¿El fantasma o lo que queda de todos nosotros? Fuente. |
"¡La muerte debe ser hermosa! ¡Descansar en la blanda tierra oscura, mientras las hierbas se balancean encima de nuestra cabeza, y escuchar el silencio! No tener ni ayer ni mañana. Olvidarse del tiempo y los males de la vida, quedar en paz. Usted puede ayudarme; usted puede abrirme el portal de la morada de la muerte, porque el amor le acompaña a usted siempre, y el amor es más fuerte que la muerte".
No digo nada nuevo cuando comento que Oscar Wilde ha sido uno de los autores más ingeniosos de todos los tiempos, pero debo confesar que también me ha resultado uno de los más sorprendentes gracias a su visión entre la sátira, el drama y la comedia en El fantasma de Canterville, un relato merecedor de eterna lectura.
Una familia estadounidense, los Otis, compra una mansión encantada y se marcha a vivir a ella, aunque saben que tienen a un extra en sus pasillos: un espectro, sir Simon, que buscará aterrorizarlos con el sonido de cadenas, manchas de sangre... Lo que el fantasma no se imagina es que esta familia soporta cualquier cosa gracias a su "cordura", a su modernidad burguesa, lo que hará la vida o "no muerte" del fantasma insoportable.
Los fantasmas son retratados como pobres condenados, según el sir Simon de Wilde. Imagen de dominio público. |
La trama, que bien pudo ser uno de los puntos de partida de Beetlejuice (un auténtico y disfrutable film de Tim Burton), es tan variopinta y magnífica que bien merece ser redescubierta con su moderna amenidad. El lector se sorprende al ver cómo cada miembro de la familia se escabulle de la maldición. El patriarca Hiram hará todo lo posible para mantener la cordura, la esposa Lucrecia seguirá habitando la casa como si nada, el hijo mayor Washington borrará las manchas de sangre las veces que haga falta, los hermanos gemelos, Estrellas y Barras, se reirán sin parar del pobre fantasma, Sir Simon. A medida que avanza el juego, veremos cómo el alma condenada va perdiendo la esperanza hasta que acaba deprimida y su único consuelo es una de las hijas de los Otis, la dulce Virginia, capaz de comprender al monstruo.
Si bien su tercio final no hace del todo honor a la aventura planteada en su inicio, sí que se disfruta y mucho del enfoque de Oscar Wilde para humanizar a los personajes, reírse de los vivos y los muertos y defender la idea de cómo el futuro, el desarrollo, el progreso, hace que muchos pierdan el temor por la muerte y el viejo encanto de los cuentos de terror se marchita. A menudo, nos compadecemos de los vivos en las historias de terror; en esta, no es de extrañar que nos compadezcamos del monstruo, por mucho que fuese un asesino cruel y terrible.
Al final, el amor salva a los monstruos, vivos o muertos, y el amor no deja de ser otro nombre que le podemos dar al arte y ¿por qué no perderse en la magia de la tinta de Oscar Wilde?
Ilustraciones pertenecientes a la obra. Fuente. |
¡Hola Carlos!:
ResponderEliminarHace ya unos años que leí este relato de Oscar Wilde (uno de mis escritores favoritos) y la verdad es que tu reseña me ha dado ganas de releerlo.
Es curiosa la forma en la que se trata el tema de muerte y las situaciones hilarantes que se dan. Uno espera que el muerto cause pavor y sin embargo es como ese familiar bonachón con el que los niños juegan y hasta le toman un poco el pelo.
Recuerdo que el final me resultó algo flojo porque esperaba algo más apoteósico. Cabe señalar que este relato es de corte juvenil por lo que tampoco iba a encontrar las reflexions filosóficas que encontramos por ejemplo en Frankenstein (libro que me encanta y que no paro de recomendar porque me parece alucinante que una mujer de aquella época y además con solo 17 años escribiera semejante obra).
Un placer disponer de un huequito para poder leerte de nuevo.
¡Saludos!
Hola, Chari :)
EliminarMe alegra saber que hay más lectores que han disfrutado de este relato clásico. Me cogió de sorpresa, así que imagina lo bien que me lo he pasado con él.
Es interesante cómo la muerte se trata de esa manera o descubrimientos como el tema de la pintura en la alfombra y cómo el fantasma decide "rehacerla" :).
Sobre ese final, sí, me queda como un poco apresurado, sin ser malo, pero bueno, tampoco soy nadie para criticar al gran Oscar Wilde y menos cuando he disfrutado tanto de su lectura. Y, por cierto, ahora estoy con "Dorian Gray".
En cuanto a "Frankenstein", espero este año, poder dedicarle un hueco por el blog, ya que es otra de mis obras favoritas y, hace poco, hablé de la película de Karloff. ^^
Muchísimas gracias a ti, es un placer poder leer tus comentarios en mi caso. ^^
¡Nos leemos!