Portada de Las Crónicas de Narnia: El sobrino del mago de C.S. Lewis, el inicio de la famosa saga. Fuente. |
«Pero
una larga vida con un corazón malvado no es otra cosa que un sufrimiento
interminable y ya empieza a darse cuenta de ello. Todos obtienen lo que desean;
no a todos les gusta» ASLAN.
Recuerdo que cuando leí El sobrino del mago, con catorce o
quince años, me pareció una lectura un poco lenta y carente de lo que buscaba
en aquel momento (pura fantasía épica, ¡espada! ¡Dragones! Y todas esas cosas).
Sin embargo, ahora, que he vuelto a leer sus páginas, más de diez años después,
he entendido que hay libros que por mucho que se hable de ellos como
infantiles, existimos lectores que solo
llegamos a disfrutar de ellos cuando somos adultos. He ahí un poco de
magia.
Las
Crónicas de Narnia es una de las sagas de literatura
fantástica y juvenil más conocida de todos los tiempos. C.S. Lewis forjó una obra donde un grupo de jóvenes descubren el
misterioso mundo de Narnia, poblado
por Animales Parlantes, reyes, hadas, fuerzas sobrenaturales, magia y un
poderoso león llamado Aslan, que los
gobierna frente a la amenaza de la perversa reina Jadis. No se puede negar el conocido trasfondo alegórico y cómo C.S. Lewis muestra su defensa del
cristianismo a través de los libros, pero tampoco habría que insistir
constantemente en ello (ni como defecto ni como virtud, al menos por ahora).
Pese a que muchos
lectores siempre se saltan El sobrino
del mago y empiezan directamente con el siguiente volumen, El león, la bruja y el armario, El sobrino del mago es también una lectura
recomendable, no solo porque sirve de precuela de la obra original (narrando
hechos como el despertar de la reina Jadis
de Charn o los primeros viajes de
los humanos a otros mundos, incluyendo la fundación de Narnia), sino porque también
es un cuento de hadas con un poderoso trasfondo (y he ahí el motivo por el
que me gusta): ¿cumplirías con tu deber para salvar a un ser al que quieres o
caerías en la tentación y te convertirías en un monstruo?
El amigo de Lewis,
J.R.R. Tolkien, autor de El Hobbit y El Señor de los Anillos, también crearía una extensa
obra en torno al tema de la tentación, como bien sabemos. Y este tema que
parece tan adulto, es a la que tiene que hacer frente el joven Digory Kirke, cuya madre enferma es el
punto de partida de su viaje en busca de una manzana de oro para el dios
leonino Aslan. Acompañado de su
amiga Polly y su execrable tío (el
Señor Coñac, el propio “mago”), Digory
empieza a comprender que existe una magia que C.S. Lewis sabe plasmar a través de su cálida narración.
Influyendo a autores
posteriores como Neil Gaiman u obras
como Las Crónicas de Spiderwick, Las Crónica de Narnia suelen ser libros que
se leen en la infancia, pero eso no quiere decir que no se puedan leer una vez
hemos crecido, una vez aguardamos con todas nuestras esperanzas nuestros
sueños y anhelos y seguir viajando entre mundos, a lugares donde cualquier cosa
es imposible y, para ello, bien sirven los anillos mágicos… o un buen libro.
Hace muchos años que leí estos libros, un día los tengo que volver a leer (como otras cosas); últimamente me han estado apeteciendo, pero no sé cuando voy a poder.
ResponderEliminarLos leí por el orden cronológico, este el primero, pero habiendo visto primero la película de El león, la bruja y el armario.
Yo tengo que seguir la saga con mi óptica actual o futura, mientras no sea volver a mi actitud de chaval adolescente que no sabía qué me estaban contando... Sobre las películas, guardo un buen recuerdo de la uno y la dos. La tres..., bueno, se notó el cambio de estudio.
Eliminar¡Gracias por el comentario!
Hola yo ya vi la de LAS CRONICAS DE NARNIA y me gustaría dolver a leerlos
ResponderEliminarLos ley cuando yo era una niña
¡Espero que los puedas disfrutar de nuevo!
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