El papel de la mujer en la literatura ha sido sometido al olvido en muchas ocasiones. Es el momento de ir cambiando esta perspectiva, recuperarl a las autoras y hablar de voces tan importantes como María de Zayas, Josefina de la Torre o Gloria Fuertes. Imagen de dominio público. |
Una de las cuestiones que aprecio de estar formándome como profesor es que puedo profundizar en algunos autores para acercar la literatura a los más jóvenes. La literatura no debe consistir en obligar a que los jóvenes se aprendan fechas o datos, sino a que disfruten y hallen sentido a la propuesta de lectura. De nada me sirve que un alumno saque un diez en un examen de Crónica de una muerte anunciada si, a cambio, no se alimenta su espíritu y su hábito lector.
En estos momentos me encuentro enfrascado junto a mi tutora (a la que le doy un millón de gracias o más) en la labor de hablar de dos prestigiosas poetas: Josefina de la Torre y Gloria Fuertes, dos mujeres que representan una serie de hitos de suma importancia en el mundo de las letras y la cultura.
En estos momentos me encuentro enfrascado junto a mi tutora (a la que le doy un millón de gracias o más) en la labor de hablar de dos prestigiosas poetas: Josefina de la Torre y Gloria Fuertes, dos mujeres que representan una serie de hitos de suma importancia en el mundo de las letras y la cultura.
Durante estos días, he hablado con el alumnado sobre una idea que lleva un tiempo rondando mi cabeza: ¿está toda la literatura en los libros de texto? Por supuesto, es imposible, pero lo que quiero decir es que, lejos del canon, ¿estos volúmenes qué significan más allá de páginas de tinta memorística? Bien me temo que damos por hecho muchas cosas y no aceptamos reinterpretar muchas visiones clásicas por el mero hecho de que son visiones clásicas.
Me refiero a que, por ejemplo, en el barroco solo estudiamos a autores de la talla de Quevedo, Lope de Vega, Cervantes, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, etc. Grandes nombres, seguramente indiscutibles por su aporte al panorama literario y a la historia, pero ¿es todo? ¿Cuántos autores han quedado olvidados? No me pondré ahora una solapa, un estrado o una pancarta que diga que soy el gran crítico (porque tampoco tengo una formación específica ni ganas de meterme en esta selva), pero sí creo que sería ingenuo no pensar que muchos artistas han quedado fuera (¿por calidad? ¿Por influencia?) e incluso, a veces, por motivos como el machismo. El ejemplo claro, sin irnos del barroco, está en María de Zayas, una escritora admirada por muchos coetáneos, con obras donde sus protagonistas femeninas decían que las mujeres debían ser instruidas como los hombres y que, dado su talante, seguramente los superarían. María de Zayas seguramente fue una excepción para la época, una "feminista" para su contexto, pero su obra fue perseguida por diferentes colectivos y su nombre ha caído, con el tiempo, en un injusto olvido, como el de tantas otras mujeres.
A menudo, cuando abrimos un libro de literatura o historia nos damos cuenta de la falta de nombres femeninos. ¿Y ese vacío? ¿Existente o creado adrede? Muchos justifican todo ello desde el punto de vista de que las mujeres no sabían leer ni escribir en estas épocas (mejor dicho, no se les enseñaba o permitía), pero me resulta alarmante cuando nos acercamos a épocas más próximas y en la generación del 27 se suele obviar el papel de muchas mujeres, en su mayoría conocidas como las sinsombrero (y Dalí y Lorca también estuvieron con las autoras Margarita Manso y Maruja Mallo, durante el evento en el que se quitaron los sombreros y fueron apedreados por ir contra la norma). Entre ellas estuvo Josefina de la Torre, autora polifacética nacida en Las Palmas y que fue escritora de algunas novelas que consideró ella misma menores, poeta de un estilo enormemente expresivo (no dejéis de leer Me busco y no me encuentro), cantante de zarzuelas de suma importancia, actriz de diversas producciones y actriz de doblaje de actrices como la gran Marlene Dietrich, entre otros trabajos. Me busco y no me encuentro es el poema que aparece entre los candidatos a la nueva selectividad o EBAU, la prueba de acceso a la universidad, y, al menos, se rescata así su figura para los más jóvenes, una autora harto tiempo olvidada, por desgracia. No obstante, cabría preguntarse si todo en la educación debe pasar por un examen para "descubrirse" y si ya no existe el incentivo de acercar autores por placer a la lectura, ¿ya no queda curiosidad?
A su vez, este 2017 se cumplen cien años del nacimiento de Gloria Fuertes, una gran poeta que ha sido la abuela de generaciones y generaciones que la conocimos a través de sus poemas y adivinanzas infantiles, pero que en Estados Unidos, donde entró por primera vez en una universidad y fue para dar clase, es apreciada también por sus composiciones de talante más adulto, donde se mezclaba el amor, la tristeza y otros sentimientos que Fuertes era capaz de expresar como solo una genio de las palabras es capaz. Sin embargo, desde el terreno de los reconocimientos y aniversarios, parece que la memoria de Fuertes se está viendo más apoyada por profesores, académicos y amigos que por el gobierno, pero en este países no es de extrañar que llamen más otros temas que la cultura.
La verdad es que, con los años, te percatas de que no siempre puedes leer novela de un género, un autor, un contexto... Al menos, es mi caso, donde siempre he percibido el arte como un modo de enriquecerme a mí mismo con sentimientos, emociones y visiones. Leer un buen libro o un poema, escuchar una canción, ver una película... En el arte, tienes todo lo que podrías desear para que tu vida se hiciese tan larga como infinitas existencias. Y lo agradezco.
Por ahora, me considero solo un aprendiz de profesor y no quiero venir con consejos. Me guardo muchos de mis pensamientos y espero algún día tener la fortuna de que alguien considere que aprende conmigo. No obstante, desde aquí, quiero empezar a hablar más sobre las autoras, hacer dudar sobre el canon literario de algunos, compartir la historia de autores de otros países o aquellos que han sufrido la persecución o el olvido por váyase a saber qué motivo. María de Zayas, Josefina de la Torre y Gloria Fuertes son solo tres casos, pero hay más, muchos más. También hay escritores que han sufrido persecuciones. ¿Dónde queda su voz? ¿En el olvido? ¿En el letargo? ¿En la falta de interés?
Soy de esos que sostienen que el mejor acto de homenaje está en leer a estas autoras y disfrutarlas. Zambullirnos en su poesía, respirar sus versos, hacer que sus historias recorran nuestras venas, convertir esos instantes eclipsados en la clepsidra el poema en un cristal con el que ver el mundo... El arte es el modo por el que lo imaginado puede ser compartido y es una visión de deleite que nos permite vivir más vidas que aquellas que nos han tocado; nunca me cansaré de esta manía de letraherido, pero pienso que sería un auténtico crimen seguir omitiendo a figuras como María de Zayas, Josefina de la Torre o Gloria Fuertes del arte literario y de nuestras vidas. Sus visiones son tan valiosas, preciosas y únicas que ¿cómo podríamos abandonarlas? No cometamos semejante error. Nunca más.
El machismo canónico es un mal endémico en la cultura occidental desde que la Edad Media nos sumió en la oscuridad. Y ahí seguimos. Y no nos lo quitaremos de encima hasta que la forma de pensar y actuar de todos (incluidos los docentes y otros colectivos de influencia pública como periodistas, políticos...) no hagan de verdad el esfuerzo de NORMALIZAR la igualdad. Más allá de los papeles. Más allá de la demagogia. Mucho más allá.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo contigo, Artemisa. Es hora de que empecemos a quitar ese velo, esa demagogia, ese mar de mentiras... Ha llegado el momento de que el machismo desaparezca y que recuperemos la figura de tantas mujeres perdidas, de no permitir que se sepulte más a las mujeres del ahora o el futuro, ayudar y transformar este mundo. Es duro, pero merece la pena.
EliminarUn millón de gracias por tu comentario y por todo, ¡un saludo enorme!