La Catedral de los Abismos es un cómic de fantasía grimdark que no se anda con tonterías. Con un enfoque ambicioso y una serie de personajes que van desde una guerrera templaria hasta un arquitecto, pasando por un druida y un antiguo villano, este tebeo se estructura como una novela río al más puro estilo de Canción de hielo y fuego. Así que sí, no es extraño que lo metamos en el mismo saco que la obra de George R. R. Martin. Aquí, como en la obra del estadounidense, la desmitificación de la fantasía está a la orden del día, pero sin sacrificar ese toque mágico que nos encanta.
Héroes marcados por la barbarie
La Catedral de los Abismos se ambienta en un mundo donde el Norte y el Sur están separados por un abismo insondable conocido como la Frontera. La historia nos lleva por este mundo de fantasía (sin caer en el infodumping) que agrupa todo aquello que nos gusta del género y con unos personajes que, por suerte, tienen carisma, no como los de Elantris.
Tenemos a Sinead, una templaria renegada con un pasado que le ha dado más palos que una piñata en una fiesta. Busca un evangelio que habla sobre el futuro y, ojo al dato, está entrenada como asesina (lo que siempre le añade calidad, que se lo digan a Sarah J. Maas y su Trono de cristal). Ah, y tiene los cabellos blanquecinos y esto que parece una chorrada es importantísimo en la fantasía, ya que entra en el club de Elric, Nuada, Geralt, los Targaryen… y tantos y tantos personajes peliblancos de la fantasía. Vamos, un personaje de lo más carismático.
El destino de la Catedral
Por otro lado, tenemos a Pier de Vita, un arquitecto que construye una torre para un mago siniestro que parece haber salido del mundo de Geralt de Rivia. El mundo de Geralt de Rivia tendrá muchas cosas (por algo es un mundo abierto en los videojuegos, je, je), pero agradable, lo que se dice agradable, no es. De Vita lo pierde todo tras que el mago se ponga tiquismiquis y le quiera hacer un simpa con el tema de la obra que ha hecho el arquitecto y sus obreros. Y antes de que lo denuncie, el mago hace que unos mercenarios maten y violen a la familia de Pier (solo salvándose su hija pequeña). Vaya, lo que en un mundo grimdark se llamaría «sábado por la mañana».
Crítica de La Catedral de los Abismos, cómic grimdark que nos traslada a la grandeza de la fantasía épica más oscura. Share on XY Pier se embarca en un viaje en busca de justicia (y se le añade una guardaespaldas elfa, que me recuerda a cierta guerrera de Baldur’s Gate, así que genial) y que pronto deviene en la construcción de la Catedral de los Abismos. Pero no os asustéis, esto no es un rollo a lo Pilares de la Tierra ni está escrito por señoro que le deja a sus becarios que le corrijan los libros. Este templo de modesto nombre une las dos partes de un continente fracturado por los dioses y que podría cambiar el status quo de todo el mundo. Y si algo hemos aprendido de nuestra realidad es que cuando los poderosos temen dejar de serlo, no se pararán hasta aplastar a sus «enemigos».
El mundo de Istin y Grenier
El guionista tras La Catedral de los Abismos es J. L. Istin, un crack que en los últimos años ha creado su propio universo de fantasía con obras como Elfos, Enanos, Druidas, Excalibur, Magos, Las Guerras de Arran o Las Tierras de Ogon. Me encantaría jugar con él a una partida de rol, porque, básicamente, se ha convertido en uno de los pesos pesados del cómic de fantasía.
Si estuviéramos hablando de literatura, podríamos ponerlo en la misma liga que Joe Abercrombie, Brandon Sanderson o Ursula K. Le Guin. A pesar de que cae en algunos tropos típicos del grimdark (sí, esos de asesinato de la familia y violación…), me encanta cómo profundiza en sus personajes y concibe un mundo con sus propias reglas y mitología. En su guion (y en el dibujo de Grenier) mezcla ambientaciones como un reino medieval clásico y otro inspirado en el Japón de los samuráis, ¿cómo no me iba a gustar?
Pero mentiría si no dijera (lo siento por Istin) que lo primero que te atrapa es el dibujo de Sébastien Grenier. Con un estilo que me recuerda a Luis Royo y las buenas portadas del heavy metal a lo Blind Guardian (otro rasgo de alta calidad), Grenier crea personajes llenos de carisma y ambientaciones únicas que no suelen fallar en la narrativa del cómic. Me he detenido en cada página solo para disfrutar del arte, tomar notas y compartir ilustraciones que me han dejado boquiabierto. Captura toda la magia del fantástico que tanto me apasiona y ojalá escribir historias que pudiesen ser acompañadas del trabajo de Grenier.
Conclusiones
Los cuatro primeros números de La Catedral de los Abismos han sido recopilados en dos tomos por Yermo Ediciones. Sigue el estilo de otras publicaciones de la editorial: tapa dura, gran tamaño (223×312), pocos o ningún extra y un precio que ronda los treinta euros.
Para los que aún no se han decidido, os cuento que la serie sigue abierta, así que estaremos atentos al trabajo de Jean-Luc Istin y Sébastien Grenier y a cómo desarrollan este mundo de fantasía. Aquellos que ya estamos acostumbrados a esperar gracias a autores como Patrick Rothfuss o George R. R. Martin, estamos más que preparados para ver cómo toma forma el mundo fragmentado de La Catedral de los Abismos.
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