conecte con las futuras series de la saga, como Ahsoka. No dudamos de que volveremos a ver a Boba en cualquier momento, serie o formato.
Eso da sensación de que todo puede pasar y es fantástico.
Creando el daimio
La dirección de The Book of Boba Fett ha sido irregular y esa irregularidad, nos guste o no, tiene un nombre propio, que es también el del productor ejecutivo, Robert Rodríguez. Si bien se aprecia su gusto por la serie b, el western y otras referencias pulp que podrían encajar muy bien en Star Wars, las prisas del rodaje no han sentado bien al resultado final.
Y es que Bryce Dallas Howard, Steph Green y Dave Filoni logran con la dirección de sus capítulos hacer que la serie parezca más de lo que es.
Hay directores que saben destacar con lo que tienen. De poco importa que no haya mucha gente en las calles de Mos Eisley o que haya pocos Tusken, Bryce Dallas Howard y Steph Green logran jugar con todos los elementos para transmitir la maravilla.
Y Dave Filoni demuestra cómo se ha curtido con la imagen real tras años dirigiendo animación. Aparte de dirigir varios capítulos de The Mandalorian y ser el arquitecto de estas series (con Ahsoka como su próxima obra), Filoni ha mejorado muchísimo como autor y sabe transmitir con sus imágenes todo ese sentido de la maravilla que reclama Star Wars.
Lástima que justamente Rodríguez (que, bajo la batuta de James Cameron, había dirigido la fantástica Alita) dirija tres capítulos más débiles, siendo el mejor el último, pero no por ello resultando ser del todo el final que nos hubiera gustado en algunos aspectos.
Estructura Sarlacc
Y el resultado de The Book of Boba Fett es que está lejos de ser tan perfecta como lo es The Mandalorian (para mí), pero… sigue siendo un gran disfrute visitar la galaxia creada por George Lucas cada semana y, además, tiene tres capítulos magníficos: el dos, el cinco y el seis.
Ya otro debate interesante sería saber cómo se gestó la serie: ¿es esta obra una serie de Boba Fett en realidad o era un capítulo de The Mandalorian dedicado a Fett que se alargó para crear los primeros cuatro capítulos?
Esta pregunta es más que pertinente cuando el capítulo cinco y seis suponen el regreso del Mando y queda como una especie de prólogo de la temporada tres.
Si querían crear una serie de Boba Fett, podrían haber aprovechado al actor Daniel Logan, que interpretó a Boba de joven y le dio voz en Clone Wars, para haber protagonizado algunos flashbacks que hubieran dado más sentido al concepto de «libro», como si fuera unas memorias.
Pienso que faltan minutos para algunas cuestiones que vemos en la serie. Tampoco habría venido mal otro capítulo para los Tusken o que su despedida fuera de otra manera, porque la sensación que queda es que pasa demasiado rápido y el sentido de la fatalidad trágica se diluye levemente.
A los fans no nos queda otra que suponer y esperar al making of de Gallery para obtener más respuestas que no estén basadas en suposiciones.
Un canto a la rareza
Sobre los efectos especiales, se percibe que hay cierta falta de «presupuesto». Lo entrecomillo porque es una cuestión relativa y tenemos detrás a Lucasfilm y Disney, que no son precisamente «pobres». Lo que sí veo es que, con las prisas, se distribuyó el cinero en el capítulo cinco y series.
Desde el mundo anillo donde Mando encontrará los restos de su clan hasta el impresionante Luke rejuvenecido (asombroso), son dos capítulos que se ven geniales frente a otros como el primero, donde se ven más limitaciones.
Aún así, pese a sus problemas, creo que The Book of Boba Fett capta bien la rareza de la parte de Jabba el Hutt de El retorno del Jedi: lugares sórdidos, alienígenas raros, crímenes brutales en tramas supuestamente para los más jóvenes, ese grupo de mods con una líder a lo Joan Jett y motos como fichas de parchís y un doctor con peluca de fregona…
Todo ello salpicado con referencias a Dune (obra que inspiró el primer Star Wars), homenajes a El Padrino, el poder del Anillo de la obra de Tolkien pasa a ser el poder del sable oscuro, el trabajo de Ray Harryhausen, Tigre y dragón, King Kong, El lobo solitario y su cachorro… y, por supuesto, a todo Star Wars, incluso a las precuelas (que, por fin, han empezado a ser reivindicadas).
Boba Fett y su música
Star Wars es Star Wars gracias a la música. Joseph Shirley hace un gran trabajo al llevar la batuta a partir de los temas de Ludwig Goränsson.
Ya habían colaborado anteriormente y aquí los dos realizan una interesante y estimulante mezcla de música de spaghetti western, medieval y tribal, que logra, incluso así, encajar con el ecléctico espíritu de Star Wars.
Al tema principal de la serie, se debería añadir el magnífico tema de la música de la masacre tusken y la mezcla que se hace en la partitura del capítulo sexto, con toques de Shirley, Göransson y el propio John Williams (una delicia, como todo ese episodio).
El mito de Boba
Aunque algunos puedan pensar que ahora me centraré en hablar de cómo era el Boba Fett del Universo Expandido frente a este Boba del nuevo canon por el título de este epígrafe, pienso que es más interesante invertir un par de párrafos en una cuestión más estimulante como es el poder de las historias.
Si algo aprecio de Star Wars es que todavía permanece el hálito mitológico en la saga. Es bien sabida la influencia de los trabajos del mitólogo Joseph Campbell en la concepción de Star Wars. El viaje del héroe y el héroe de las mil caras son aludidos con gran frecuencia en estas historias y también en The Book of Boba Fett.
¿Por qué seguimos acudiendo a los mitos en esta época donde contamos con la ciencia para explicar nuestra realidad? ¿Por qué recurrimos a la ficción para intentar desvelar nuestra realidad, efímera y tangible? ¿Por qué regresamos a las leyendas si no tenemos tiempo para ellas?
La explicación es sencilla: vivir no consiste en acumular años, sino en disfrutarlos más allá del pragmatismo más banal.
Siendo seres marcados por la fatalidad de la muerte, sufrimos crisis, pérdidas y tragedias, y es entonces cuando necesitamos esperanza, consuelo y fuerza. Es decir, necesitamos mitos, el poder de una buena historia.
Aprender y recordar
En The Book of Boba Fett, tenemos la semilla de la resurrección del mito estadounidense más evidente: el western, su propio género, que tantó fascinó a Lucas como para replantear el concepto de la frontera, pero en una galaxia muy, muy lejana.
También tenemos la idea de que los recuerdos regresan cuando nos curamos o nos curamos cuando recordamos, una idea que algunos consideran tan simple como una excusa para los flashbacks. Pero nada suele ser tan simple en una historia. En realidad, maneja conceptos simbólicos y filosóficos muy profundos.
Y es que más que enseñar, el Maestro Luke piensa que Grogu está recordando, tal y como dice en cierto momento. El maestro Juanjo (@SrPurpura) realizó un interesante hilo sobre la influencia de la filosofía en ese sexto capítulo, que a su vez es un espejo del aprendizaje de Luke en Dagobah, uno de los pasajes más estudiados de la saga. Y es que el eco de la magia de las historias está ahí.
Incluso en la imagen del desierto de Tatooine frente a las aguas de Kamino es de una fuerza simbólica tan antigua, tan marcada por la vida y la muerte, que enraízan en lo más pofundo de nuestro subconsciente.
Vencer el miedo
Y luego llega el último capítulo, al que muchos le han visto fallos (yo también), pero hay un instante cerca del final, que juega con las conexiones del segundo capítulo de The Mandalorian, pero también con algo más.
Me refiero a la escena donde el pequeño Grogu calma al monstruo, al rancor. Y mi mente explora qué significa que ese niño pequeño e indefenso sea el que da una oportunidad a la bestia, la duerme y la cura.
¿Qué es el rancor sino el miedo, el propio miedo que conduce al Jedi al Lado Oscuro? Grogu ha aprendido y nos ha enseñado en una escena donde algunos solo ven un simple hecho anecdótico y otros vemos una profunda huella mítica.
El destino del Jedi es enfrentarse al miedo, como decía Luke Skywalker, y nosotros somos capaces de adormecer al monstruo de grandes fauces, aquel que germina a través del horror. Nosotros, con nuestra parte más infantil, inocente y poderosa.
La importancia del significado
Esto no va de buscar solo agujeros de guion, o de si me entretiene o no, o de si cumple con las películas que me he montado en mi cabecita o no. Esto es otra cosa.
Algunos dicen que los que rastreamos estas huellas somos los mismos que practicamos una especie de pareidolia con nubes que, en realidad, son formaciones sin ningún contenido. En realidad, son ciegos quejándose de aquel que ve.
Hallar relaciones, comparativas y significados es dar un paso más allá a la hora de analizar, entender y disfrutar una obra. Pese a la realidad de nuestra época, maltratada por el concepto pueril de esa droga del siglo XX y XXI que es la velocidad (como decía Miyazaki), el análisis de The Book of Boba Fett no se puede resumir a impresiones ligeras y curiosidades. No puede centrarse en eso con The Book of Boba Fett y, en realidad, con casi ninguna obra que se precie.
Explorar una obra nos permite trascender los mascados «es entretenida», «me aburre», «es un rollo», «obra maestra» o «es una mierda». Sí, Internet se llena de comentarios así cada semana. Son muletillas, sostienen la cojera de la carencia intelectual, incluso en medios especializados. O eso parece.
Pero creo que hay otros autores que sí practican el ejercico de profundizar en ese mar simbólico que es Star Wars (u otras obras de fantasía) y eso siempre lo agradeceré como creador y espectador.
Sí, The Book of Boba Fett no es una obra maestra, tiene errores (cosas que pasan porque sí, se le ven las costurar…), pero también aciertos y eso no quiere decir que no sea disfrutable, porque posee sentido de la maravilla.
Seamos más justos y, aunque nos guste o no, ¿por qué no atrevernos a transitar sus mares de dunas para hallar lo que se esconde en lo más profundo de esta historia?
Conclusiones
En contra de la serie han jugado las prisas, la pandemia, las esperanzas de unos fans que habían visto mucho del Fett del Universo Expandido y la idea de que hoy no hay medias tintas: una serie es buena o no lo es, cuando, en cambio, creo que hay obras que pueden quedarse a medio camino y seguir siendo disfrutables, como es el caso de The Book of Boba Fett.
Queda por saber si tendremos segunda temporada (se echa de menos a otros cazarrecompensas como Dengar), pero como siempre nos ha demostrado Boba Fett, es que es capaz de escapar incluso de la fosa del sarlacc. No nos cabe duda de que volveremos a verlo.
Porque hay algo en estas historias, algo que subyace, me ilusiona y me da esperanza y guía en momentos de cirsis. No sé si es la Fuerza o el significado del contacto de un pequeñajo frente a un monstruo al que casi lo mata el miedo, pero hay poder en estas historias.
Y en esta época donde algunos se han vuelto huérfanos de historias, amo la idea de poder reivindicar el carácter de estas, capaces de curar, iluminar y sanar a través de esos profundos recuerdos míticos recuperados a través de un tanque de bacta o de la magia de la propia ficción.
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