Los sables de luz de Star Wars protagonizan este libro que, a modo de enciclopedia, recorre su historia. Fuente. |
Que Star Wars es un mito moderno y que cualquiera de sus elementos forma ya parte de nuestra cultura es innegable. Solo un esnob ignoraría esto en pos de la más absoluta ignorancia. Un esnob, en el fondo, es alguien que no aprende y un escritor no puede permitirse caer en semejante tontería.
Cada obra artística entabla un diálogo con el espectador y puede que ese espectador también sea un creador, como bien afirmó Lin-Manuel Miranda a la hora de hablar sobre cómo Hamilton daría pie a otras historias en la constante sinergia de la creación. Cuando nos acercamos a obras como Star Wars, hay mucho de lo que se puede aprender. Hace poco, hablaba sobre cuestiones que había aprendido sobre escritura gracias a The Mandalorian y, ahora, me toca hablar de cómo me he percatado de la importancia de los pequeños detalles del worldbuilding gracias a un libro sobre los sables de luz de la saga.
Desde Una nueva esperanza, el sable láser tiene un carácter mítico. Fuente.
Construyendo galaxias muy lejanas
La construcción de mundos es un elemento clave a la hora de crear un mundo fantástico. El diseño de producción es fundamental a la hora de concebir el worldbuilding de una película o una serie. Por suerte, lo que hace unas décadas parecía una cuestión solo para los más fans, actualmente ha llegado a una gran parte del público gracias a los libros de arte. Toda esta reflexión viene a cuento de que la semana pasada pude leer Star Wars: Sables de luz, que es un compendio sobre curiosidades y anécdotas relacionadas con estas armas que aparecen en la saga creada por George Lucas.
Hay muchos elementos en Star Wars que hacen que los espectadores sepan que algo está relacionado con la saga (Darth Vader, Yoda, la música…), pero el sable láser es, sin duda, uno de esos elementos que se le vienen a la cabeza al público profano o no. Este libro de tapa dura y con formato horizontal nos presenta varios sables de los Jedi y los Sith, además de darnos curiosidades sobre su creación, tanto dentro como fuera de la gran pantalla, y explorar el origen de esta arma para tiempos más civilizados, como comentaba Obi-Wan Kenobi en Una nueva esperanza.
Lo que comenzó como una idea de George
Lucas para asemejar su galaxia muy, muy lejana con el Japón feudal y las
katanas o la Europa medieval y sus espadas, se transformó pronto en un elemento clave de la primera entrega. Si en
los artes conceptuales de Ralph McQuarrie y en los primeros esbozos del guion, todos los
personajes, incluso los soldados de asalto, parecía que llevaban una (como en
Dune se utilizan más las espadas que otro tipo de armas), pronto Lucas encontró
en la excepción un carácter casi mítico que alimentaba la llama de los
Caballeros Jedi y convertía el sable del padre de Luke en un nuevo Excalibur. Había acertado de lleno.
El libro Star Wars: Sables de luz es un curioso recorrido por la historia de estas armas, como vemos aquí, a la hora de hablar de la Segunda Hermana de los Inquisidores, vista en Fallen Order. Fuente.
El sable láser y su importancia
Cada detalle de cada una de estas armas
es una muestra del mimo y el tesón a la hora de dar trasfondo a la saga, tanto
a sus películas como series, cómics, libros o videojuegos. En ocasiones, sirve
para entender conceptos como los sables cortos de Ahsoka (inspirados en los samuráis y los shinobi), los sables bastón o
el sable de doble filo, pero, en otras, sirve para explicar posibles errores,
como que Ki-Adi-Mundi tuviese un sable de dos colores (resulta que su espada
tiene dos cristales distintos). Y es así cómo con detalles en apariencia tan
insustanciales, vamos alimentando el trasfondo y la identidad de nuestra
historia. Cada arma de cada Jedi o Sith le retrata como personaje, heroico o
no, de esta saga. Y eso se me antoja fascinante como espectador, pero también como demiurgo de mis propias historias.
Si bien la idea de un diseño para cada
sable láser es una cuestión que también se ha extendido a otras franquicias
como Harry Potter, donde cada mago cuenta con una con un diseño muy
marcado, sobre todo, a partir de la tercera película; tanto que ha dado para hacer un libro sobre el tema. En el fondo, como fan y artista, suelo quedarme con la parte más bonita de este tema, aunque sé que otros prefieren quedarse con la parte puramente monetaria. Me explico: este tema de la variedad de sables y varitas
nos hace pensar no solo en su valor argumental, sino también a nivel de
mercadotecnia, ya que se pueden comercializar diferentes modelos de sable o
varita. A su vez, podríamos decir lo mismo sobre guías, enciclopedias y obras que expanden lo visto en una película. Pienso que cada uno debe discernir si es realmente necario o no, aunque, personalmente, si estoy escribiendo esto, es porque considero que no es una simple campaña publicitaria. ¿Reporta beneficios económicos? Por supuesto. ¿Y argumentales? También lo pienso.
Tenemos incluso personajes que no han aparecido en las películas o series, pero cuentan con su propio sable, como Lord Corvax. Fuente.
La importancia del detalle
Dicen que el diablo está en los detalles (como decía George R. R. Martin en los agradecimientos de sus libros de Canción de Hielo y Fuego) y pienso que es cierto. Desde hace años, cuando escribo, me gusta explorar los mundos donde transcurren mis historias, aunque parte de esa exploración se quede fuera de la novela (no debemos caer en el infodumping, en soltar datos sin más, como si fuésemos una Wikipedia), pero también he empezado a apreciar cómo muchos autores ponen mucha dedicación a la hora de expandir su universo y esto lo vemos en Star Wars: Sables de luz: cada arma tiene una historia. No todo proviene de Lucas, por supuesto. Hay cientos y cientos de diseñadores, guionistas, creadores... que han ayudado a concebir estos conceptos, pero debemos hacernos a la idea de que proviene de una idea del director estadounidense. Y es una idea fundamental.
A la hora de escribir nuestra propia historia, ¿necesitamos sables, pistolas o cualquier tipo de arma personalizada? No lo creo. Puede que sea irónico después de escribir una entrada sobre el tema, pero me explico: estaría genial tener una comedia romántica con cetros mágicos o similares, pero pienso que aquello con lo que nos tenemos que quedar los juntaletras es con cómo podemos, a través de pequeños detalles, caracterizar de modo indirecto a nuestros personajes y alimentar el trasfondo de nuestras historias.
Por tanto, podríamos tomar como enseñanza que, a la hora de elaborar la construcción de nuestro propio mundo ficticio, cualquier elemento cuenta con una historia y unas series de particularidades que sirven para enriquecer nuestra aventura (porque eso es lo que es escribir al fin y al cabo… una aventura).
Sin la construcción mítica del trasfondo del sable láser, esta escena de Los Últimos Jedi no nos diría absolutamente nada. Fuente. |
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