Entrevista José Villarrubia: "Lo fascinante es capturar el instante perfecto"

Una de las grandes oportunidades que me dio el periodismo fue conocer a gente excelente, artistas inconmensurables que te devolvían la fe en lo que estaba haciendo. En su día, Pedro de Mercader y yo realizamos esta entrevista al artista José Villarrubia. Villarrubia es un autor cercano, comprometido y cuya obra es digna siempre de ser apreciada. Con el permiso de Pedro, reproduzco ahora esta entrevista en el blog inaugurar una serie de charlas sobre cultura y arte, dos campos que tanto me han ayudado.

Retrato de José Villarrubia. Copyright: José y Arturo Villarrubia.

José Villarrubia es un artista al que se puede reconocer. Cada vez que vemos uno de sus trabajos coloreando cómics o realizando fotografías, sabemos que es él quien está tras la obra. Y es que, como los mejores artistas,  hay algo de su alma en sus creaciones.

Nuestro entrevistado ha realizado trabajos para Marvel, DC o Dark Horse entre otras editoriales, trabajando en emblemáticas obras como Batman: Año 100, Promethea, Sweet Tooth, CAGE, Hellshock... Sin olvidar a importantes autores como Alan Moore, Richard Corben, Jae Lee, Paul Pope, J.H. Williams III o Bill Sienkiewicz, entre otros.

Este español, afincado en Baltimore, continúa su carrera artística a la vez que imparte clases intentando que su deseo por las artes siga extendiéndose. Muy pronto se estrenará Electricomics, la plataforma de cómic digital donde está involucrado junto a artistas de la talla de Alan Moore, Peter Hogan, Garth Ennis, Leah Moore...

Es, por tanto, todo un placer poder hablar con un artista del nivel y la humanidad de José Villarrubia.


P.: Nació en España, pero vive en Baltimore y su carrera se ha desarrollado durante largo tiempo en el extranjero. ¿A qué se debe?

JOSÉ VILLARRUBIA: Me fui a USA a los dieciocho años a estudiar y por motivos personales. Cuando terminé la carrera de Bellas Artes, me hice un máster en pintura y después me ofrecieron trabajo de profesor, así que me quedé.

P.: ¿Cree que los artistas españoles tienen que viajar fuera de nuestras fronteras?

R.: No. Mi caso es un caso particular, no una regla que se tenga que aplicar a nadie más. Hay gran cantidad de artistas que viven y trabajan en España. Ahora sí, está claro que los dos grandes mercados para el cómic son el franco-belga y el americano, y por lo tanto, aprender idiomas y viajar puede abrir muchas posibilidades laborales.

P.: ¿ Y cómo se puede entrar a trabajar como colorista en la industria del cómic estadounidense?

Hellshock de Jae Lee.
Fuente.
R.: Pues primero, haciéndolo muy bien, claro. Recomiendo aprender a pintar antes con técnicas tradicionales: acuarela, guache, acrílico, óleo. El saber pintar (y dibujar bien) es esencial. Luego tener control de Photoshop, pero solo los efectos de pintura, el resto no hace falta. Hacer por lo menos una docena de ejemplos que muestren consistencia y versatilidad. Mejor si tienes experiencia en cómics y cosas publicadas. La forma normal de aplicarlo es por medio de una revisión de portafolio en una de las muchas convenciones que se organizan en USA. A veces también vienen editores americanos cazatalentos, sobre todo a los festivales de Barcelona y Madrid, pero también a otros. La otra forma es tener un agente que te represente y le muestre tu trabajo a los editores.

Yo no lo hice así. Lo hice por petición de mi amigo Jae Lee, que sabía que yo era pintor, y me pidió formar un equipo con él para realizar el cómic Hellshock, que se convirtió en mi debut en el mercado americano.


P.: Ha vivido el paso de los métodos más tradicionales de coloreado, la fotomecánica, al actual coloreado digital en los cómics. ¿Cómo ha sido este cambio?

R.: Yo aprendí Photoshop para poder hacer ilustraciones digitales y colorear cómics. En aquella época, al principio de los noventa, fue el momento en el que el color digital se empezó a aplicar en ordenadores personales y esto cambió el look de los cómics americanos. Jae y yo pensamos que sería una buena idea hacer cómics dibujados a tinta y coloreados a la acuarela, tal y como habían hecho artistas como Kent Williams, Jon J. Muth y Bill Sienkiewicz. La diferencia es que yo escaneaba y ajustaba los colores de forma digital. Con el tiempo y los proyectos, cada vez resolví las planchas más numéricamente, para ahorrar tiempo y ampliar la gama de efectos que podía conseguir.

Una de las mejores portadas de X-Factor, coloreada por Villarrubia. Fuente.


P.: ¿Cómo es su método de trabajo, su proceso creativo?

R.: Mi método de trabajo es simple. Los editores me mandan páginas a a blanco y negro, escaneadas en formato TIFF. Me mandan también los guiones e indicaciones del escritor, el artista y ellos mismos. Entonces yo o mis ayudantes dividimos la imagen en Photoshop en una capa que se llama “flats” o colores planos. Esto es imprescindible para la elaboración rápida de los colores. Una vez hecho esto, resuelvo las páginas y les mando copias en formato jpg a los editores y equipos creativos. Normalmente recibo algunas correcciones y después de hacer estas, termino las páginas, las convierto a TIFF CMYK y las cargo en un servidor.

P.: ¿Qué opina de obras que han sido recoloreadas digitalmente, como por ejemplo La broma asesina, que pasó de los colores de John Higgins a los propios del dibujante, Brian Bolland?

R.: No he visto la versión recoloreada de La broma asesina, así que no la puedo juzgar. Yo mismo he recoloreado algunos cómics clásicos, incluyendo el primer cómic de Marvel Comics, donde aparece por primera vez Namor, escrito y dibujado por el gran Bill Everett. En este caso los colores fueron horrorosos en su versión original, así que el recoloreado le ayudó mucho. En otras ocasiones, como los cómics de Barry Windsor Smith de Conan que fueron recoloreados por Dark Horse, perdieron mucho. En general yo diría que si los colores originales fueron buenos (o geniales como en el caso de Little Nemo), lo mejor es restaurar las páginas digitalmente y no cambiarlas. Si fueron malos (los colores “Flexographic” de Marvel en los ochenta, por ejemplo) es mejor recolorear, ¡siempre y cuando el recoloreador sea bueno, claro!

CAGE, la primera colaboración de
Corben y Villarrubia. Fuente.
P.: ¿Cómo es trabajar con un titán del cómic como es Richard Corben? Sus cómics impactan con sus propias historias o cuando adapta clásicos del terror.

R.: Corben en mi héroe artístico, sobretodo en lo que respecta al color en el cómic. La primera vez que trabajé con él fue en la serie CAGE para Marvel. Coloreé sus páginas de blanco y negro. Él se quedó muy contento y me mandó de regalo un paquete con cinco dibujos originales. Imagínate mi emoción. Después hemos hecho muchos proyectos juntos: Ghost Rider, Conan, Starr, varias historia cortas y portadas. Finalmente, me encargué de editar y restaurar digitalmente las historias que hizo en los años setenta para la editorial Warren. Estas se editaron por Dark Horse en el volumen Creepy Presents Richard Corben y han sido traducidas a muchos idiomas, incluyendo una edición en español de Planeta.

P.: Recientemente ha estado en Reino Unido, donde le hemos visto con Alan Moore, con quien ha trabajado muchas veces (Promethea, La Voz del Fuego…). ¿Cómo es trabajar con un escritor al que muchos consideran un mito?

R.: Cada proyecto con Alan es único. He coloreado varias historias y portadas en colaboración con otros artistas. Pero individualmente ilustré El espejo del amor, un libro que diseñé a mi gusto y con el que tuve su apoyo, pero con gran libertad, La voz del fuego que ilustré para una edición de lujo, y el capítulo 7 de Promethea que él escribió especialmente para mí... Como te puedes imaginar, trabajar con él es maravilloso. Tenemos un par de cosas en el tintero para los próximos meses...

P.: Como ha comentado, de su colaboración con Moore surgió una hermosa obra El espejo del amor (The mirror of love) en respuesta a leyes que iban en contra de publicaciones donde se hablase de la homosexualidad. ¿Cree que el arte puede cambiar el mundo y sirve para luchar contra las injusticias?

R.: Pues no lo sé, pero por lo menos uno se queda con las sensación de haber puesto su granito de arena. Hace un par de semanas hablé con Alan de esto. Me dijo que había dado una charla para niños y adolescentes en su biblioteca local, y que había un chica que parecía deprimida y distraída... Indagó sobre su situación y la organizadora le dijo que es que estaba teniendo problemas saliendo del armario, con su familia y también consigo misma, quizás. Alan le regaló una copia del Espejo para animarla, y la organizadora le dijo que le había gustado mucho y que lo iba a leer.

P.: ¿Cuál es el trabajo del que se siente más orgulloso hasta la fecha?

R.: Efectivamente es El espejo del amor. Se lo dije a Alan y él me respondió: “No me extraña. Es una obra de arte.”

El Espejo del Amor de Alan Moore y José Villarrubia.
Fuente.

P.: Somos de esas personas que piensan que Internet ofrece una plataforma nueva para los cómics. Recientemente ha aparecido Electricomics, donde usted está envuelto. ¿Qué nos va a ofrecer? ¿Cómo será su trabajo en ella? ¿Qué nos puede adelantar?

R.: Electricomics quiere ser una nueva plataforma digital para leer cómics y un software para crearlos. Todavía están decidiéndose cómo van a ser los detalles. Mi función es colorear tres de las cuatro historias iniciales, escritas por Alan, Leah Moore y Peter Hogan. Además estoy haciendo de asesor en lo que respecta al punto de vista de los ilustradores.

P.: ¿Por qué cree que los coloristas siguen siendo desconocidos para el público?

R.: Creo que es igual que la situación de los cinematógrafos y directores artísticos en el cine, los estilistas, maquilladores y peluqueros en la moda, o los escenógrafos, figurinistas e iluminadores en el teatro. Cumplimos una función esencial, pero es secundaria a los “protagonistas” y por eso no se nos conoce.

El coloreado de Sweet Tooth de Jeff Lemire corre a cargo de Villarrubia. Fuente.


P.: ¿Alguna anécdota de tu trabajo que quieras compartir?

R.: (Risas) ¡Tengo tantas!... Pero bueno, de vez en cuando la gente me trae cómics para que los firme que yo no he hecho. Antes solía decirles que se habían equivocado, pero ahora no lo hago, para no ponerles en un apuro. Uno de los elogios más comunes que suelo recibir es de fans que me dicen que les encanta mi trabajo desde que hice los Inhumanos con Jae Lee. Por supuesto no fui yo quien lo coloreé, ni siquiera se parece a lo que hacía o hago, pero yo les doy las gracias de todos modos y no les corrijo...

P.: También ha expuesto trabajos fotográficos, ¿qué encuentra tan fascinante en este campo?

R.: Mi madre es fotógrafa y mis hermanos también. Hay gran afición en mi familia, aunque cada uno lo hemos descubierto por separado. Para mí la fotografía fue un reto cuando me cansé de pintar para exponer en galerías... Desde que descubrí de adolescente el trabajo de David Hamilton y después de Sarah Moon y Guy Bourdain, he sido un fanático de esta forma de arte y, por un tiempo, se convirtió en mi principal ocupación profesional. Lo fascinante es capturar el “instante perfecto”, ese momento intangible cuando la imagen funciona y, en el mejor de los casos, conmueve...

Batman Año 100 de Paul Pope y José Villarrubia. Fuente.

P.: Por último, apelamos a su faceta de profesor. Muchas veces se notan debilidades en el coloreado digital de algunos autores, siendo capaces de estropear el dibujo, ¿qué consejo daría para que esto no ocurriese?

R.: Como he dicho antes, aprender a dibujar y pintar bien con técnicas tradicionales. Hablar con el artista y tener una idea clara de lo que ellos quieren. No abusar de los efectos de Photoshop. Hay un buen libro que mi amigo Marc Chiarello escribió hace unos años The DC Comics Guide to Coloring and Lettering que da muy buenos consejos generales.

Por otro lado, las debilidades en el coloreado, a menudo, corresponden a la falta de presupuesto. A menudo, el color está visto por los editores como una parte técnica y no artística, y para ahorrar dinero contratan a gente con poca experiencia o habilidad. En el campo de los cómics, el editor es a la vez editor de la historia y director artístico, y y es muy difícil que sean expertos en ambas cosas... Con algunas notable excepciones, el interés del editor es que el color no impida, o mejor ayude, a la narración.

Pero la parte artística y creativa del proceso, no les interesa, y por tanto el color se vuelve un aspecto genérico en la mayor parte de los casos. Pero como digo, hay notables excepciones, y cuando estas tienen éxito, esto convence a las editoriales a arriesgar más. Al principio de mi carrera en los cómics sufrí algunos rechazos porque mi trabajo fue considerado “demasiado artístico” (¡aunque parezca mentira!)... Ahora, lo que hice hace ya un par de décadas, se ve como normal, pues muchos artistas han incorporado técnicas pictóricas en su color digital.

Agradecer a José Villarrubia su tiempo y sus respuestas, que nos han ayudado a descubrir su carrera y su labor artística.

2 comentarios:

  1. Gracias por compartir con nosotros estas entrevistas, me encanta conocer a las personas que sostienen el pincel, instrumento o la pluma (según corresponda).

    Es genial que gracias a tu trabajo tengas la oportunidad de tratar con artistas de todo tipo.

    Me estrené con Richard Corben gracias a las maravillosas revistas de Toutain Editor y al Hount of horror en el que adaptaba varios relatos de Lovecraft como el mítico Dagon o La música de Erich Zann.

    El espejo del amor está en mi lista desde hace tiempo, por ahora tendrá que esperar, no está en la biblioteca y ando algo justa de fondos.

    Me gusta mucho lo que defiende Villarubia, que los artistas deben aprender primero las técnicas tradicionales para pasar al arte digital. He conocido a muchos estudiantes de Bellas Artes que directamente reniegan de dichas técnicas y la diferencia entre unos y otros es abrumadora y da lugar en ocasiones a multitud de apuros técnicos. En lo personal prefiero a aquellos que se han molestado por estudiar e interiorizar la tradición.

    Un abrazo ^^

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    1. ¡Muchas gracias, Ana! Mi idea es compartir de vez en cuando las entrevistas que he hecho, además de las que hice junto al compañero Pedro de Mercader. Creo que es interesante conocer a los artistas.

      En cuanto a mi trabajo, sí. Gaiman decía que quiso ser periodista porque así tenía justificación para preguntar. Yo también... Aunque últimamente estoy pensando en cambiar y estudiar otra cosa, pero eso va a ser un salto mortal que ya os contaré más adelante si al final me decido... Ya veréis. :)

      Y sobre Richard Corben, compartimos inicio. Yo me leí también esa adaptación de Corben sobre los relatos de Lovecraft y me encantó. Considero que es una obra a reivindicar.

      Te entiendo en cuanto a la obra de Villarrubia y Moore, está complicada de encontrar, pero merece la pena y, además, se apoya la idea de que el amor es lo más importante; por encima del odio.

      A mí también me gusta esa idea de aprender lo tradicional para luego manejar lo más moderno. Ocurre también en la literatura. Conozco a muchos que reniegan de los clásicos o de las normas de la escritura y resbalan por no comprender por dónde van al no saber de dónde vienen.

      Muchísimas gracias por tu comentario, un saludo.

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