Justice League (Liga de la Justicia)

Liga de la Justicia: un ejemplo de lo que no debería ser y ha sido. Fuente.
"Superman was a beacon to the world. He didn't just save people, he made them see the best parts of themselves".
Lex Luthor, Darkseid, Maxwell Lord, Peraxxus... Grandes enemigos de la Liga de la Justicia que han colmado viñetas y viñetas a lo largo de los más de cincuenta años de historia del célebre grupo de superhéroes y, al final, el gran enemigo ha terminado siendo una alianza entre productores, el mercado, guionistas y directores que no han logrado hacer que la Liga de la Justicia cinematográfica sea lo que merecía ser.

Si hace diez años me hubieran dicho que vería una película de la Liga de la Justicia en la gran pantalla, hubiese hecho cola durante horas para hacerme con mi entrada y alucinar con los superhéroes de las viñetas de mi infancia. Hace diez años. Sin caer en el argumento de la fatiga del género superheroico (muy aburrido), las comparaciones con Los Vengadores (un asunto tremendamente tedioso y, sobre todo, estéril) o en las críticas de otros que la criticaron antes de verla, debo reconocer que Justice League no ha sido ese espectáculo que esperaba; es, más bien, la definición perfecta de un "Frankenstein cinematográfico": una cinta hecha con pedazos de lo que quiso hacer el director Zack Snyder y lo que acabó concluyendo un Joss Whedon incapaz de salvar un barco condenado al naufragio, quizás también por él mismo, cuyo tono no encajaba con el presentado por Snyder, presionado, sin duda, por los productores. Para la historia de las adaptaciones de cómics a la gran pantalla quedarán todas esas anécdotas que ha dejado la preproducción, el rodaje, el estreno y el recibimiento de Liga de la Justicia.

Y los impedimentos del poco tiempo pasan factura a una película cuyo montaje y cuyos pobres efectos especiales (con ese abuso del croma) denotan que los productores estaban más concentrados en hacer un toma el dinero y corre antes que en presentar la película que muchos fans o espectadores esperábamos.

El Universo Cinematográfico de DC parece parpadear ante una película hecha con prisas, alejada del tono solemne de El Hombre de Acero, los vacuos dilemas de Batman v Superman o la búsqueda de la maravilla de Wonder Woman, y sí acercándose más a ese mar de cambios y problemas que fue Escuadrón Suicida. Es hasta paradójico ver cómo Joss Whedon intenta hacer que Superman sea un superhéroe, cuando Snyder lo presentó como una especie de dios. Whedon lucha por llegar a presionar el botón de la retrocontinuidad y el reboot, pero ese solo es uno de los problemas. ¿Quién dejaría que sus críos se acercasen a un ser que destruye edificios cada dos por tres, como en El Hombre de Acero?


Escena de acción tras escena de acción, quedan pocas secuencias para conocer a personajes nuevos como Aquaman, Flash y Ciborg, presentados a toda prisa, mientras que Batman y Wonder Woman intentan hacer creíble esa alianza forjada en el último momento para enfrentarse a un desafortunado Steppenwolf al que ni el vozarrón de Ciarán Hinds salva de un diseño que nos transporta a los villanos más chirriantes del cine de superhéroes de hace más de una década.

Así que pasa lo que pasa: los personajes son sombras tenues de lo que son en los cómics, no hay metraje suficiente para ellos (¿hubiera sido mejor hacerla más sencilla? ¿Más de lo que ya es?) y solo los aficionados podrán llegar a comprender a estos seres retratados como superhéroes que deben molar porque sí, no porque realmente demuestren algo destacable (el ejemplo perfecto está en esa escena de Aquaman metiéndose en el agua a cámara lenta, con música rock, y que, simplemente, es como un "ah, vale").

Poco pueden hacer los actores cuando los directores no se aclaran, los productores menos todavía y la sombra del piloto automático amenaza a todos, como se denota de la partitura de un Danny Elfman que recupera sus propios temas para Batman, el de John Williams para Superman, algunos toques de Hans Zimmer y Junkie XL para Wonder Woman y... ¿un poco de su música para Los Vengadores 2? Ay.

Al fin y al cabo, Liga de la Justicia es, básicamente, un cómic de viñetas pretendidamente chulas, pero con un argumento que no dice gran cosa, pese a que tantea temas interesantes: el destino de la Tierra sin Superman, un mundo sin esperanza… Y es que hay pequeños detalles que, de haber sido explotados de alguna manera, hubiesen hecho de esta película algo más que un entretenimiento de ver y olvidar. Yo quería que me gustase, pero al final... 

Pese a que haya algún chiste que funcione y algún atisbo acertado (como el prólogo grabado con móvil), los estilos de Whedon y Snyder no terminan de encajar y, pese a que tenemos un Superman más cercano a la visión clásica del personaje, es el ejemplo perfecto de todos los recortes y cambios de última hora (más allá de su bigote, recordemos cómo se eliminó ese traje negro que se tanteó para su resurrección). Basta con ver los tráilers, pensar en todas las escenas perdidas y darnos cuenta de cómo esta es la película de nadie. No es la película de Joss Whedon. No es la película de Zack Snyder. No es la película que Warner esperaba. Y lo peor es que no es la película que muchos esperábamos. Y no lo es... para mal o decepción de muchos.

2 comentarios:

  1. Para nada coincido con esta reseña- Esta película me parece mejor que la de Batman V Superman. Y solo un poco menos buena que Wonder Woman, que podría ser la gran película de DC.
    Ciborg no está presenetado a toda prisa, se presenta toda su tragedia. El tener que afrontar lo que es.

    Lo único que critico es la demasiada importancia que se le da Loise Lane, que podría no haber participado. Lo demás me gusta.

    Y creo que se ha elevado mucho el nivel de exigencia. Recuerdo una película de La Liga de l Justicia que creo que se hizo para televisión. Hicieron algo como Power Ranges pero sin gracia. Con Barry Allen trabajando de cartero

    Feliz año nuevo

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    1. Me alegro de que te haya gustado. No todo el mundo puede tener las mismas opiniones. ¡Saludos!

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