Portada de la nueva edición de un cómic que trasciende el género: Cages de Dave McKean. Fuente. |
"Al principio era el fin".
¿Cómic? ¿Novela? ¿Exposición artística? ¿Sueño? ¿Pesadilla? ¿Puro surrealismo? ¿Obra maestra? ¿Experimento? ¿Extrañeza? ¿Qué es Cages de Dave McKean?
Hay cómics que no recomendaría a todo el mundo. No porque sean malas obras, sino porque no están hechas para todo el mundo. O todo el mundo no está hecho para ellas. Cages de Dave McKean es un ejemplo de cómo existen joyas que no pueden ser lucidas por la mayoría de los mortales, solo por aquellos que han visto felinos en las sombras y magia en la música.
Hay cómics que no recomendaría a todo el mundo. No porque sean malas obras, sino porque no están hechas para todo el mundo. O todo el mundo no está hecho para ellas. Cages de Dave McKean es un ejemplo de cómo existen joyas que no pueden ser lucidas por la mayoría de los mortales, solo por aquellos que han visto felinos en las sombras y magia en la música.
Esta creación de McKean, que trasciende cualquier definición de novela gráfica, cómic o literatura, se acerca al terreno experimental y surrealista que me hace pensar en la primera vez que vi Un perro andaluz o fui a un museo a ver obras surrealistas de Óscar Domínguez: conlleva un grado de implicación por el lector, la búsqueda de sentido (o sentidos) por parte de este y la importancia de comprobar y deambular en el universo presentado en las casi quinientas páginas que conforman Cages.
Una de las creaciones de McKean. Fuente. |
Más allá de la realidad
Si leer Cages puede llegar a ser complicado para alguno, hablar de esta obra también lo es, pero no sería un error comenzar diciendo que puede que sea el mangum opus de Dave McKean. Todas sus influencias, obsesiones y búsquedas están en él. Hay literatura, fotografía, collage, pintura y docenas de técnicas a lo largo de las páginas del cómic y todas ellas plasman el mundo particular de este gran creador que se hizo conocido por sus colaboraciones con Neil Gaiman en novelas gráficas como Violent Cases, las ilustraciones de alguna edición de Coraline o, sobre todo, por las portadas de The Sandman, que le llevarían a dibujar el Arkham Asylum de Grant Morrison. Cualquiera que se haya reunido alguna vez con el arte de McKean comprenderá su complejidad, su fuerza y su espíritu en cada parte o celda de Cages.
Cages trata sobre un edificio habitado por dispares y extraños personajes: músicos, una propietaria cotilla, un escritor encerrado, un gato, una mujer olvidadiza… y un pintor que busca inspiración para sus futuros trabajos. Todos ellos son la excusa perfecta para que Dave McKean libere su espíritu arrollador a lo largo de Cages y rompa las convenciones de un medio que se queda pequeño para el talento de un genio muy particular.
Muchas ideas cohabitan en el oscuro mundo del creador de MirrorMask y algunas se insertan en la mente del lector como revelaciones de un cuento onírico. Dave McKean posee un mundo propio y eso es innegable, nadie puede imitar su estilo. Podemos encontrar un capítulo narrado por una vecina olvidadiza, tan humano y arrollador, y una encuentro musical que va más allá de nuestra realidad de un modo que solo McKean concibe.
Una de las páginas de Cages, con el omnipresente gato. Fuente. |
Cada relectura de Cages aguanta como un desafío para hallar más sentidos a todo lo que rodea cada una de sus celdas: simbolismo, significado, secretos, revelaciones, moralejas, personajes y sucesos extraños, etc. Es una creación enorme y profunda.
Si todo lo que digo es bueno, ¿por qué no lo recomiendo a todos? Como comentaba, abunda el lector sin ganas de implicarse en la obra o encontrar y buscar significados en el mundo de McKean y, ante esto, el escudo más fácil es usar palabras como “pretencioso” o “desconcertante”, cuando esta creación de McKean va más allá de esto.
Hace unos años pude asistir a una exposición de Dave McKean en la galería Artizar de La Laguna y pude conocer al autor y maravillarme de su arte en directo. Uno no ha visto la obra de McKean hasta que puede perderse delante de uno de sus cuadros durante largos minutos en los que el arte de McKean conecta con nosotros. Ahora, con Cages tenemos una muestra de todo eso en nuestras manos y, creedme, es todo un regalo.
¿Cómic? ¿Novela? ¿Exposición artística? ¿Sueño? ¿Pesadilla? ¿Puro surrealismo? ¿Obra maestra? ¿Experimento? ¿Extrañeza? Cages es todo eso, pero, de por sí, es algo más. Eso queda claro.
...complimenti per come esponi le cose molto bello il tuo blog, un saluto...
ResponderEliminarGrazie mille per le tue parole! Un saluto.
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