Llega la Navidad y, con ella, la idea de criticar el consumismo desmesurado, la falsedad y todo lo relacionado con dicha festividad, como si no supiéramos lo que hay. Tan artificial resulta su celebración como aburrida la turra que dan sus detractores, pero, al menos, de vez en cuando, las Navidades sirven para que se estrenen bizarradas tipo Kiss salva la Navidad. En este caso, el especial felices fiestas de Guardianes de la Galaxia.
Salvando la cuarta fase
Que la cuarta fase del Universo Marvel está siendo un toma y daca es una cuestión que parece innegable. Que por cada producto (que es eso) aceptable, se estrenan varios que te hacen pensar en si salía rentable gastar tanto tiempo.
Abriendo frentes en el mundo televisivo (ya se sabe que la guerra del streaming no hace prisioneros) y buscando presentar nuevos personajes que ni fu ni fa, da la impresión de que Marvel Studios está más preocupada por cumplir con una cuota de estrenos que de entregar grandes productos, pero eso es algo que ya habíamos visto desde hace un tiempo.
Por suerte, siempre quedará algún resquicio de luz dentro de la franquicia e igual que entre la morralla que Marvel publica cada mes en sus cómics, también hay algún estreno audiovisual que merece la pena. En este caso, Guardianes de la Galaxia cumple. No nos hemos despedido todavía de ellos y ya los echo de menos.
Oda a lo raro de la Navidad
Cuando la gente se pone a quejarse de la Navidad, recurren a la típica historieta de si un alienígena llegase a la Tierra en Navidad, ¿comprendería que es una festividad dedicada a celebrar el nacimiento de un mesías que pregonaba la paz y el amor o pensaría que es una fiesta caduca, sobre comprar cosas, comer cosas, vomitar cosas y pelearse con co… perdón, con gente?
Pues básicamente, Guardianes de la Galaxia juega con esa premisa, pero lo hace BIEN.
Con su especial felices fiestas, James Gunn prepara su despedida de unos personajes que hizo grandes allá por 2014 (cuando solo los más fans de los cómics conocían a la banda de Peter Quill). Lo hace homenajeando a nada más y nada menos que a aquella obra maestra de lo raro que fue el especial navideño de Star Wars, una oda entre el pop, el kitsch y el trash, que es recordado por haber presentado a Boba Fett y porque si fuera por George Lucas, habría quemado todas las copias.
Y es sorprendente ver cómo, lejos de las grandilocuencias de la segunda parte de Guardianes (donde se notaba que al director se le dio carta blanca y funcionaba mejor cuando tenía más «limitaciones creativas»), Gunn regresa a sus orígenes con una cinta digna de la época en la que dirigió la maravillosa Súper.
En menos de una hora, Gunn incluye un segmento de animación, varios momentos musicales y la típica historia navideña a la que el creador logra imprimirle su toque macarra: Peter Quill odia la Navidad desde que es niño y Mantis y Drax se proponen cambiar esto regalándole a nada más y nada menos que el actor Kevin Bacon, héroe de la infancia de Peter gracias a Footlose. Nada de otra galaxia, pero funciona de maravilla.
Prólogo de un adiós
¿El resultado del especial felices fiestas de Guardianes de la Galaxia? Un especial divertidísimo, que más allá de servir para hacer una sesión doble con el de Star Wars, sirve para amenizar las tardes navideñas e ir preparándonos para Guardianes de la Galaxia 3, que supondrá la despedida de James Gunn de la franquicia.
Después del efímero despido tras que estrenase la segunda parte de la saga (por culpa de unos tuits) y que se le volviese a contratar para la tercera, Gunn encontró su nuevo hogar en DC, donde dirigió The Suicide Squad y también la serie sobre The Peacemaker.
Ahora, como cabecilla de la nueva división que planea crear un universo cinematográfico de DC consistente (si es que tal cosa puede existir), el grupo de Peter Quill se dispone a decir adiós al Universo Marvel (al menos, hasta que el crossover o la necesidad de vender llamen a la puerta). Y el sentimiento de despedida queda patente en este especial navideño.
La cuarta fase de Marvel Studios remonta gracias a este especial navideño de Guardianes de la Galaxia Share on X¿Felices fiestas?
Sin volverse loco en demasía, Gunn ofrece una historia sencilla, pero que está llena de buenos momentos y grandes toques de humor. Es decir, está bien contada, que es más que lo que tiene alguna serie (y película) reciente de Marvel.
Pom Klementieff y Dave Bautista se ganan sus sueldos como Mantis y Drax, dos personajes que se reivindican dentro de Guardianes con este especial. Los cameos de Mapache y Groot están muy bien (se ve que el CGI era caro), al igual que los de Nébula y Kraglin. En cuanto a Peter Quill, parece encajado en aquel depresivo Starlord que vimos en Thor: Love and Thunder, que sigue sin superar la pérdida de Gamora, pero aquí, al menos, gana una hermana (lo que un Targaryen consideraría maravilloso).
Conclusiones
Una vez concluido el especial felices fiestas, confirmamos que echaremos de menos el humor, el alma, el cariño hacia la música rock y el estilo gamberro que James Gunn le dio a estos personajes que, aunque no dejan de tener la huella del estadounidense, ahora se encuentran, paródicamente, más cercanos a los antihéroes que Dan Abnnet y Andy Lanning alzaron con su etapa en los cómics.
Ahora, la Estación Sapiencial es la base del grupo, Cosmo merodea por ella, tenemos una nueva nave espacial, el grupo está más afianzado que nunca, los uniformes tienen el tono azulado de los cómics… y, al fin y al cabo, se nota con acierto todo lo que Marvel ha logrado con Guardianes; lástima que no sea así con el resto de esta fase 4.
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