Nos remontamos al fin de un sol. A través de ella, los habitantes del Planeta Gallifrey podrían conseguir la energía necesaria para viajar en el tiempo. Están destinados a convertirse en los Señores del Tiempo, pero un mercenario venido del futuro está dispuesto a destruirlos antes de que lo consigan.
Críticas de cómics:
“DOCTOR WHO: La muerte de una estrella, Go War y El amanecer de un sol negro”
de Alan Moore y David Lloyd
Alan Moore empezó su carrera con obras como este cómic de Doctor Who. Fuente. |
“Los Señores del Tiempo serán aniquilados antes de nacer”
FENRIS
Si conoces la serie “Doctor Who”, seguramente, alguna vez te habrás preguntado ¿cómo eran los Señores del Tiempo? ¿Qué les condujo a su caída? ¿Cómo comenzó la Guerra de los Señores del Tiempo? ¿Cómo consiguieron su poder? ¿Cuáles son los orígenes del mito de los habitantes del planeta Gallifrey? El escritor inglés Alan Moore, famoso y respetado por obras como “Watchmen” o “V de Vendetta”, respondió a algunas de estas preguntas cuando comenzaba su carrera.
En pocas páginas (son sólo catorce), Alan Moore es capaz de sumergirnos en el mundo (mejor dicho, universo) de ciencia-ficción y aventuras del “Doctor Who”. Nos asombra que ya desde sus inicios tuviera tal capacidad para impactar a los lectores con su gran imaginación. Estas tres historias cortas nos trasladan cada una a varios años en el tiempo, desde la juventud de una mujer y un hombre hasta su vejez, conociendo en medio a su joven hija y en el último tramo la vida adulta de esta. Curiosamente, estos personajes, desde el inicio, quedan ampliamente conectados con la historia. De tal manera, la trama nos recuerda a los antiguos mitos donde un héroe se enfrenta a un destino atroz que intenta evitar y, queriendo que no se produza, no hace más que obligar a estos hechos a que acontezcan. La maldición del destino de los héroes que sufren los personajes de estos relatos del escritor de Northampton.
El cómic se divide en tres partes:
- La muerte de una estrella: Basado en una paradoja temporal, donde plantea una curiosa teoría: ¿y si la respuesta a tus problemas fuera algo del futuro que existe porque ese algo del futuro llegó a tu tiempo y tú lo creaste a partir de él en el pasado y así perdurará hasta el futuro? Es decir, ¿y si aprendes a usar el viaje en el tiempo porque te llega un cinturón capaz de hacer que funcione, lo creas a partir de ese y a su vez este existía en el futuro porque tú lo creaste a partir de él en el pasado? Pese a que suene incomprensible, casi a un juego de palabras, ¿no es genial?
- “Go war”: En ella, los habitantes del planeta Gallifrey intentan recuperar al Portador de Infiernos, un mercenario venido del futuro que intentó destruirlos e impedir que se convirtiesen en los Señores del Tiempo. En este número, aparece un enemigo del futuro la Orden del Sol Negro, que viene a castigar a los Señores del Tiempo por algo que aún no han hecho. ¿El qué? La pregunta les tortura y los llevará a la tercera y última historia.
-“El amanecer de un sol negro”: Aquí somos conscientes de que los Señores del Tiempo no podrán evitar su destino, como en el caso de la maldición de los héroes griegos. Un trágico final para una pequeña joya dentro de la historia del Doctor y la carrera de los autores de estos tebeos.
Alan Moore ya, al principio de su carrera, deja ver sus primeros rasgos distintivos. Por ejemplo: su pasión por la teoría de la cuarta dimensión (el pasado, presente y futuro no son lineales, transcurren al mismo tiempo), y que explotará en obras como “From Hell”, o su manera de describir actos tecnológicos con un lenguaje hasta cierto punto poético: “Un arco de energía salta de los dedos del Gran Señor. Puede ser llamado electrodirección, pero otros lo tildarían de magia” y que usaría en sus siguientes tebeos, como por ejemplo “Watchmen” (véase el nacimiento del Doctor Manhattan).
También podemos ver ciertos elementos de los que prescindirá más adelante el autor de “Promethea” como son los bocadillos de pensamiento, la abundancia de exclamaciones (al estilo Stan Lee), los recuadros textuales o ciertas onomatopeyas. Elementos que, actualmente, en el tebeo mainstream han casi desaparecido desde que Moore y otros artistas empezasen a rechazarlo.
Curiosamente, lo que narra Moore no presenta ningún fallo de continuidad con lo que se narra en la serie que comenzase en el año 1963 y ha llegado hasta hoy en día.
Hay que añadir que, en un alarde del valor de Moore con el archiconocido Doctor, sería capaz de narrar estas tres historias breves sin que aparezca el Último Señor del Tiempo, más allá de una breve presentación al comienzo de la primera historia.
En el apartado gráfico, el trabajo de David Lloyd es impecable, sirviendo tanto por su realismo como por su narrativa y expresividad. Lloyd trabajaría de nuevo con Alan Moore en una de las obras magnas del cómic: “V de Vendetta”, donde ambos quedarían inmortalizados como dos de los más grandes artistas del tebeo.
El realismo de Lloyd, su capacidad para crear naves, satélites, soles y otros elementos, además de sus juegos de sombras (el tebeo es en blanco y negro), hace que nos deleitemos no sólo con la historia, sino también visualmente.
En definitiva, una curiosísima obra para los fans del Doctor Who y de Alan Moore que demuestra que a veces, tanto las grandes historias, con múltiples artistas, como los grandes escritores acaban encontrándose. Sólo es cuestión de tiempo y si de eso, alguien sabe, es el Doctor, el Último Señor del Tiempo.
“Tal vez ellos nos están castigando por crímenes que aún no hemos cometido”.
LORD GRIFFEN
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