«Jedi. Ahsoka es una Jedi».
Publicada entre 1993 y 1998, Star Wars: Tales of the Jedi fue una serie de cómics que consiguió el amor de gran parte del fandom. En esas historias, supimos más del origen de los Jedi y descubrimos incluso porque los Lores del Sith recibían ese nombre. Era una época en que la saga se había apartado del mundo del cine, salvo por el reestreno de la trilogía original en su versión especial, y quedaba un tiempo hasta las precuelas.
Ahora, en 2022, como homenaje, se ha estrenado una serie con el mismo título, que completa varios puntos de aquella galaxia de Jedi y Sith, de héroes y de villanos. Y es, sin duda, uno de los mayores regalos que hemos recibido los fans en los últimos años.
Completando el puzle
Star Wars es una inmensa mitología moderna donde autores como Dave Filoni todavía pueden contar pequeñas grandes historias. Joseph Campbell, el mitólogo que inspiró a Lucas, hablaba de cómo los mitos nunca morían. Star Wars es la demostración de ello.
Las crónicas Jedi, como pieza, completa (y complementa) varios puntos de la obra a través de los paralelismos de los dos personajes que protagonizan la miniserie: Ahsoka Tano y el conde Dooku.
Puede que Dooku y Ahsoka resulten dos personajes antagónicos. Villano y heroína de Las Guerras Clon (dependiendo del bando donde te encontrases), la serie elige sabiamente a estos personajes para desarrollar su propio drama a lo largo de seis capítulos que, más que ser vistos, son devorados por los seguidores ávidos de nuevas historias.
El proyecto no podía estar en mejores manos. El encargado ha sido Dave Filoni, quien, tras ser el discípulo de Lucas en Clone Wars, comenzó su propio viaje con Rebels y The Mandalorian. Es más, él mismo homenajea a algunos conceptos y personajes que ha desarrollado a lo largo de su trayectoria y no solo me refiero a Ahsoka, sino también a Kanan (protagonista de Rebels) y su maestra, Depa Billaba (a quienes también hemos visto en Bad Batch).
El destino de la Jedi y el Conde
Tano, la aprendiz de Anakin Skywalker, quizá la Jedi más pura, la que abandonó una Orden corrompida y luego se transformó en una de las voces de los rebeldes.
Dooku, un Jedi que dejó la Orden Jedi cuando se dio cuenta de que servía a un Senado llevado por las ansias de poder. Ambos personajes tienen aspectos comunes, ambos protagonizan sus propias tragedias, pero… donde una se alzará, el otro caerá.
Seis episodios son suficientes para centrarse en momentos vitales que marcarán el devenir de estos personajes. Asistiremos al nacimiento de Ahsoka, al entrenamiento que le permitió sobrevivir a la Orden 66 y a su destino tras la caída de sus compañeros. También vislumbraremos cómo Dooku descubrió la verdad del Senado Galáctico y se entregó a su propia búsqueda del poder.
El horizonte del mito
Los fans de la saga nunca nos cansaremos de disfrutar de nuevas píldoras de información, sobre todo cuando tenemos a Deve Filoni, heredero espiritual de George Lucas. En cada uno de los episodios de Las crónicas Jedi vemos su amor por la saga.
El resultado es que considero el formato de Las Crónicas Jedi como la perfección para seguir desarrollando pequeñas aristas de este fascinante universo. Ojalá tener unas crónicas de los Sith o los cazarrecompensas (véase el primer duelo de Cad Bane y Boba Fett), recuperar la historia de Discípulo Oscuro y contar nuevas aventuras y desventuras de los grandes de la galaxia.
Más que simple técnica
La animación es uno de los puntos fuertes. Deudora de la vista en los últimos arcos de Clone Wars (igual que la banda sonora de Kevin Kiner, con la magnífica pieza musical Dooku’s fall como ejemplo –y que ya puede disfrutarse en Spotify-), los segmentos de Ahsoka suelen tener una clara inspiración oriental. Es inevitable pensar en los Estudios Ghibli en el primer capítulo sobre la togruta o indagar en la profundidad del significado del árbol y el funeral en uno de los episodios de Dooku.
No obstante, los hallazgos de Las Crónicas Jedi no son baladíes, ya que toma lo mejor de las series originales y les añade un tono todavía más profundo, alejado de la cierta comicidad de otras propuestas. Estamos, de nuevo, ante una aventura épica y amarga, donde la musica da muchas pistas, con los tonos del cine de samurái o la distopía a lo Blade Runner (que ya atisbamos en el tercio final de Clone Wars).
Homenaje a sir Christopher Lee
La ambientación juega un papel muy interesante también en la parte de Dooku. Claramente deudora de las precuelas en su última vertiente, en la primera mitad asistimos a un mundo bastante terrícola que recuerda a los pueblos malditos de la Hammer, productora que inmortalizó a Christopher Lee como Drácula.
Más allá de este guiño tan meta, también tenemos la oportunidad de ver a Dooku como maestro y a Qui-Gonn, el futuro mentor de Obi-Wan y descubridor de Anakin, como aprendiz. Y, mientras se narra la caída de Dooku, también asistimos al alejamiento entre Dooku y Qui-Gonn, además de descubrir elementos secundarios: por qué Dooku no estuvo en la incineración de Qui-Gonn, cómo se borró el sistema Kamino de los Archivos de los Jedi…
Auge y caída
Hay un claro contraste en cuanto a lo que se cuenta sobre Ahsoka y Dooku. Sobre la primera, se adaptan varios capítulos de la novela Ahsoka. Este libro surgió de la «cancelación» de Clone Wars cuando Disney compró Lucasfilm.
Para poder seguir desarrollando los guiones no filmados, fueron convertidos en novelas. En esta historia de Ahsoka, veíamos cómo sobrevivía a la Orden 66 y se enfrentaba a un inquisidor. De él obtendría el sable rojo que purificaría para convertirlo en sus propias armas. En Las crónicas Jedi tenemos una adaptación de este momento.
En cambio, sobre Dooku se completan varios puntos que, si bien entre las diferentes historias el fan podía imaginar, sirven todavía para retratar mejor al personaje. Además, obtenemos información sobre el destino de Yaddle, la maestra Jedi que comparte raza con el maestro Yoda y con Grogu (y una nueva rima; no olvidemos el duelo de Yoda y Dooku en El ataque de los clones). Aparecida en La amenaza fantasma, aquí sabemos cuál fue su aciago desenlace. Como curiosidad, le pone voz Bryce Dallas Howard, quien ha dirigido algunos de los mejores capítulos de The Mandalorian y The Book of Boba Fett, aparte de ser hija de Ron Howard, director de Solo (y haber sido actor –American Graffiti– y amigo de Lucas).
Así, Dave Filoni y su equipo se las arreglan para descubrirnos algunos secretos que dan nuevo significado a la saga, como el papel jugado por Mace Windu en toda la caída de Dooku. Si ya odiaba a Windu desde hacía tiempo, ahora más. E, irónicamente, Las Crónicas Jedi consigue reivindicar a Ahsoka Tano y al conde Dooku como dos de los personajes más interesantes de la saga. Todo un acierto.
Cambiando el canon
En las últimas horas, ha habido polémica en el fandom de Star Wars. Bueno, no es raro. Cada día hay una nueva y, en muchos casos, por los motivos más extraños.
El origen de esta disputa ha estado en los cambios que se han hecho en la novela Ahsoka, que adaptaba los guiones no filmados de Clone Wars. Varios de los eventos narrados en ese libro han cambiado en el arco protagonizado por la aprendiza de Anakin en Las Crónicas Jedi.
Como si de una religión se tratase, los guardianes del canon han decidido iniciar una nueva guerra, pero la pregunta es: si se aporta algo bueno creando un nuevo canon o fuera de este, ¿debemos desperdiciarlo? Ya sucedió algo similar con Star Wars: Visions, una serie fuera de continuidad que muchos de estos protectores del canon odiaron. A otros, en cambio, nos gustó por todo lo que podía aportar a la saga o, simplemente, por reimaginar cuestiones que damos por hechas de la saga.
La cuestión es que quizá, si nos volvemos demasiado estrictos con el canon, puede que estemos volviendo la saga tan rígida que acabará quedando sin ningún atisbo de originalidad. Por otro lado, nunca se ha propuesto ningún auténtico cambio que suponga que la saga se disgregue. Lo que Lucas dijo de que todo sería canon hasta que apareciese en las películas parece cumplirse. Sin embargo, el Mundo entre Mundos aguarda… ¿Habrá más cambios? ¿Hasta qué punto se tolerarán?
Un regalo para los fans
Los fans de Star Wars vivimos una buena época inaugurada por The Mandalorian. Puede que El Libro de Boba Fett u Obi-Wan Kenobi resultasen polémicas, pero Andor y Las crónicas Jedi han sido, sin duda, dos auténticos regalos para todos aquellos que vivimos en una galaxia muy, muy lejana. Con sus seis capítulos (Justicia, Decisiones, Vida y muerte, El Lord Sith, La práctica hace a la maestra y Resolución), ya tenemos un motivo más para celebrar la saga.
El mayor defecto que se le puede achacar a Las crónicas Jedi es que es muy corta. Compuesta por seis capítulos de apenas quince minutos cada uno, el fan puede devorarlos de golpe, a modo de película. ¿Lo bueno? Que se puede volver a la serie en cualquier momento y encontrarle lecturas y nuevos ecos dentro de ese enorme mosaico que es la saga creada por George Lucas. Por ejemplo, el Ashla. Este fue el nombre que recibía en Lado Luminoso en uno de los guiones originales de Star Wars. Más tarde, fue el nombre provisional de Ahsoka. Como guiño, es el mote que usa Ahsoka cuando abandona la Orden Jedi.
En conclusión, no hay ninguna duda: Las crónicas Jedi es un regalo, una serie imprescindible para los fans de la saga, sobre todo en su vertiente animada, con Clone Wars y Rebels a la cabeza.
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