Crítica del cómic: The Sandman. Volumen 4: Destrucción de Neil Gaiman

Hace trescientos años, Destrucción abandonó a su familia, los Eternos. Una de sus hermanas, Delirio, ha decidido ir a buscarle, porque era el único que la trató bien, el que le habló del cambio. La Eterna deberá pedir ayuda a alguien que aceptará, aunque no exactamente para encontrar a Destrucción. Ese no es otro que Sandman.

Críticas de cómics:

The Sandman. Volumen 4: Destrucción

El gran Morfeo de The Sandman. Fuente.

“Cuando sueñas, a veces recuerdas. Cuando despiertas, siempre olvidas”-

Morfeo.

Después de un excelente primer volumen, un sobresaliente segundo compendio, un tercer conjunto que perdía levemente fuelle, el cuarto volumen de The Sandman de Neil Gaiman recupera lo mejor de las anteriores historias de Morfeo, Señor del Reino de los Sueños.

Esta cuarta parte de los relatos de Morfeo recoge las historias de Miedo a perder, El parlamento de los grajos, La canción de Orfeo, Vidas Breves (sus nueve capítulos) y la historia corta Cómo se conocieron (dedicada a Deseo). Hay ciertas personas a los que los extras adicionales de cualquier cosa, les dan igual. Sin embargo, nunca he sido de ese grupo de personas. Si en los dos primeros tomos había numerosos extras del proceso de creación, en la tercera y cuarta parte son menores (aunque aparezcan más ilustraciones de diferentes libros de arte sobre los Eternos).

Vidas breves de The Sandman. Fuente.

El tomo de Destrucción 
de The Sandman. 
Fuente.

Sobre la historia, el primer número de este volumen Miedo a perder es una historia corta con una excelente enseñanza que todos, absolutamente todos, deberíamos tener en cuenta (¿cuál? Lee este tebeo). A veces, debemos aprender incluso aquello que no queremos.

Mientras, El parlamento de los grajos es una de las mejores historias de The Sandman y, donde curiosamente, se rompe el estilo de dibujo americano para aparecer brevemente un cuento infantil de estilo manga. Además, recuperamos al personaje de Danny, fundamental en el devenir de los siguientes números.

En La canción de Orfeo, asistimos a una de las habilidades de Gaiman: recrear los cuentos y mitos clásicos y, para ello, nos cuenta la historia del hijo de Morfeo, el célebre Orfeo y de su tragedia. Sin duda, estos números compusieron la imagen dramática y oscura del personaje de Sueño. Además, tiene ecos en Vidas breves, el arco argumental del que sirve de preludio.

Luego, empieza Vidas breves que, junto a Estación de nieblas, es de lo mejorcito de The Sandman, un relato sobre la inmortalidad, las oportunidades, el cambio, la destrucción y el delirio. Pocas obras han alcanzado el nivel de profundidad, entretenimiento y osadía que esta. Delirio es uno de mis personajes favoritos de la serie y consigue robar docenas de escenas. La locura del personaje, tan colorida, combina de un modo genial con el oscuro Morfeo y nos embarca en una aventura merecedora de ser descubierta y donde logramos conocer a los Eternos como la familia rota que son. El dibujo, a su vez, evoluciona a lo largo del arco argumental, convirtiendo muchas de sus viñetas en una oda al arte surrealista.

Para concluir, junto a los extras, aparece la historia corta dedicada a Deseo, Cómo se conocieron, donde el ego de los artistas y el ansia toman una gran relevancia. Recuerdo este fragmento con cierta melancolía: "Apenas le sorprendió que él metiese sus poemas en la tumba junto a ella, y aún le sorprendió menos que, una década después, hiciese exhumar su ataúd para recuperarlos".

Los Eternos de Jill Thompson, un radical y genial cambio. Fuente.

En cuando a la parte gráfica, la dibujante de la mayoría del tomo es Jill Thompson, la cual ilustra el arco argumental de Vidas breves. Si bien en algunas ocasiones el estilo de Thompson no puede ser del todo llamativo, hace un buen trabajo y deja un par de ilustraciones bastante buenas (además de ser perfecta para dibujar a la cambiante Delirio). Destaca su trabajo en la doble página del penúltimo capítulo donde, como tres Eternos, observamos las infinitas estrellas. Es de esas imágenes que consigue transmitir qué es lo importante y qué hay dentro de nuestro corazón.

Las portadas de Dave McKean continúan siendo grandes obras maestras (es más, sería imposible hablar en general de The Sandman sin nombrarlas). Mi favorita, si hay que coger una (que tampoco es que haya, pero...), de este cuarto tomo es la perteneciente a la historia Miedo a perder.

Fanart de los Eternos de Neil Gaiman. Fuente.

Destrucción, el hermano que abandonó
a los Eternos. Fuente.

En cuanto a los personajes, varios se nos quedan guardados en esa caja fuerte que es la mente, pero si uno se impone por encima de otros es el de una de las Eternas. El extraño (simpático y dramático, a la vez) personaje de Delirio se ha convertido para mí, junto a Muerte y Sandman, en uno de los mejores Eternos. Tampoco se puede decir menos de Destrucción. Luego, está el misterioso Destino, Desespero y Deseo. Sí, esto ha sido una especie de ránking sobre mis Eternos favoritos.

El principal defecto puede ser pensar en tanta búsqueda para finalmente un viaje que no desemboca en grandes batallas ni cosas de ese estilo. Pero The Sandman no va de grandes batallas ni cosas de esas. Va del dolor de la historia de Orfeo, de la familia, del cambio… Y eso es, muchas veces, mayor que las grandes batallas y cosas de esas.

Si habéis disfrutado de los tomos The Sandman hasta ahora, en este volumen seguiréis haciéndolo, es uno de los mejores compendios, uno de los que alberga todo lo mejor de este cómic que simboliza un hito dentro del mundo del tebeo. ¿Quieres saber por qué Destrucción abandonó a sus hermanos? Sigue leyendo.

“RECEPCIONISTA: ¿Me da su nombre?
DELIRIO: ¿Es que tú no tienes? Mi nombre no lo quieres. Te harías un lío”.

• Publicada originalmente el 23/12/2010.