Portada de El Hobbit. Fuente. |
"No estamos acostumbrados a las aventuras. ¡Cosas desagradables, molestas e incómodas que retrasan la cena! No me explico por qué atraen a la gente".
Bilbo Bolsón.
El profesor J.R.R. Tolkien corregía un par de exámenes cuando, para hacer tiempo en la respuesta en blanco de un alumno, escribió una frase: “En un agujero en el suelo, vivía un hobbit”. Así, casi de casualidad, nació El Hobbit, uno de los grandes cuentos de aventuras del siglo XX.
J.R.R. Tolkien era uno de los grandes maestros de la literatura, no solo como profesor y traductor, sino también como escritor. El autor nacido en Sudáfrica demostró su increíble, su apoteósica, imaginación en este cuento. Es así como toda su obra es un cántico hacia la creación de una mitología.
Por otra parte, El viaje del héroe de Joseph Campbell consiste en pensar que todas las historias cumplen una serie de patrones, que el héroe afronta una serie de etapas iguales y solo cambia su nombre. Bilbo Bolsón cumple con el viaje del héroe y nos descubre la forma en que los personajes aparentemente más nimios, cada uno de nosotros, tiene algo que decir.
Bilbo recibe a los enanos y a Gandalf en una de las mejores escenas de la novela. Fuente. |
El comienzo de la aventura
El Hobbit es una gran historia con grandes personajes. Puede que falten puntos por completar (adónde va Gandalf, cosa que quería arreglar Tolkien en los apéndices), puede que algunos personajes no estén desarrollados (muchos de los enanos), pero estos aparentes defectos no lo son cuando uno disfruta del ritmo y del lenguaje exquisito del profesor, que nos transportan a las historias que leían los abuelos a sus nietos bajo la luz de las ascuas de una chimenea.
El libro nos regala a personajes que se merecen su puesto en el panteón de los héroes y villanos de la literatura. Está el genial Bilbo Bolsón (mi hobbit favorito, incluso por encima de Sam y Frodo), el aventurero mago Gandalf el Gris (siempre guardando un as en la manga), el trágico Thorin Escudo de Roble (que tiene parte del destino de Boromir en El Señor de los Anillos) y el pérfido Smaug, uno de los dragones más pérfidos de la fantasía (pese a su fin, para algunos precipitados). Pero no podemos olvidar a ese secundario, cuya aparición fue tal vez fruto de la casualidad y que se convertiría en un gran personaje que marcaría su paso por la Tierra Media: Gollum y, por supuesto, su tesssoro (en otras traducciones: “Precioso”, al igual que Dardo, la espada, se tradujo como “Aguijón”).
El lector emprende el viaje de Bilbo. Nos enfrentamos a los trolls, nos maravillamos con Rivendel, intentamos resistir en las montañas, caemos en la trampa de los trasgos, huimos de los huargos, casi ardemos en los árboles, somos salvados por las Águilas, conocemos a Beorn, viajamos al Bosque Negro, luchamos contra las arañas, nos encontramos con los elfos, escapamos en toneles por el río, visitamos la Ciudad Lago, abrimos la Montaña Solitaria, nos atemorizamos de Smaug, esperamos un aciago fin en la Batalla de los Cinco Ejércitos… Y, con la última página, volvemos a casa, pero ya no somos los mismos.
El encuentro entre Bilbo y Gollum. Fuente. |
El nacimiento de un género
En un alarde de imaginación, Tolkien aprovecha su devoción por la literatura antigua y las lenguas olvidadas para regalarnos pasajes que parecen pertenecer a viejos cuentos, incluyendo lenguas como el élfico y hermosas canciones que no han llegado hasta nuestro mundo. Por si fuera poco, incluye un mundo nuevo entre sus páginas, un mapa plagado de lugares.
¿Fue Tolkien el primero en hacerlo? Puede que no, pero sí a los niveles de detallismo tan profundo como para inundar cada página de Historia. Por algo, Tolkien es maestro y no solo en el tema de la educación, sino también para todo escritor actual y más del ámbito fantástico (que no sabemos si ha conseguido huir de la estela del profesor).
El tono de El Hobbit es diferente al que posee El Señor de los Anillos. Si bien, fue la base para la magna obra de Tolkien y se tocan temas similares, el escritor lo hace desde la perspectiva de una aventura en cada capítulo, quizás más ameno. Nos encontramos así con escenas terroríficas como el Bosque Negro y luego momentos más “simpáticos” como los tres trolls. Todos ellos apasionantes.
Smaug cae sobre la Ciudad Lago. Fuente. |
Cada parte no es solo una aventura, sino también una delicia, un paso en el viaje hasta la Montaña Solitaria, el viaje que convierte a Bilbo en un auténtico héroe. Un personaje que para algunos sería insignificante, para Tolkien se convierte en el gran hobbit que cambiará el destino de la Tierra Media.
El profesor entendía que los héroes no tenían que ser personajes de abundante cartera o linaje, sino cada uno de nosotros. Una moraleja a reivindicar, sin duda alguna.
El Hobbit es uno de esos libros de los que tantas cosas se pueden aprender, una de esas obras que deberían disfrutar los más jóvenes y los más adultos. Un relato escrito para ser contado y para que nos lo cuenten. Es una obra monumental, el libro que creó o recreó un género, que cultivó una de las historias más grandes de todos los tiempos El Señor de los Anillos.
"Mi querido Bilbo –dijo–. ¡Algo te ocurre! ¡No eres el hobbit que eras antes!”.
Gandalf.
Recuerdo la primera vez que lo leí, tenía diez u once años y me lo prestó una amiga. Era tal la ilusión y la fascinación con las que acudía a sus páginas, se convirtió en una de mis lecturas favoritas. Lo más importante es que fue la puerta al resto de la obra de Tolkien y después vino la trilogía y... y ya no pude parar.
ResponderEliminarPreciosa entrada, muy emotiva, me hace revivir esos buenos años. Ah... me apetece volver a ese mundo, puede que pronto toque relectura. Eso si antes no me ha devorado mi pila de lecturas pendientes ;)
Un abrazo.
Ah, yo también he sentido esa emoción al leer a Tolkien y, mientras editaba hoy esta entrada y escuchaba la banda sonora de Howard Shore, los pensamientos no cesaban de venirme junto a las memorias de aquel crío que devoraba los libros de Tolkien y soñaba con mundos mágicos.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras hacia mi crítica y tu comentario. Hace unos años, me regalaron una versión bastante chula (la original está muy mal, se le caen las hojas, pero aún la conservo) y creo que acabaré releyendo la obra de Tolkien pronto.
¡Muchísimas gracias!
Le heído El Hobbit.
ResponderEliminarCreo que las ficciones tratan sobre excepciones. Los hobbits no son amantes de las aventuras, por razones como la frase citada. Pero los Bolson parecen ser una excepción. Y lo que tiene de especial esta historia ese cambio de Bilbo a ser una excepción. Esa parece ser su ganancia, al aceptar una aventura que no lo convencía.
Tengo seguidores que tengo estima, que se hacen llamar Frodo Y Éowyn.
Saludos.
Sí, en el libro recuerdo que siempre culpaban a la vena Tuk del pobre Bilbo, que ellos eran los causantes de que hiciera "cosas raras", poco comunes entre los hobbits.
EliminarPara mí, Tolkien me demostró que cualquiera de nosotros puede marcar la diferencia y cambiar el mundo. Solo hace falta la valentía, la sagacidad y el corazón del buen Bilbo.
Enhorabuena por esos seguidores, ambos, con esos nicks, tienen que ser geniales.
Muchísimas gracias por tu comentario, un saludo.
¡Heya!
ResponderEliminarEl Hobbit es un libro que me gustó mucho leer, conectas rápidamente con los personajes y es una historia de aventuras de las que siempre mola leer, ya que tienes un montón de personajes y situaciones molonas que hace que cuando te lees este libro se te termine muy rápidamente.
Tiene muy buen ritmo y siempre están pasando cosas, con un mundo increíble que merece la pena de conocer en el libro.
Yo nunca he tenido profesores tan interesantes como Tolkien, hubiera sido curioso estar en una clase con él.
Hasta la próxima^^
=) Elsbeth.
Aiya, Elsbeth (ahí, recuperemos viejas tradiciones)
EliminarSin duda, uno de los puntos fuertes del Hobbit es cómo nos evoca a los viejos cuentos de hadas y rápidamente nos transformamos en parte de la aventura, siendo cada capítulo un nuevo acontecimiento que nos deja marcados: trasgos, trolls, elfos, huargos...
Y, sin duda, el sueño de muchos hubiera sido que Tolkien nos impartiera alguna clase. Aunque si me pongo poético (que tiendo a hacerlo con demasía), creo que cada libro de Tolkien es una lección para todo aquel que tenga los ojos bien abiertos.
Muchísimas gracias por comentar esta entrada y estar pasándote tanto por el Antro, es un placer hablar contigo y poder recordar a Tolkien. Un saludo enorme.