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El fantasma del general nunca descansaba, siempre perseguía al viento y rugía a los inocentes, y mientras esto pasaba, todos se preguntaban cuándo se cansaría de estar dando la lata.
No se percataban de que nunca iba a dejar de fastidiar: descansar en paz era algo demasiado irónico para el fantasma de un general. Sólo te queda desear, si te apetece… Requiescat in pace!
Ohhhhhhh!!!
ResponderEliminarNo me pregunte el porqué pero la verdad es que me pareció que su microrelato es realmente hermoso.
Me gustó mucho, ya le digo, no puedo decir por qué pero es que....oh!!
El alma del general nunca muere, siempre está atento en su barco (no dices que sea ahí pero a mi me gusta imaginarlo así y esta nos e controla, sino que vuela lejos y si es con cosas como las de usted aun más)
En fin, no quiero estropear esto con un comentario que no vale ni la mitad de lo que cuentas asi que acabo con un :felicidades!!
Besos de la Señora Anónima Mortal
Hey!
ResponderEliminarMe alegro de que le haya gustado tanto, considero que las frases en latín siempre dan... ¿hermosura?
Considero que si usted es capaz de imaginarse al capitán, en un barco y haciendo lo que le apetezca es que, más o menos, el microrrelato ha funcionado.
Muchísimas gracias por su comentario =)