«La danza macabra es un vals con la muerte. Es una verdad de la que no podemos permitirnos apartar la vista. Al igual que las atracciones de las ferias que imitan una muerte violenta, el relato de horror es una oportunidad de examinar qué es lo que pasa detrás de unas puertas que normalmente mantenemos cerradas con doble cerrojo. Y sin embargo la imaginación no se contenta con las puertas cerradas. En alguna parte hay otra compañera de baile, susurra la imaginación en mitad de la noche; una compañera con vestido podrido, una compañera con las cuencas de los ojos vacías, con musgo colgado de sus guantes hasta el codo, con gusanos retorciéndose entre los escasos restos de su pelo. ¿Estrechar a semejante criatura entre nuestros brazos? ¿Qué, me pregunta, estaría tan loco? ¿Y bien…?»
A finales de la Edad Media, las epidemias, las hambrunas, las guerras y la miseria llevaban a que la muerte estuviese presente en todo momento, también en el arte. Sería en este campo donde, más allá de retomar tópicos como el memento mori, el tempus fugit o el carpe diem, aparecerían ideas que se verían reflejadas en la danza macabra. En estas representaciones, la Muerte, con su imagen esquelética, dejaba claro a todos los mortales que acabaría danzando con ellos en un macabro baile. ¿No es acaso la vida un largo baile con la muerte?
Danza macabra es también el título del ensayo con el que Stephen King, el padre del terror moderno, repasó toda la historia del género. Este ambicioso proyecto se ha convertido en uno de los pilares básicos para comprender al escritor de Maine, pero también para encontrar sentido a por qué amamos tanto este género. Sin duda, un imprescindible que no debemos, por cierto, confundir con The Stand (Apocalipsis), que en su primera versión se tituló La danza de la muerte.
#Danzamacabra de Stephen King es un extraordinario recorrido por la historia del género fantástico. Edita @ed_valdemar Share on XNuestra Danza macabra
«Pero no creo que nadie sepa de verdad lo que piensa realmente (o quizá incluso lo que realmente sabe) hasta que no lo escribe…».
Todos los Lectores Constantes aficionados a la obra de King apreciamos gratamente sus introducciones, porque, a menudo, son reflexiones no solo sobre ese libro, sino sobre el terror, la creación, su sociedad… Danza macabra es una de esas introducciones, pero con esteroides, ya que se extiende unas 640 páginas.
Danza macabra es ensayo fundamental. Suena baladí, pero no lo es. El demiurgo tras La Torre Oscura, como si fuera el propio Roland Deschain, va por la senda de la literatura, el cine y la televisión desde la óptica del horror. Y lo hace desde sus orígenes hasta los años ’80, cuando se publicó por primera vez. Puede que haya quedado desactualizado en algunas cuestiones, pero su valor histórico y como punto de partida es fascinante.
Un buen ensayo no se limita a ser simplemente académico. Danza macabra no es colegueo sin más, sirve como punto de partida para estudios sobre diversas obras, pero, por otra parte, el ameno y coloquial estilo de Stephen King lo hace más cercano al lector. Leer Danza macabra es entablar un diálogo con su escritor igual que El horror sobrenatural en la literatura era entablarlo con H. P. Lovecraft. Y cualquier amante del terror o el fantástico en cualquiera de sus vertientes, lo agradecerá.
Descubriendo a Stephen King
Por suerte, King no se queda en lo anecdótico o enciclopédico, sino que también indaga en los críticos, la recepción por parte del público, la violencia «justificada» bajo el pretexto de haber leído cierto libro o haber visto cierta película, la necesidad de leer o ver el terror… Es interesante ver cómo King sostiene que todos necesitamos bailar con la locura para poder lidiar con ella sin llegar a sucumbir.
Por otra parte, nos permite saber más de King como autor, pero también como lector y espectador. Además, es una fuente muy interesante a la hora de analizar obras como La semilla del diablo, Frankenstein, La feria de las tinieblas, La maldición de Hill House… No siempre estaremos de acuerdo con sus dobles lecturas o sus interpretaciones, pero eso hace que sea más interesante si cabe.
Tras una carrera tan larga dentro del fantástico, King se ha ganado la posición de la que goza y, cuando se estudie su figura, indudablemente, Danza macabra será una de las fuentes de información primordiales.
Imprescindible para lectores y escritores
Al igual que en Mientras escribo, el ensayo sobre cómo escribir de King, en Danza macabra descubrimos más del autor como lector y espectador, asombrando la cantidad de obras culturales que le han acompañado a lo largo de su vida. A su vez, como escritores, podemos hallar una infinita fuente de inspiración en sus palabras. Un escritor debe amar diferentes disciplinas artísticas, de lo contrario, la fuente se seca.
Como en el ya citado El horror sobrenatural en la literatura de H. P. Lovecraft (del que este libro es un buen complemento), Danza macabra ha sido editado en nuestro país por la editorial Valdemar. Incluye amplias notas, listados de películas y novelas, y una excelente traducción que no se ve entorpecida en ningún momento. Todo un placer para el lector, sin duda.
Danza macabra es, por tanto, un ensayo para amantes de Stephen King y del terror, pero también para todos los que quieran descubrir más del género. Eso sí, cuidado con leerlo de noche. Este libro muerde. Y una vez muerde, contagia la enfermedad terrible del amor por el horror. Advertido quedas.
«En realidad no es una danza de la muerte, ni mucho menos. También aquí hay un tercer nivel. Es, en el fondo, una danza de los sueños. Es un modo de despertar al niño interior, que nunca muere, pero cada vez duerme más profundamente. Si el relato de horror es nuestro ensayo para la muerte, entonces su estricta moralidad también lo convierte en una reafirmación de la vida, la buena voluntad y la simple imaginación… sólo otra cañería hacia el infinito».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.
¡Muchas gracias por tu comentario!