Crítica del libro: "El Hombre Ilustrado" de Ray Bradbury

El Hombre Ilustrado de Ray Bradbury, una auténtica joya literaria siempre reivindicable. Fuente.
“No obstante —apuntó Simms—, los habitantes del futuro están resentidos. Ustedes dos descansando en una especie de isla tropical mientras ellos se precipitan en los abismos infernales. La muerte quiere muerte. La gente muere más tranquila si sabe que a otros les pasa lo mismo. Es bueno oír que no se está solo en la tumba. Soy el guardián de ese resentimiento colectivo contra ustedes”.

Existen personas que se preguntan: “¿para qué sirve un libro?”. Un lector puede responder de muchas formas, además de sentir tristeza por alguien a quien nunca le haya embargado la pasión por las historias escritas. La contestación más acertada sería regalarle un libro a quien nunca se haya sentido presa de uno y esperar que el poder de las letras haga el resto. Un presente, que no debería ser rechazado, podría ser cualquiera de los libros de Ray Bradbury, un ejemplo: El Hombre Ilustrado.

Un servidor no puede dejar de dar gracias a aquel día en que, perdido en una decepcionante feria del libro, rehuyendo los bestsellers de turno, pude conseguir el clásico Fahrenheit 451, una de esas novelas que te cambian la vida. Desde entonces, he procurado leer un libro de Bradbury cada año, descubriendo la magia de su prosa y su sorprendente imaginación. Fahrenheit 451 fue leído en el verano de 2011, Crónicas marcianas en julio de 2012, El zen en el arte de escribir en la estación correspondiente en 2013 y en 2014 fue El Hombre Ilustrado. Baste decir que seguiré con esta tradición en los siguientes años, tal es mi cariño hacia la literatura de Bradbury.

Leyendo a Bradbury

El día en que le perdimos en 2012 también dijimos adiós a uno de los autores más importantes de la ciencia ficción y la literatura en general (sí, aunque algunos renieguen del género fantástico considerándolo una mera distracción, craso error). En El Hombre Ilustrado, Bradbury cuando nos habla de marcianos, telépatas, robots… no lo hace como un mero divertimento ilógico, Bradbury nos habla de cada uno de nosotros, nuestro mundo y su significado a través de la metáfora infinita de la ciencia ficción. Es por eso por lo que cada una de sus obras conmueven gratamente, ya sean en formato novela con la majestuosa Fahrenheit 451 o en sus colecciones de relatos como Crónicas marcianas o El Hombre Ilustrado, que guardan docenas de historias que merecen ser descubiertas por el lector deseoso de viajar a relatos que le cambiarán y deseará compartir.

Hoy, que muchos autores del género fantástico consideran que pueden crear obras que carezcan de una calidad y entidad literaria propia. escudándose bajo los prejuicios que hay hacia el género (sí, los que se tiran piedras sobre su tejado), da gusto leer en El Hombre Ilustrado a un escritor fantástico. En ningún momento se creyó que por escribir fantasía o pulp tuviese que limitarse a cuentos estúpidos, llenos de clichés y de rápida y vacua lectura.

Lo primero que destaca en la antología El Hombre Ilustrado es el hilo conductor de la obra. Sin duda, el mejor hilo que un servidor ha leído en una recopilación de relatos y una muestra más del talento de Bradbury. ¿Cuál es? El editor de la obra conoce a El Hombre Ilustrado, un individuo con la piel cubierta de tatuajes, pero no son dibujos de tinta normales y corrientes, sino que se mueven y muestran historias, cada uno de esos relatos son los que aparecen en el libro. Un genial punto de partida que conocemos en el prólogo, el último relato (que lleva su nombre) y el epílogo, y que sería un concepto similar al de uno de los personajes de la novela de Bradbury La feria de las tinieblas.

Ray Brabury, escritor 

La prosa de Bradbury no se basa solo en una idea, sino que también posee una elegancia propia y una estructura cuidada donde destaca el sentimiento poético, ya sea en sus descripciones o diálogos. El autor no se concentra en la acción descerebrada, sino que sabe formular esta como una auténtica amenaza a la vez que concibe a personajes creíbles en situaciones, a veces, increíbles. Es por eso por lo que si usted tiene la misma manía que un servidor de doblar las esquinas de las páginas donde hay frases o fragmentos que le gustan acabará teniendo un libro inmenso gracias a esas esquinas cerradas, casi como pedazos de un abanico. ¿Pueden imaginar la calidad de Bradbury? ¿No? Tiene solución: acérquense, léanlo, degusten su obra, sueñen, disfruten… Podrán sentir lo que yo siento cada vez que le leo.

Como los mejores libros de relatos, El Hombre Ilustrado se lee veloz, siendo una lectura entretenida, con relatos buenos y en muchos casos notables y sobresalientes, por lo que no se siente que haya algún cuento de relleno o escaso de calidad. Recordemos que Bradbury proponía a los escritores que siguiesen su método de trabajo: escribir un relato a la semana, que haría que el autor tuviese en un año cincuenta y dos relatos de los que alguno seguramente fuese bueno o sirviese para concebir otros mejores. Sin duda, Bradbury siguió su método y con excelentes resultados.

En El Hombre Ilustrado destacan los relatos La pradera, Calidoscopio, El otro pie, La carretera, El Hombre, La larga lluvia, El hombre del cohete, La última noche del mundo, Los desterrados, Una noche o una mañana cualquiera, El zorro y el bosque, El visitante, Marionetas, S.A., La mezcladora de cemento, La ciudad, La hora cero, El cohete y El Hombre Ilustrado, además del prólogo y el epílogo. Y sí, son todos los relatos del libro pues cada uno vale la pena, sin duda. Mis favoritos son demasiados como para sesgarlos, pero nombraré seis: Calidoscopio, El hombre, La larga lluvia, Una noche o una mañana cualquiera, El zorro y el bosque y El hombre cohete

Un Bradbury para todas las eras

Si aún se sienten reticentes, la antología fue publicada en 1951, pero no se preocupen, no ha perdido su calidad ni su fuerza con el paso de los años, sino que tal vez incluso se haya incrementado con el paso del tiempo, siendo una obra única y resonante por cómo destripa el alma del ser humano, desde viajeros perdidos buscando la fe o la esperanza hasta padres e hijos que no se entienden pasando por la muerte y la vida en un universo enorme, tan vasto como el alma humana.

La inocencia, la melancolía, la nostalgia… sentimientos que Bradbury mezcla en su obra con una fuerza que cualquier escritor desearía. Alrededor de sus menos de trescientas páginas, hallamos grandes temas, personajes e historias, además de trazos de futuras obras de Ray Bradbury como Fahrenheit 451, ya que en algunos de los cuentos se habla de cómo en la Tierra se queman los libros (y los espíritus de los autores deciden intentar vengarse, por cierto).

El Hombre Ilustrado se ha paseado por la gran y pequeña pantalla (la película dirigida por Jack Smight, 1969; en formato serie en el The Ray Bradbury Theater) además de en la radio, adaptando algunos de los relatos de la obra. Aún así, también existen otros homenajes reconocidos o no en obras de otros autores; lean Calidoscopio e intenten no ver su influencia de Gravity, por ejemplo, aunque el final de Calidoscopio sea más duro e incluya otro tipo de enseñanza.

En definitiva, el amor que emana cada relato de El Hombre Ilustrado hacia la literatura es lo que hace que el lector encuentre consuelo y sepa la respuesta a para qué sirve un libro. ¿No la saben? Pues ya conoce la respuesta, un libro de Bradbury es una buena muestra de ello.
“Nunca fui joven. Lo que fui o pude ser, está muerto. […]. Siempre pensé que uno muere todos los días, y que los días son como cajones, ¿comprendes?, con marbetes y todo. Y no hay que volver atrás, ni levantar la tapa, pues uno muere un par de miles de veces, y eso es un montón de cadáveres, todos con una muerte distinta, y con una expresión cada vez peor. En cada uno de esos días hay un yo diferente, alguien a quien no conoces, o no comprendes, o no quiere comprender.Fuente de la imagen de portada

2 comentarios:

  1. Leí este libro. Leí Crónicas marcianas, que incluye Usher IIl, un cuento con un tema en común con Farenheint 451. Creo que un libro puede ser algo útil, cuando hay quienes quieren restringir la circulación de un libro, censurarlo. Incluso exorcisarlo, como en caso de la saga de Harry Potter. Tan útil puede ser un libreo que puede molestarle a cierta gente.

    Es una gran antología con el recurso del relato que enmarca a los demás, bien usado ese recurso.

    Es cierto lo que logra Bradbury. En Crónicas marcianas hace que el lector se ponga del lado de los marcianos, aunque no de todos. Nos hace que nos pongamos del lado de Ylla y tal vez no de su esposo.

    Interesante reseña

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    1. Sí, esta semana en España también se ha secuestrado un libro impidiendo su venta. Y no sería el primer caso de "prohibición". Desgraciadamente, a veces, damos muchos pasos para detrás. Espero que en esta era de tanto Internet, este no se convierta en un aliado de los represores.

      En cuanto a Crónicas marcianas, es otro de mis libros favoritos. Algún día debo volver a hablar de él tal y como se merece.

      Gracias por tu comentario, saludos.

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