«Lanzar un hechizo es como operar. Se trata de abrir el mundo que te rodea y ser capaz de leer los misterios que hay dentro tal y como otros leen un libro. Se trata de saber dónde coser y dónde cortar. Soy el Doctor Stephen Extraño. El mayor hechicero del mundo y nací para esto».
Después del buen sabor de boca que me dejó Doctor Strange en el Multiverso de la Locura y en plena resaca de mundos paralelos, he decidido volver a las historias del Hechicero Supremo y es así cómo llegamos al tercer tomo recopilatorio de la etapa de Jason Aaron y Chris Bachalo en Doctor Extraño con el volumen titulado Sangre en el Éter.
Y lo hacemos golpeando una vez más a Stephen Extraño. Tras los dos primeros tomos en los que el hechicero más poderoso de Marvel debía enfrentarse a las consecuencias de una crisis mágica creada por un asesino de hechiceros (similar al asesino de dioses del periplo de Aaron en Thor), nuestro protagonista será derrotado por su archienemigo, el barón Karl Mordo, que ha regresado de la muerte gracias a un pacto con el maléfico Dormammu.
Si Extraño quiere sobrevivir, deberá empezar su propia road movie. En vez de viajar por ciudades o países, viajará por dimensiones cada vez más insólitas para lograr vencer a Mordo, que le espera al final de la travesía. Nosotros seremos sus acompañantes.
Más allá del multiverso
El tomo, de por sí, comienza con un flashback de Extraño recibiendo la visión del Anciano y su viaje al Tíbet para convertirse en Hechicero Supremo tras sufrir el accidente que destrozó sus manos. De ahí saltamos al presente, donde Extraño no está mucho mejor. Pese a que cuenta con ayuda de Wong y la bibliotecaria Zelda, el viaje de Extraño será en solitario y no será fácil. Varios adversarios le esperan.
Lo anterior es la excusa para el gran despliegue del cómic. Si algo me gusta del Doctor Extraño es que hace honor a su apellido desde que comenzase su historia con ese caudal de imaginación que era Steve Ditko, acompañado del gran Stan Lee. Jason Aaron mantiene todo eso en su etapa, jugando muchas veces con el terror, y para ello cuenta con dibujantes excepcionales como Chris Bachalo y Kevin Nowlan.
Y es que el apartado visual es tan raro como maravilloso. Cada vez que pasamos una página hallamos algo sorprendente e insólito. Y lo mejor es que no siente ninguna vergüenza de ello. Es una genial descarga de creatividad en cada bocadillo y eso se agradece (véase ese monstruo que ha tomado todo el dolor de Extraño o esas dimensiones que lo aguardan).
Sorpresas extrañas
Por las páginas de Sangre en el Éter nos cruzaremos con antiguos enemigos como Pesadilla, cierta reina del averno y su restaurante infernal o el tipejo raro que es Orbe, quien posee ahora uno de los ojos del Vigilante. Cada aventura servirá para dibujar más a nuestro protagonista y confirmarnos quién es después de haber sido roto en los dos tomos anteriores.
El viaje, a su vez, será clave para que Extraño reúna las piezas para hacer frente a la amenaza final. No obstante, aunque la amenaza nunca parece terrible gracias a los grandes poderes de Extraño, lo que sí es cierto es que su travesía sorprende a los lectores.
En definitiva, Sangre en el Éter da lo que promete un buen cómic del Doctor Strange y su sorprendente camino nos descubre toda la magia del Universo Marvel. Solo por esa gran imaginación, ya merece la pena embarcarse en este viaje.
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