“Ésta es una HISTORIA IMAGINARIA… (que puede que nunca ocurra, o quizás sí) sobre un hombre perfecto que vino del cielo e hizo sólo el bien. Habla de su crepúsculo, cuando las grandes batallas estaban terminadas y los grandes milagros ya hechos tiempo ha; de cómo sus enemigos conspiraron contra él y de esa guerra final en las baldías tierras nevadas bajo las luces del norte; de las dos mujeres a las que amó y de la elección que hizo entre ellas; de cómo rompió su juramento más sagrado, y de cómo finalmente todas las cosas que tuvo le fueron arrebatadas excepto una. Termina con un guiño. Empieza en un tranquilo pueblo del medio-oeste, una tarde de verano en el tranquilo futuro del medio-oeste. Lejos en la gran ciudad, la gente aún eleva la mirada esperanzada desde las aceras, vislumbrando un lejano punto en el cielo… pero no: es sólo un pájaro, sólo un avión – Superman murió hace diez años. Esta es una HISTORIA IMAGINARIA… ¿No lo son todas?"
Críticas de cómics:
En 2008, Superman cumplía 70 años. Una larga historia para uno de los grandes superhéroes, quizás su mayor icono. Nada mejor para celebrarlo que disfrutar de un par de historias del Hombre del Mañana creadas por ese gran escritor que es Alan Moore.
Si no lo sabéis, el planeta Krypton se destruyó, pero el científico krytoniano Jor-El envió a su hijo, Kar-El, a un lejano mundo conocido como la Tierra. Allí, Kar-El fue encontrado por una pareja de granjeros, los Kent, quienes criarían al pequeño como su propio hijo. Sin embargo, el niño, que recibiría el nombre de Clark, obtendría unos poderes que los convertirían en el defensor de la humanidad conocido como Superman (mientras mantenía su alterego, el periodista Clark Kent). Ésta es, de manera demasiado resumida, los orígenes que dieron Jerry Siegel y Joe Shuster al personaje que se convertiría en emblema de la editorial DC Comics (junto a Batman, entre otros).
Bien, ahora dejemos un poco claro quién está detrás del guión de estas tres excelentes historias…
Si no lo sabéis, Alan Moore es el Genio de Northampton. Es decir, uno de los guionistas más influyentes que ha existido en el mundo del cómic. Gracias a él hemos tenido inolvidables tebeos como From Hell, V de Vendetta, Watchmen, Promethea, La Cosa del Pantano… Historias que lo han encumbrado y lo han convertido para muchos en el mejor escritor de tebeos de todos los tiempos. Por cierto, también es mago del caos y odia (o, mejor dicho, le son indiferentes) las adaptaciones cinematográficas que han hecho de sus obras (¿las adaptaciones? no muy buenas de La Cosa del Pantano, una muy desastrosa: La Liga de los Hombres Extraordinarios, otra que es una buena película si no has leído el cómic From Hell, una más o menos decente V de Vendetta y la más fiel a la obra por ahora, Watchmen). Actualmente, escribe su obra Jerusalem, un libro que según el autor va por las dos mil páginas. En mi opinión, sin duda, el mejor y un ídolo a seguir.
Ahora que ya estáis (un poco) situados, os hablaré de las tres historias que contiene el recopilatorio Las historias de Alan Moore: Superman de DC Comics y editado aquí por Planeta DeAgostini, marcándose una buena idea para celebrar el setenta cumpleaños del Último Hijo de Krypton. ¿No lo tenéis? ¡Id a por él! ¿No? Pues seguid leyendo a ver si os convenzo…
En primer lugar, os hablaré de El hombre que lo tenía todo, ¿Qué fue del Hombre del Mañana? (cómic dividido en dos partes) y el encuentro de La Cosa del Pantano y Superman. ¿A qué la cosa pinta bien? ¿No? ¡Sigue leyendo!
El hombre que lo tenía todo es un anual que recoge una de las historias legendarias de Superman (por ello, fue adaptada a la pequeña pantalla en la serie de animación de La Liga de la Justicia). En ella, Alan Moore y Dave Gibbons tratan una posibilidad: ¿y si Krypton no hubiera sido destruido?
Esta pregunta aparece el día del cumpleaños de Superman (cuando fue encontrado en la Tierra, el 29 de febrero) y recibe un regalo que podría darle todo para hacerlo feliz. ¿A qué precio querrías serlo?
De esta premisa, el autor de Northampton “reinventa” la historia de la Mancha Roja y Azul (como lo llaman en la serie Smallville) para crear una historia más que entretenida, donde la perfección de Krypton se desintegra en un drama político a punto de estallar y deja un par de secuencias para la memoria (como la que involucra a Kar-El y la existencia de su hijo).
En esta historia, Moore vierte muchas de las técnicas que estaba usando por aquel entonces en Watchmen: simetrías, los silencios, los momentos lapidarios, ironías, estructuras paralelas, frases con dobles sentidos (genial la conversación de Batman y el segundo Robin- Jason Todd- sobre Wonder Woman), homenajes, segundas lecturas…
Y todo eso tratando desde temas como la felicidad, el poder, el drama familiar, la política, el deseo… desde geniales puntos de vista.
La única pega que podríamos ponerle es lo corta que se hace y cómo nos gustaría saber también algo más de todo aquello que hubiese querido tener Batman, por ejemplo.
Sea como sea, un gran número.
Quizás sería la mejor historia de Alan Moore sobre Superman y una de las más brillantes del Último Hijo de Krypton si, por el camino, no hubiese aparecido otra historia que se publicaría un año después, en 1986.
¿Qué le sucedió al hombre del mañana? es, sin duda, una de las más hermosas historias contadas sobre Superman, un repaso por toda su mitología y un hermoso guiño a la crepuscular Edad de Plata del cómic. Esta etapa moriría con el nacimiento de la Edad Oscura, con obras como El regreso del Señor de la Noche de Frank Miller o la propia Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons en 1985. Si Moore fue uno de los que “mató” al superhéroe de la Edad de Plata, aquí hace un bonito canto hacia esa época del tebeo, que queda para la memoria de los fans y donde se destila el amor de Moore por esta etapa. En cuanto a esta cuestión, muchos pensaron que el tebeo de superhéroes crecía por hacerlo más oscuro y violento, pero Alan Moore demostró que prefería la sencillez y la inocencia de superhéroes que lo eran realmente. El autor de Northampton, como siempre, demostraba estar a un par de pasos por delante de algunos de sus contemporáneos.
Centrándonos en la historia ¿Qué le sucedió al hombre del mañana?, el editor Julius Schwartz quería dos relatos que tratasen sobre lo que podría ser el final de Superman, sus últimos días, como si fuesen el punto y final. Para ello, Schwartz quiso contar con Jerry Siegel, uno de los creadores del personaje (junto a Joe Shuster), pero no era posible. Alan Moore pidió a Schwartz que le dejase escribir ese “final”. Schwartz lo relataba así: “[…] En ese momento, se levantó, literalmente, de la silla, me agarró el cuello como si me fuera a ahogar y me dijo: ´Si eliges a otro que no sea yo para escribir esa historia, te mataré´. Y ya que yo no quería ser cómplice de mi propio asesinato, acepté”. Sí, Alan Moore tiene un sentido del humor bastante particular.
Así, desde su comienzo, Moore nos presenta una historia imaginaria sobre el final de Superman. Por cierto, si alguien duda de la calidad literaria de los tebeos, con sólo leer el prólogo (el que he puesto a principio de la crítica), esa sola página, debería darse cuenta de que el tebeo tiene y mucho que decir en el terreno del arte. Una auténtica pena que el recopilatorio de Planeta no cuente con esta página en la reedición en tapa dura que estoy comentando.
Regresando a la historia, Alan Moore debía afrontar un riesgo que podría haber acabado con su carrera: dar un final digno al gran Superman. Moore afrontaba tener que atar todos los cabos sueltos: villanos y amigos se enfrentan en una épica historia, en la que vemos desfilar por ella a personajes tan queridos (y odiados) como Lex Luthor, Brainiac, Jimmy Olsen, Lois Lane, Mr. Mxyzptlk… incluso el perro superpoderoso, Krypto. Ah, y por si fuese poco, sus apariciones tienen sentido (no como algunos tebeos actuales, donde sale el personaje de moda sólo para subir ventas, aunque no haya una excusa para utilizarlo).
El Genio de Northampton usa técnicas modernas y clásicas, para hablar de eventos como el final de Bizarro, la muerte de Clark Kent y varios personajes, el duelo final en la Fortaleza de la Soledad… Así, los hechos comienzan desde un futuro donde Superman es una leyenda (esa estatua en la primera página deja claro que es un homenaje al héroe) y un periodista desea saber qué pasó con él, entrevistando a Lois Lane, el amor de Clark Kent/Superman.
Por si fuese poco, todas las piezas encajan con un guiño final, cómplice con el lector. Cuando se habla de Moore, se le puede pedir casi cualquier cosa que cumple.
Dos números emotivos, emocionantes e imborrables que cualquier debería leer y que los fans de siempre disfrutarían por sus numerosos guiños. Perfectos.
Finalmente, el recopilatorio se completa con un encuentro entre Superman y La Cosa del Pantano, narrado por Alan Moore y dibujado por Rick Veitch.
Moore había conseguido gran fama con la serie de La Cosa del Pantano al jugar con una serie supuestamente “de segunda” y llevarla mucho más allá que las catalogadas “de primera”.
En uno de sus números, un Superman moribundo se topa con el monstruo, La Cosa del Pantano, y la vida del Hombre del Mañana dependerá de la temida y extraña criatura.
Este relato quizás sea la más diferente del tomo, debido a que respira el aire de terror y fuerza oscura y épica que Moore trataba en la serie que lo haría conocido. Aquí no hay un homenaje a la Edad de Plata, aquí vagamos por la incertidumbre y la oscuridad, el viaje a la locura y la muerte.
La mayor pega que se le puede poner es que algunas de las excelentes ideas que trata no terminen de ser del todo exploradas y quede algo coja en comparación con las dos anteriores, además de que a un lector no familiarizado con La Cosa del Pantano podría resultarle algo fuera de lugar.
Para ir cerrando la reseña, en el apartado dibujo, Alan Moore cuenta con grandes dibujantes, todos ellos solventes. Destacan Dave Gibbons (con quien trabajaría en la legendaria obra Watchmen) o el autor catalogado como el ilustrador definitivo de Superman, Curt Swan. Ambos, con sus estilos propios, son capaces de narrar esa dulce fuerza nostálgica que empuja las respectivas historias narradas por Moore.
Así, desde mi punto de vista, considero que estas tres obras son capaces de tocarte el corazón, recordarte (o descubrirte) por qué Superman es tan grande y cómo el cómic ha cambiado. Tal vez, el Genio de Northampton pensase en eso mientras creaba estos tres grandes relatos. Para mí, Superman se quedó en sus historias, salvo excepciones como el All Star Superman de Grant Morrison.
Ahora, entre tú y yo, en serio, si te gustan los superhéroes y no has leído estas historias, ¿a qué estás esperando? Si te gusta Superman, seguramente ya las hayas leído, no haberlas pillado sería un “pecado mortal”. Si te interesa empezar en el mundillo del cómic y Superman- más o menos- te llama la atención, hazte ya con él. Uno de esos recopilatorios que merecen la pena y no os imagináis cuánto, a 15, 95 € (que tampoco es tanto, ya que es tapa dura y demás).
En definitiva, tres grandes historias (una de ellas dividida en dos, vale) que te recordarán por qué Superman es el superhéroe más grande de todos los tiempos. Más que recomendable. No muráis sin haberlas leído.
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