Crítica de Batman Begins, ¿por qué nos caemos?

Los padres de Bruce Wayne fueron asesinados delante suyo cuando era un niño. Años más tarde, en principio por venganza, decide convertirse en un héroe Para enfrentarse a la injusticia que se llevó a sus padres. Para ello se convertirá en su mayor miedo para infundirlo en los demás. Él es BATMAN. 

Con el paso de los años, Batman begins sigue siendo una película de lo más reivindicable. Fuente.

“¿Por qué nos caemos? Para aprender a levantarnos”. THOMAS WAYNE.

Batman begins supuso el renacimiento del Caballero Oscuro, no sólo para los fans sino también para la crítica y el público en general. Christopher Nolan había hecho una gran película. En 1997, Joel Schumacher terminó de cargarse la franquicia del héroe de Gotham con Batman y Robin (ya había dado un hachazo con Batman forever, pero en la película protagonizada por George Clooney ya enterró todo lo bueno de las dos primeras películas del Batman de Tim Burton). ¿Podría volver algún día Batman a la gran pantalla sin recordarnos las tonterías de Schumacher? Por suerte, así fue. Hubo alguien con valor de tomar una franquicia muerta y revivirla, alejándose de espantar a los espectadores ultrajados con la bazofia de Schumacher

Christopher Nolan, un realizador con un film de culto ya a sus espaldas Memento, decidió revitalizar a un personaje abandonado en la gran pantalla. El realizador decidió contar con David S. Goyer, guionista que conocía más el mundillo del cómic (haciendo los libretos y dirigiendo la tercera de Blade, por ejemplo). Nolan se sumaría a la escritura de un libreto donde se buscaría cierto realismo, aunar varias etapas y partir de un material atractivo para Nolan: la obra de Frank Miller en Batman. Encontramos el origen (¡otra vez! Qué pesados) de Batman, pero bien contado. La historia es, más o menos, fiel en este punto. Luego, se sirve para aunar toda la trama de Ras Al Ghul y también una Gotham al borde del precipicio por culpa de los mafiosos, asesinos como Zas o lunáticos como el Espántapajaros. Nolan muestra un alarde de valor: muchos villanos, pocos héroes, y el peso está, más o menos, bien compartido. La trama puede parecer algo lenta, pero una vez se ve de nuevo, se disfruta más (aunque siga habiendo algún momento aburrido). Hay algún diálogo que puede chirriar o las escenas de combate mareantes de Nolan, pero también tiene mucho mérito que la historia del Caballero Oscuro se recupere tras los varapalos del pasado.

Por suerte, los guionistas consiguen cerrar las tramas abiertas (el origen, Ras Al Ghul, la mafia, La Liga de las Sombras, el Espantapájaros…) con bastante naturalidad. Nolan y Goyer parece que comprendieron mejor a los personajes que en la secuela de la película, El Caballero Oscuro, y disfrutan aunando grandes personajes y tramas de una forma satisfactoria (pese a algún defecto).

El reparto cumple (con una excepción), está lleno de estrellas. Christian Bale soporta bien el peso del protagonismo y es un Batman / Bruce Wayne creíble (aunque a veces sea algo hierático y no sea tan genio, véase cierto diálogo con Lucius donde Wayne no conoce cómo se hace un análisis a cierto alucinógeno). Eso sí, el esfuerzo físico del actor es encomiable, a la vez que las ganas con las que da vida al superhéroe de Gotham. Además, se aborda bien la parte más psicológica: nos creemos su obsesión por hacer justicia (aunque su parte de “vividor” se vea más afectada, en parte por un libreto sin mucho carisma en esas partes). Recordemos (como bien se dice en el film) que la verdadera máscara de Batman es Bruce Wayne. ¿Es Christian Bale el mejor Batman? Puede ser (aunque Michael Keaton nunca estuvo mal).  

Christopher Nolan resucitó la franquicia con Batman begins. Fuente.

Luego, está el mentor y la némesis del enmascarado, interpretado por Liam Neeson, un intérprete que demuestra su solvencia pese a alguna línea que puede ser demasiado teatral. No podemos olvidarnos del apoyo de Batman, Jim Gordon, encarnado por un estupendo Gary Oldman que parece salido del Año Uno (aunque quizás un poco relegado en algún momento) También están Morgan Freeman como un buen Lucius Fox metido a agente Q? y un excelente Michael Caine (que le falta algo más de bordería inglesa, eso sí). El reparto se complementa con Rutger Hauer como un maquiavélico cabecilla de las Industrias Wayne (la trama de las acciones, por suerte, no aburre), un Tom Wilkinson como un Falcone que compone a un mafioso realmente despiadado y un Cilliam Murphy que da vida a un Espantapájaros más contenido que en el cómic, pero que parece realmente salido de Arkham.

El único “pero” supongo que lo imaginaréis. Me refiero a Katie Holmes interpretando a Rachel Dowes. En esta película se nota que hace falta un mayor peso femenino (la madre de Batman está en un segundo lugar demasiado grande), pero incluyeron a una actriz bastante limitada y que nadie se cree que sea fiscal de un distrito asediado por la corrupción. Este papel de la justicia se nota que debería haber sido desempeñado por el personaje de Harvey Dent, que debería esperar por desgracia a la segunda parte. La interpretación de la actriz, nominada a los Razzies por esto, llevaría a que fuera reemplazada para la segunda parte. 

Tenemos un reparto excelente y una historia decente que transcurre, con algún altibajo, pero bastante bien. Se añaden los guiños a las etapas de Jeph Loeb (un personaje lleva su apellido) y al Batman (para algunos definitivo) de Frank Miller. También está el batmóvil imaginado por Miller y las alas desplegables que ya pensase en su día Bob Kane, el cocreador de Batman. Eso sí, Batman begins toma de nuevo la historia del gas como plan malévolo (¡qué manía!) que ya tuviera el Batman de Tim Burton (hoy tan infravalorado, y en su día un enorme logro). Y hablando de la visión del director de Big Fish, hay que añadir que muchas ideas de Burton perduran en Batman begins aunque la visión de ambos realizadores sea muy distinta (de algún lugar vino la idea de que Batman tenía que llevar una armadura, ¿no?). Es más, en un principio parece que Nolan se esfuerza en algunas cosas para que esta película no entre con problemas de continuidad con la versión de Burton, como si fuera parte de la anterior franquicia, cosa que cambiaría con El Caballero Oscuro. 

Pese a ello, hay algún defecto. Gotham me parece una ciudad demasiado realista cuando debería haber sido más como un enorme psiquiátrico y hablando de manicomios, Arkham me parece demasiado normal. Gotham tiene que ser la cuna de una locura que devora y es devorada por sus habitantes. Pese a que los Narrows queda bien representado, no es la idea que tenemos de Gotham (y en la que tanto influenció en los tebeos la obra de Anton Fust para Batman). A parte de eso, hay algún cabo suelto (¿cómo a algunos personajes y otros no les afecta el gas de la locura?) y personajes desaprovechados (el resto de la familia mafiosa, el personaje de Zas…). También el realismo de Batman chirría un poco, pero es disfrutable. Algunos de estos defectos crecerían en la segunda parte. Existe una traición que no me gusta tanto y es que Batman deje morir a uno de los villanos cuando Batman, aún siendo el comienzo de su carrera, lo habría salvado porque está condenado a ser un superhéroe ante todo. 

En cuanto a los efectos especiales, hay pocos y se agradece, pues consigue una visión de algo más real. Eso sí, hay alguna escena de la capa de Batman o de la maqueta de Gotham que dan un poco el cante, pero se puede perdonar. 

Sobre la música, Hans Zimmer compuso un buen tema central, pero de resto se dedica a copiarse un poco a sí mismo (cosa que repetiría en El Caballero Oscuro). Todo eso pese a la ayuda de James Newton Howard. Sea como sea, no superan la banda sonora de Danny Elfman, pero sí a otras películas de superhéroes contemporáneas que parecen haberse olvidado de darle un leitmotiv a nuestros héroes. 

Popular póster de Batman begins. Fuente.

La película concluye con una escena sacada del Año Uno de Frank Miller. Es una de esas secuencias que funcionan genial por el “colegeo” entre los autores y el espectador que conoce medianamente la mitología de Batman. Parece que el Joker está a punto de hacer aparición y las cosas se pondrán difíciles. 

Batman begins se separa de la cultura pop que rodea al personaje desde la serie camp de los ´60 y, en menor medida, las cintas de Burton (en mayor medida en las de Schumacher) para buscar a una nueva generación de espectadores que se quedasen fascinados con una visión “realista” de Batman. Lo malo es que se sacrificarían algunas grandes cosas de Batman por el camino. Sin embargo, colocaría de nuevo a Batman en el pedestal del Olimpo fílmico superheroico del que nunca debería haber sido derribado. Un enfoque que resultó muy novedoso entonces para el cine de superhéroes (tal vez, porque entendieron que Batman no es un superhéroe). Batman begins demostró que el Caballero Oscuro se merecía una segunda parte que explotase todo lo bueno del personaje (el origen es, a veces, un lastre). Por suerte, Batman había renacido en la gran pantalla. 

“¿Qué importa cómo me llame? ¡Se nos conoce por nuestros actos!”. BATMAN 


 

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