El chico que coleccionaba Spider-Man, un número emblemático. Fuente. |
“Timothy Harrison es uno de esos jóvenes especiales. Es listo, brillante, simpático, tiene nueve años… y va para los treinta y cinco. Ya sabes lo que quiero decir. Hablas con él cinco minutos y tienes la extraña sensación de que hace tiempo que está en la brecha, a pesar de su aspecto infantil”- JACOB CONOVER.
El chico que coleccionaba Spider-Man fue el primer tebeo que leí del Trepamuros. Siempre le he guardado un especial cariño a esta auténtica joya, que siempre he considerado como la mejor obra para introducir a alguien en el mundo de Peter Parker o en el Universo Marvel. Un relato entrañable y lleno de fuerza.
Si vale la pena aguantar las películas que hacen de estos personajes es porque se saca algún coleccionable o se reedita material. En este caso, Planeta hizo un coleccionable de cincuenta números por el estreno de Spider-Man 2. Por tanto, yo tendría unos once años cuando leí por primera vez esta historia. Diez años después, he vuelto a leer y disfrutar esta historia como la primera vez.
¿De qué va este número? Timothy Harrison es un niño que colecciona todo lo que aparece sobre Spider-Man: recortes de periódicos, tebeos… Y su mayor deseo es conocer al Trepamuros, al que considera su propio héroe. Esa es la premisa, pero este tebeo va más allá y nos permite conocer quién es Spider-Man, poniéndonos en el lugar de Timothy Harrison, un fan del Trepamuros. A lo largo de nueve páginas, Roger Stern consigue una perfección que pocos autores han logrado en su carrera con Spider-Man.
Una historia entrañable que tiene escenas hermosísimas, como cuando Timothy le pregunta a Spiderman si puede decirle quién es. Lejos de la arrogancia y la estupidez que podrían haberle dado sus poderes, Spider-Man se muestra tan humano como lo engendraron en su día en sus primeros cómics.
Spider-Man y el pequeño Timothy. Fuente. |
Y ese es uno de sus puntos fuertes, sin duda alguna: lo humano que es todo el tebeo. Nos creemos la situación y estamos tan sumergidos en ella que el golpe del final consigue sorprendernos y hacernos pensar en lo que puede ser uno de los mejores números autoconclusivos de Spiderman.
La última página me sigue pareciendo un mazazo y una gran sorpresa, pero si cuando la leí siendo un enano me parecía oscura, ahora creo que tiene algo de esperanza: en confiar en los héroes con poderes y aquellos que lo son sólo por luchar contra sus circunstancias, como es el caso de Timothy Harrison. Hoy, con este cómic, más que nunca, no puedo contaros el final. Debéis descubrirlo vosotros mismos.
Como curiosidad, añadir que la serie de dibujos animados de los ´90 de “Spiderman” adaptó esta pequeña historia, aunque se reducía un poco el efecto del desenlace de la obra de Roger Stern.
En cuanto al dibujo de Ron Frenz cumple bien, aunque el entintado le hace perder un poco pese al juego de sombras que hace. No obstante, lo realmente importante es la historia que se marca Roger Stern, en un alarde de gran talento.
Otra de las cosas que hacen grande este tebeo es que cualquiera puede leerlo, haya leído o no antes un cómic, y darse cuenta de la riqueza del género.
El niño que coleccionaba Spider-Man es una pequeña obra maestra, a reivindicar, siempre recomendable, que nos muestra cómo deberían ser muchos superhéroes. Gracias, Spider-Man.
“Espero que Tim vea cumplido su deseo. Espero que, en algún parte, Spider-Man lea estas palabras. Espero que mi Editor se equivoque con respecto a él, y espero que se tome la molestia de visitar a este hombrecito valiente llamado Tim Harrison”- JACOB CANOVER.
Una de las escenas más recordadas del cómic: El chico que coleccionaba Spider-Man. Fuente. |
Chistianspi
ResponderEliminarEstupenda entrada ;)
Hola, Chistianspi
EliminarMe acordé de ti cuando escribí esta entrada. Creo que es una de las grandes historias de Spiderman, y sé que te encanta este personaje.
Muchísimas gracias por tu comentario y me alegro de que te haya gustado la entrada, un saludo y hasta pronto =D
Gran entrada. Veo que seguimos trayectorias paralelas. Este tambien es el primer comic de Spiderman que he leido. Es una maravilla increíble. Una muestra de como el comic es un arte. De como se puede expresar de una manera que otros medios no pueden. Genial reseña para un genial comic.
ResponderEliminarHola, superñoño
EliminarPues ¡creo que sí! He oído hablar poco de este cómic, incluso yo mismo creo que lo tenía algo olvidado, aunque conservase el recuerdo... Y, de repente, ayer buscando "Top ten" lo encontré y dije: ¿cómo diantres no he escrito una entrada sobre esto? Y más ahora, que es el especial del cómic.
Como verás me encanta este tebeo y estoy de acuerdo contigo, gracias por tu comentario, un saludo y sigamos coleccionando a Spiderman =D
Historias como esta son las que hacen grande a un personaje como spidey y por ende al cómic como soporte para contar historias, y en tan solo 9 páginas!!
ResponderEliminarHola, anónimo
EliminarCompletamente de acuerdo contigo. Sólo nueve páginas consiguen una obra fantástica que otros autores no consiguen con arcos completos.
Gracias por tu comentario, hasta la próxima vez que nos leamos.
El coleccionable?
ResponderEliminarSí, lo menciono en la reseña. He visto que muchos nos hicimos fans de los cómics de Spidey gracias a ese coleccionable.
EliminarVi la adaptación en la serie de los 90. Se insinúa muy sutilmente. Y está claro de que se trata para quienes le presten atención al cartel que revela donde está esa pequeña fan de Spiderman. O haya escuchado el doblaje, que también lo aclaro. Es todo un golpe, pero bien hecho.
ResponderEliminarAunque me dejo preguntando si con tanta neogénetica, tanta fundación que impulsa las investigaciones médicas, es tan inevitable.
Tendré en cuenta la historieta que reseñas.
Saludos.
No diré más para no spoilear, pero es una de esas historias que hay que descubrir sí o sí. ¡Gracias por el comentario!
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