Crítica de Star Wars: Boba Fett, Lazos de sangre

Lazos de sangre es una de las historias más interesantes del antiguo canon de Star Wars. Su segundo arco comienza con Boba Fett muerto. Fuente.

Echaba de menos disfrutar de un buen tebeo de Star Wars y el hecho de que Planeta Cómic haya decidido recuperar una miniserie como Boba Fett: Lazos de sangre ha sido una grata noticia, porque estamos ante uno de esos imprescindibles que nos demuestra la importancia de un personaje que rezuma fuerza, como es el caso de Fett.

Boba, con apenas unos minutos en la trilogía clásica, dio pie a una serie de fans que se enamoraron de este siniestro cazarrecompensas, parco en palabras, de dudosa moralidad y con la habilidad para cautivar a seguidores que nunca se creyeron su final en El retorno del Jedi. Gracias a ello, hemos podido disfrutar de nuevas historias en el Universo Expandido, historias que Tom Taylor conectó con todos los descubrimientos sobre el personaje de los que fuimos testigo en el Episodio II: El ataque de los clones. Y es que, aunque ahora sea considerada como parte de las Leyendas (las historias que ya no son canon en Star Wars), Lazos de sangre logra enlazar perfectamente lo visto en las películas y lo que vemos en cómics y libros sobre el mercenario.

El dibujo del cómic, si bien cumplidor, peca de abusar de los modelos fotográficos en muchos momentos. Fuente.

Viejas deudas, nuevas venganzas

Esta historia se compone de dos disfrutables arcos que cuentan con muchos grandes momentos, con acción y con personajes que se nos quedan grabados en la retina. Aunque ya no sean parte del canon, es imposible no empatizar con estos antihéroes de una galaxia muy, muy lejana. Ahí está ese estilo de western con space opera que nos enamoró de la saga de Lucas. Además, añadiría que esa es una de las claves por las que The Mandalorian ha funcionado tan bien (hasta el punto de suponer el resurgir de Star Wars).

Lazos de sangre comienza con una misión en la que Jango entrena a su hijo Boba. Tras hacerle pasar por un sangriento ritual, Boba emprende una misión con su padre para ir tras alguien que ha robado varios secretos de Kamino. Ese alguien lo cambiará todo, en el pasado y en el futuro, cuando Boba, años más tarde, se cruce con el hijo de ese personaje y deba hacer frente a una serie de revelaciones que los conducirá hasta el enfrentamiento con señores del crimen e incluso con siervos del Imperio Galáctico. Y es que toda la mitología de Mandalore, aunque no se explore aquí, sí que alimenta este mito de un espartano cazarrecompensas destinado a cambiar su propia galaxia (cueste lo que cueste).

Así, el lector comienza un viaje por el submundo de la galaxia de George Lucas. Taylor reconstruye los puentes entre los diferentes productos de Star Wars. A continuación, por ejemplo, recupera varios elementos del pasado de Boba, como Concord Dawn, o la esposa y la hija de Fett, dos personajes que han desaparecido en el nuevo canon (al menos, hasta el momento). Y, en cada página, Fett demuestra que es uno de esos personajes que nunca podrá dejar de deleitar a los seguidores de la saga.

¿Recuperará Dave Filoni a Connor Freeman, el segundo protagonista de estas historias? Fuente.

Puede que el primer arco resulte más cerrado que un segundo cuyo final, pese a sus buenas intenciones y su gran arranque, es un poco más abrupto y convencional. No obstante, me hubiese gustado ver a Tom Taylor escribiendo más historias sobre Fett, sobre todo porque muchos cómics que han venido después son pura metralla y, al menos, aquí Taylor demuestra que sabe concebir auténticos momentazos y que le tiene el punto pillado a estos asesinos a sueldo de una galaxia muy, muy lejana.

Lo mejor de Lazos de sangre es que capta perfectamente el espíritu de Boba, a riesgo de humanizarlo demasiado. Este Boba Fett derrocha carisma, ese aire badass que lo ha convertido en uno de los eternos favoritos de la saga. Ahora que se ha anunciado que tendremos la serie de El Libro de Boba Fett a finales de 2021, no he podido quitarme de la cabeza que este cómic narra varios hechos que sería interesante que no se perdiesen. Es más, a medida que pasaba las páginas, no podía dejar de recordar el tema Capture the flag, que sirve de leitmotiv para el personaje en la segunda temporada de The Mandalorian. 

Boba Fett es dado por muerto en el segundo arco de la historia. Fuente.

Antes de convertirse en uno de los guionistas más populares del noveno arte estadounidense gracias a obras como Injustice, X-23 o DCeased, Tom Taylor nos regaló algunas grandes historias dentro de Star Wars, como las dos que componen este tomo que resulta toda una odea al personaje de Boba Fett. No es sencillo hacer que un personaje mole y más cuando es un personaje que todos saben que tiene que molar o, de lo contrario, no funciona. Taylor es consciente de que Boba Fett es un homenaje a los pistoleros salvajes del western, a los antihéroes de Sergio Leone que tanto llamaban la atención del joven George Lucas cuando escribió la primera película, y recupera todo esto para su historia.

En cuanto al dibujo de Chris Scalf, habitual de los cómics de Star Wars de la época de Dark Horse, puede que ahí radique el mayor dilema de los dos arcos. Me ha gustado, pese a su abuso de las fotografías y los modelos. Aunque el color intente arreglarlo, sus personajes son muchas veces estáticos, basados en imágenes de los actores y con esa sensación de que no es del todo un cómic. Y, pese a la pobre narrativa, se disfruta de que se haya respetado el diseño de una galaxia muy, muy lejana y cumpla con esta historia sobre héroes, villanos y venganzas.

Lazos de sangre, en conclusión, es una disfrutable historia sobre Boba Fett donde, en cada página, sentimos que estamos ante una buena historia de aquel cazarrecompensas aficionado a las desintegraciones e incapaz de no cumplir un cometido y que se ha convertido en uno de los favoritos de los fans. No nos extraño. Al fin y al cabo, Fett nunca falla su disparo.