Crítica de "Fright night", Tom Holland y el vecino vampiro

Póster de Noche de miedo (Fright Night), clásico del cine de terror de los '80. Fuente.

"Welcome to Fright Night... for real!"

¡Bienvenidos a Noche de Miedo!, grita el bueno de Peter Vincent al estilo Vampira antes de introducir sus pelis de monstruos de serie B, Hammer y Universal. Y todos los que hemos crecido con este material acabamos recordando aquella adolescencia rodeados de pelis de monstruos y, quizás, eso hace tan entrañable al personaje de Peter Vincent y esta "adaptación" de La ventana indiscreta, en clave de monstruos ochenteros.

Empezaré con una verdad... Al principio de la peli, Evil Ed suelta en determinado momento que Charley Brewster es muy guay y ¿qué quieren que les diga? A la óptica del nuevo milenio (y del viejo, ya que estamos), Charley es un poco inútil. Sí, Charley, te das cuenta de que tu vecino es un vampiro, pero vas y se lo sueltas como si nada a la policía, luego eres incapaz de hacer nada decente en el enfrentamiento final y siempre esperas que el resto de los personajes te salven, incluido el pobre Peter Vincent (ese genial homenaje a Vincent Price y Peter Cushing). Inútil. Eso es lo que pienso siempre que veo Fright Night y puede que se deba a que los actores son mayores que sus personajes y no termino de zambullirme en parte de esta aventura ochentera.

Y todavía así, es entretenida, divertida, con algunos toques de horror bastante curiosos y piedra angular para los vampiros modernos que vendrían después en The Lost Boys o Buffy, cazavampiros. Jerry Dandridge sembró una prole en el celuloide que todavía nos acompaña y eso para cualquier fan de los vampiros, como es mi caso, es estupendo.

El éxito de Fright Night

Eso sí, no sé si Fright Night pasará el test de Bechdel y similares. Sé que la lectura de cómo Charley intenta perder la virginidad y le echa la bronca a su novia Amy en la primera escena, para luego ella convertirse en carnaza para el vampiro y terminar como termina el film, me deja un mal sabor de boca cuando me pongo a hacer relecturas. Y si algo tiene el film es el tema de las segundas lecturas, como la del joven contra el adulto o cómo el joven intenta convertirse en macho alfa o cualquier tipo de teoría tontorrona digna de Reddit. Relecturas que han llevado a segundas partes, reboots como el de 2011 y más continuaciones, incluso una planeada (y no filmada hasta la fecha) por el propio Holland.

Y es que Fright Night habla de la adolescencia en la clave de los años '80, mezcla la comedia, el terror y la parodia y encierra el paradigma del vampiro en una visión muy particular que desenvuelve su director Tom Holland. Quizás, lo mejor, aparte del aire satírico de la película y no cortarse con cierto gore, es la idea de presentar al vampiro como el vecino de al lado, el ser atractivo y poderoso que te puede quitar todo, y que moderniza parte de su mitología sin sacrificar del todo el significado de ser vampiro. Muchos de los elementos que toca Fright Night, serían tocados de nuevo (y mejorados, según mi punto de vista) por The Lost Boys, que se estrenaría un par de años después.

Debe ser que empiezo a tener una edad y estoy más cerca de ser el vecino que del adolescente, pero, al final, me quedo con el villano, con el Jerry encarnado por un Chris Sarandon que ya ensayaba la voz que utilizaría para su Jack Skellington de Pesadilla antes de Navidad. Nuestro príncipe Humperdinck siempre será uno de los vampiros más carismáticos del cine y Fright Night siempre será una película digna de ser revisitada.

El bueno de Jerry. Fuente.