Conan el Cimmerio: barbarie, civilización y los Clavos Rojos

Si hay algo que define el legado de Robert E. Howard, es, aparte de su reflejo de la brutalidad del acero y la crudeza de la carne, la eterna lucha entre civilización y barbarie. Aunque a algunos les sorprenda, el texano repudiaba la civilización más allá de los conatos de dulcificación al que este concepto es sometido desde la Ilustración.

En Conan el Cimmerio 7, adaptación del relato Clavos Rojos, el equipo formado por Régis Hautière, Olivier Vatine y Didier Cassegrain toma una de las historias más viscerales del cimmerio y la lleva al cómic con un estilo que respeta la esencia pulp de Howard, pero con su propia impronta visual y narrativa en la que es la enésima versión de este famoso relato.

Una historia de sangre, deseo y decadencia

Publicada originalmente en 1936 en Weird Tales (poco después del suicidio de su autor), Clavos Rojos es un relato que el propio Howard consideraba una de sus mejores creaciones, y no es difícil entender por qué. La historia nos sitúa en una ciudad aislada y sumida en una guerra fratricida cuyo origen se ha perdido en el tiempo, una imagen poderosa del desgaste de la civilización. 

Entre ruinas, el destino de Conan se entrelaza con Valeria, una de las pocas mujeres (con permiso de Bêlit) que en la saga de Howard no es solo un interés romántico, sino una guerrera con su propia ambición y carácter. En este relato, Valeria no es la damisela en apuros, sino un reflejo de la naturaleza feroz de Conan, convirtiéndose en una de las compañeras más memorables del cimmerio.

Además, Clavos Rojos introduce, además, un elemento poco común en la narrativa de Howard: una villana marcada por la sexualidad, una reina que se alimenta de la juventud de sus víctimas y que establece una relación implícitamente lesbiana con Valeria, al estilo de la Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu. En el contexto de la época, la manera en la que Howard retrata esta subtrama resulta provocadora, sin caer en caricaturas o en una visión simplista del deseo femenino.

Más allá del meme, tenemos que envidiar al mercado francobelga su amor por el tebeo. Los autores del cómic (Hautière, Vatine y Cassegrain) consiguen trasladar la energía primitiva del relato al cómic con gran acierto. La química entre Conan y Valeria se mantiene vibrante, los enfrentamientos son crudos y el conflicto central sigue girando en torno a la idea de que, a veces, la civilización es más cruel que la propia barbarie. 

Conan sin entender el éxito de Alas de sangre.

No obstante, me sigue pareciendo irónico eso de mostrar decapitaciones y sangre, pero luego tener que tapar con unas estelas de humo los pechos de un personaje femenino. A lo que se suma que la adaptación toma ciertos atajos que, aunque comprensibles en el medio gráfico, pueden hacer que la historia pierda parte de la atmósfera opresiva que Howard supo construir con su prosa. Quiero decir con esto que algunos momentos se sienten algo apresurados, especialmente hacia el desenlace, donde la tensión del relato original se diluye en una resolución algo más precipitada de lo esperado.

Visualmente, el cómic encuentra un equilibrio interesante. Aunque bebe de la imaginería clásica de Conan, desde los lienzos de Frank Frazetta hasta las estilizadas viñetas de Barry Windsor-Smith, la obra introduce un trazo más cartoon, lo que otorga fluidez a la acción y un estilo propio que se diferencia de otras adaptaciones del personaje.

Uno de los momentos más llamativos del cómic es el uso del silencio en las secuencias iniciales: Conan encuentra un caballo y deja el suyo, un gesto simple pero significativo, antes de encontrarse con Valeria y enfrentarse a un dragón en un bosque que rodea la ciudad fantasma. Es en estos instantes donde la narración visual brilla con fuerza, dejando que la imagen lo diga todo sin necesidad de diálogos copiados y pegados del original.

Valeria y Conan planificando unas vacaciones en una ciudad fantasma.

El trasfondo de Howard: dolor, sexo y sangre

Más allá de la acción y la ambientación, Clavos Rojos también tiene un trasfondo personal en la obra de Howard. El autor tejano escribió este relato en un momento de profunda desilusión, tras descubrir que Novalyne Price, la mujer a la que amaba, había iniciado una relación con un amigo suyo. Esto coincidió con su visión de la civilización como un ente decadente y corrupto no era solo una construcción literaria, sino una idea que se reforzó tras visitar Lincoln, Nuevo México, una ciudad marcada por la violencia del pasado y que parecía suspendida en el tiempo.

En Clavos Rojos, más que en cualquier otro relato de Conan, la sexualidad y la sangre son elementos centrales. Howard, que había recibido críticas en sus primeros relatos por ser “demasiado sexual”, tuvo que abrazar con más énfasis este tema cuando la sociedad estadounidense más lo demandó, otro símbolo de la degeneración para el apodado «Bob Dos Pistolas», ya que toda sociedad al borde del precipicio solía dedicarse al sexo antes de su caída.

Para los que disfrutan del cómic en su faceta más material, la edición de Planeta Cómic es un buen añadido a la colección de cualquier fan del personaje. Tapa dura, papel de calidad e ilustraciones adicionales que enriquecen la experiencia. Además, incluye un mapa del mundo de Conan y un epílogo detallado sobre la génesis de Clavos Rojos, lo que permite a los lectores profundizar aún más en la historia.

Pese a sus momentos algo apresurados, Conan el Cimmerio 7 logra, desde la perspectiva del cómic francobelga, capturar la esencia de Clavos Rojos y nos recuerda por qué Conan sigue siendo uno de los personajes más icónicos de la fantasía heroica. Puede que no alcance la intensidad del relato original de Howard, pero sigue siendo una lectura imprescindible para cualquier seguidor del bárbaro de la Era Hiboria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.

¡Muchas gracias por tu comentario!

Sobre el blog

Los textos pertenecen a Carlos J. Eguren salvo cita expresa de los autores (frases de libros, comentarios de artistas...), siempre identificados en el post. El diseño de la imagen de portada pertenece a Elsbeth Silsby.

Si deseas compartir un texto, ponte en contacto con nosotros para hablarlo. Si quieres citar un fragmento, incluye la autoría.

Muchas gracias.

Carlos J. Eguren. Con la tecnología de Blogger.