Relato: Noche de Halloween en Nueva Orleans

Noche de Halloween
en Nueva Orleans

"Mares y cielos de mi sangre tuya navegamos los dos. No me despiertes. No te despiertes, no, sueña la vida".
Manuel Altolaguirre
 
Es domingo por la noche, 31 de octubre de 2010. Día de Halloween en Nueva Orleans, la maldita fiesta nacional de un lugar que parece hundido en fantasmas, vampiros, hombres lobo, zombis y demás chorradas. Una estupidez, pero harán una fiesta y seguro que hay tipas con vestidos cortos de bruja y cosas así, no será difícil ligarse a una que este lo suficientemente trompa. Será una buena noche.
*
Es el Día de Halloween, 31 de octubre del 2010 d.C. Es Nueva Orleans, la capital pecaminosa de los extraordinarios monstruos que te asustan en tus pesadillas. El mejor lugar para pasar esta noche. Noche en que los muertos regresan. Un día sagrado que los humanos han ido, lentamente, desangrando para perderle el miedo, sin darse cuenta de que es inútil ante seres como yo. Será una buena noche.
*
No tengo coche. El último duró bastante poco, si soy sincero. Conducir borracho es algo malo, os lo aseguro. Hacedme caso: tenéis que aguantar un rapapolvo, un curso de rehabilitación y blablablá… En fin, por algo existen los autobuses y la parada no está muy lejos de casa.
*
Avanzo con rapidez. El último duró bastante poco, si soy sincera. Es mi naturaleza y he dejado de luchar contra ella. Hacedme caso: si tenéis que hacer algo malo, que sea contra alguien que haya hecho cosas peores… Me dirijo hacia mi destino, bajo la fría noche.
*
En diez minutos estará ese autobús. La parada está solitaria. Afortunadamente, no me tocará aguantar a ningún borracho ni ninguna loco. Nada de eso… No hay nadie…
Espera… Tras los matorrales…
Esa sombra.
*
Desde la oscuridad, como una sombra más. Sólo hay uno. No me gusta los enfrentamientos, prefiero que vengan ellos. Puedo hacerlo… Siempre puedo con ello.
Avanza… Tras los matorrales…
Ese idiota.
*
Es una chica. Es guapa. Cuerpo delgado, algo bajita eso sí. Tiene un suéter de cuello alto gris y unos vaqueros rotos. ¿Va descalza? Debe ser algún disfraz de Halloween que no termino de entender.
Me gusta su cara, me recuerda a una muñeca de esas de porcelana. Joder, eso ha sonado algo gay. Mi abuela tenía de esas. Me daban algo de miedo, pero me gustaba jugar con ellas hasta que mi padre me lo prohibió. En fin, me gustaba esa luz inmortal y esos ojos paralizados, de un color claro, que te llegaba al alma.
Ella es así. Con el caballo rubio de mechones grisáceos oscuros cayendo sobre su rostro y haciendo que te quedes sin aliento.
Es una chica. Es guapa.
*
Es un chico. Disfrazado de vampiro. Capa negra, muy falsa. Tiene una parte alzada, como las capas de los personajes de las películas antiguas. ¿A eso lo llama levita? Debe ser de segunda, tercera o cuarta mano.
Tiene la cara de los viciosos, Dios no ha creado otra desde el principio de los tiempos. Se puede ver con claridad. La llevo viendo desde hace tiempo. Me da asco, aunque me han hablado de su virtud para caer más y más abajo, siempre me han dado asco. Los seres humanos siempre pueden caer, siempre. Es extrañamente fascinante.
Él es así. Otro de los tumores de esta sociedad muerta de cáncer, un monstruo que no termina de morir. Un muerto viviente.
Es un chico. Disfrazado de vampiro.
*
Tomo aire y sonrío levemente. La verdad es que no hace ni un minuto desde que la he visto y ahora sólo puedo pensar en ella. Sus fríos ojos están clavados en mi mente. Qué guapa es… Creo que nunca había visto a una chica así.
Aunque suele pasarme. A veces, estoy por ahí y de repente me encuentro a una tipa y digo: “Joder, me encantaría conocerla” o “Tiene que ser idiota, pero yo me la tiraba. Tampoco la necesito para hablar”.
Ésta es diferente. Tiene algo curioso. No sé como describirlo.
Bueno… Creo que sí… Creo que podría tirármela y al día siguiente darle los buenos días sin que me dé asco.
Sí, podría.
—Buenas noches… ¿Hace mucho que esperas?– rompo el hielo.
—Hola. Bastante. Tengo frío, mucho frío– y sonríe, volviéndome loco.
*
Esbozo una sonrisa y notó que tiembla. No lo conozco de mucho, sólo un minuto y diez segundos, pero ahora sólo puedo pensar en él. Su mirada viciosa, su boca medio abierta, babosa. Qué asqueroso es… Muy asqueroso.
Me ocurre con frecuencia. A veces, me detengo mientras vago por el mundo y me doy cuenta de que siempre puede haber un ser más asqueroso. Pienso: “Ésta es la culmen de su repugnancia… hasta el próximo”.
Él no es diferente. Sólo peor. Lo describo como una bestia que sonríe.
Sí… Desde luego debo hacerlo… Será limpiar un poco un mundo demasiado sucio. Demasiado. Por eso existimos los que somos como yo.
Sí, lo haré.
—Buenas noches… ¿Hace mucho que esperas?
—Hola. Bastante. Tengo frío, mucho frío– y sonrió, fingiendo que tiemblo.
*
Decido tirarme a la piscina aunque este vacía. De los cobardes no se ha escrito nada, ¿no? Si esta temblando, yo le puedo dar mucho calor. Al menos, durante cinco minutos… o más, qué le den al puto autobús y a la puñetera fiesta.
Me acerco a ella. Me siento como si fuera a estallar por dentro. Es esa sensación nerviosa. Tiemblo levemente. Respiro profundamente. No puedo borrar la sonrisa de mi rostro. Ella sólo sonríe, como una muñequita. Es tan perfecta…
Podría cruzarme la cara por lo que voy a hacerle, pero aún así lo hago. Abro los brazos y la estrechó entre ellos. La fundo en un abrazo. Deja de temblar. ¿Estaría actuando para tenerme? ¿Necesitaba actuar para tenerme?
— ¿Menos frío?– preguntó. Yo sí que estoy caliente.
—Sí– dice como una niña.
*
A medianoche, él decide acercarse a mí. Las lápidas de los cementerios están llenas de nombres de valientes… y también de monstruos. Abandona su mundo para estar conmigo. No sólo abandonará eso.
Se acerca a mí. La elegancia de los vampiros como Bela Lugosi o Christopher Lee se ha quedado en una parodia en él. Es una sensación de asco. Sigo temblando. Respiro. Soy una criatura adorable para él, su presa. Es tan repugnante…
Podría destrozarle el cuello por lo que va a hacer. Rompérselo con un simple gesto. Mis manos se abren, mientras me abraza. No me conoce. Lo hace. ¿Era consciente de que me abrazaba? ¿Era consciente de lo que estaba haciendo?
— ¿Menos frío?– pregunta. Yo soy fría.
—Sí– digo, a punto de terminar.
*
Ella posa sus manos en mi cuello. ¿Me va a besar? ¿Va a ser así de fácil? Esta muñeca es un poco guarra si lo hace… Y yo soy un puto crack si hago que caiga tan rápido. Algo de sexo nunca viene nada mal.
*
Mis manos acarician su cuello. Cree que le voy a besar. No le daré ese gesto de misericordia. Tendrá familia, amigos… Yo también los tuve y era buena, no recibí nada a cambio además de esto. Es mi obligación hacerlo.
*
Siento escalofríos. Notó un movimiento veloz. Me va a besar. Ya sueño con ella desnudándose lentamente. Conmigo avanzando feroz… Dios… Ya noto el calor y… Me estoy asfixiando… ¿Qué estoy viendo?... Mi vista… se nubla.
*
Siento un escalofrío. El escalofrío veloz de la muerte. Mis labios se acercaron a él para que sean su sueño en el infierno. Es un movimiento feroz… Que el Demonio lo reciba… Le queda un minuto… Beso su cuello… Salvaje.
*
Besa mi cuello… Pero no lo siento… No sé qué me pasa… Siento que peso como tres mil kilos más… Súbitamente… Me voy hacia el suelo, ella cae sobre mí… y no sé qué está pasando… Después, veo un montón de sangre, un trozo de piel que cae y… Oh, mierda… Me ha mordido.
*
El mordisco es fuerte… Siento la sangre… Es cálida… Es horrible, pero es sangre… Como el vino, la sangre depende de donde se guarde, del cuerpo, del barril… Aún así, es algo… Caigo sobre él y siento como sus huesos se quiebran, es su final… Bebo su sangre… Es afortunado.
*
Me muero y muero como un pardillo, sin enterarme de una puta mierda. Sólo sé que me muero. Vaya mierda, pensaba que…
*
Bebo y bebo como el monstruo que soy, en medio de la confusión y un placer salvaje. Sólo sé que bebo… Antes de marcharme. Es mi vida.
***
—Como informábamos al principio del informativo, un chico de veinte años, identificado como A. K., ha aparecido asesinado en una parada de autobuses durante la madrugada de Halloween.
La policía baraja que podría formar parte de una tribu urbana: los chupasangres. Este grupo se creen vampiros hasta el extremo de beber sangre. Esto se debe a que el chico fue encontrado disfrazado de vampiro.
El brutal asesinato ha afectado a todo el barrio de Nueva Orleans, donde su oscura mitología les hace pensar que podrían ser chupasangres de verdad. ¿Es el comienzo de una ola de asesinatos?
Seguiremos informando.

4 comentarios:

  1. Hey, señor!

    Me ha encantado su relato historia o lo que sea que es!

    Pero lo que no gusta es que se acabe y ya, es como dejar un historia a medias!

    A mi me gustaria saber que pasa despues, a donde va la chica, que pasa con ella?

    Muerde a alguien mas esa noche? Quien era el chico? Un chico cualquiera?

    Quien es ella? Un vampiro, si...

    Es Johanna? No lo se!!

    Ve? Ahora me dejo con muchas dudas y con ganas de seguir leyendo!

    Pues bueno, me ha encantado! Se nota, no? Jkajkajakjakajkaj


    Bueno, sea muy feliz!!

    Kisses!!

    Els!

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  2. Considero que si quiere saberlo, puede imaginárselo. Creo que es pposible.

    Hey!

    Me alegro que le haya gustado el relato y la haya dejado en un mar de dudas.

    Eso nunca está de más.

    ¿Quién sabe? A lo mejor ya conocía al personaje femenino de otra Historia... ¿Y a él? Ni idea, puede que sí, puede que no. Usted elige.

    ¿Es una vampiresa o una de esos de la tribu urbana que se creen vampiros?

    Quizás lo sea... o no.

    Sí, creo que dejar a la gente con dudas no está nada mal. Considero que se me da algo bien.

    Me ha encantado que te encante, creo que sí se nota que te encanta. jeje

    Bueno, sea muy feliz usted también.

    =)

    ¡Hasta pronto!

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  3. soy sincera, amo las historias truculentas, de terror, sangrientas...
    y esta tiene todos los ingredientes
    Me ha gustado mucho!
    Felicitaciones por tu texto!

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  4. Muchísimas gracias por ser sincera y por comentar este relato =) Gracias por tu opinión y por tus felicitaciones.
    ¡Pasa una buena noche de Halloween! =)

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