«La sangre pide sangre».
A nadie le debería sorpreder que el universo creado por Stephen King sea explorado cada vez por más autores. A partir de elementos esbozados en sus obras, dichas historias se expanden y crean sus propios microcosmos. Es lo que sucede con Chapelwaite, serie que tomaba el relato de Jerusalem’s Lot y la archiconocida novela para crear una obra que destaca por su terror clásico.
Los pecados de la familia
Protagonizada (y producida) por un Adrien Brody que parece escapado de las adaptaciones de Roger Corman a partir de la obra de Edgar Allan Poe, Chapelwaite nos cuenta cómo un antiguo ballenero, Charles Boone, se marcha con sus hijos (Honor, Tane y Loa) a la casa de Preacher’s Corners, que ha recibido como herencia de su primo, Stephen.
Sin embargo, pronto Charles y su familia comenzará una espiral de locura a la par que siniestros seres empiezan a rodear el hogar. En la sombra, el odio del pueblo y la amenaza del Gusano vuelve una y otra vez. ¿Podrán escapar de su propia destrucción?
A esta trama se añaden seres deformes, profecías apocalípticas, epidemias, secretos, asesinatos, locura, monstruos, vampiros… Ingredientes que King ha sabido explotar a lo largo de su obra, pero los creadores de Chapelwaite, Peter y Jason Filardi, no logran emularlo. Maestro de Maine hay uno solo, pese a quien le pese.
Los vampiros de King
Cuentan que a Stephen King se le ocurrió la idea para Salem’s Lot mientras daba clases de Literatura. En una sesión, le preguntó al alumnado qué pasaría si Drácula llegase a los Estados Unidos del presente. Lo que empezó como una pregunta retórica le dio una idea para una novela. De ahí surgió El misterio de Salem’s Lot, que fue su segunda novela publicada (tras Carrie) y una de las primeras escritas.
Desde entonces, King ha escrito relatos conectados con la novela, ha hecho guiños en otras de sus obras, han hecho películas y series basadas en ella… Para muchos permanece todavía en el recuerdo la imagen del crío que volvía convertido en vampiro para atormentar a su amigo en la versión de Tobe Hooper.
Volver al pasado
Y ahora, curiosamente, la serie Chapelwaite obvia el presente para viajar al pasado y narrarnos cómo los vampiros tomaron o siempre han sido parte de Salem’s Lot. Y puede que esa sea la idea más interesante, al incluir un libro maligno que parece salido de los cuentos de Lovecraft y que podría traer una apocalipsis que haría que los vampiros no tuviesen que volver a ocultarse del sol y los mortales se transformasen en mero ganado.
Por desgracia, todo lo demás resulta anodino, con personajes que nunca llegan a sentirse vivos. El espectador que solo espere lo esperable de un cuento de terror, al menos, se lo pasará bien con una propuesta bastante clásica y más para la época de recursos baratos que vivimos en el terror más generalista.
La caída de la casa Boone
Junto a Brody, quien más destaca en el reparto es Sirena Gulamgaus, quien interpreta a la pequeña Loa. La hija enferma será la que acabe sacrificándose durante su enfrentamiento con las tinieblas. No me convence en demasía el desenlace de su personaje, pero sí creo que es un buen final para el protagonista.
Por desgracia, como comentaba anteriormente, aunque los otros actores ponen todo de sí, hay personajes que nunca logran salir de sus líneas y cobrar auténtica vida, como pasa con Rebecca, la escritora, o Able, el chico negro que sirve en el aserradero de los Boone.
La maldición del Gusano
El mayor problema de Chapelwaite ha sido que se queda a medio gas. Alarga en demasía algunas partes que hubieran funcionado mejor con menos metraje. Puede que Chapelwaite hubiese dado para cinco capítulos mejor que para diez.
El ejemplo claro lo vemos en los pobres «remates» de las subtramas. Lo vemos en las del agente Dennison y su esposa, o las del sacerdote Burroughs y su amante, con su hijo deforme. Finalmente no sirven para nada dentro de la serie. ¿Hablan de la vida inmortal y el pecado? Sí. ¿Dejan alguna huella? No. Por desgracia, tampoco la Chica de la Manzana, uno de los personajes más llamativos, tiene una gran resolución.
Horror clásico de King
Volviendo a lo positivo, el espectador acostumbrado al terror más clásico la disfrutará, ya que es el sumun de los lugares comunes del género.
Muy destacable el uso de la fotografía de la serie y la ambientación de la mansión; lástima que el presupuesto no acompañase a la recreación de los dos pequeños pueblos que significan tanto para la historia. Me quedo, eso sí, con el aspecto dado a los acólitos de Jakub y al propio Jakub, un vampiro que nos recuerda al nosferatu. Hay imágenes pesadillescas muy bien conseguidas, como las que impregnan su fantástica apertura.
Como cabría esperar, hay algunos guiños a otras obras de King, como El resplandor y ese padre que pierde la cabeza. Pero donde enlaza es con las adaptaciones televisivas de Salem’s Lot y seguramente con la próxima adaptación cinematográfica. Agregar a todo ello la serie Castle Rock, que también tomó varios elementos del libro de King.
Conclusiones
Quizá alargada en exceso y con numerosos personajes que no nos dicen nada, Chapelwaite ha pasado desapercibida. Al menos posee suficientes elementos clásicos para que aquellos que disfrutamos de la Hammer o la Universal podamos darle una oportunidad y es una obra más que digna teniendo en cuenta otras adaptaciones mediocres que ha tenido el genio de Maine.
En conclusión, aunque deja un regusto agridulce por todo lo que pudo ser y no fue, Chapelwaite sigue siendo una serie recomendable para los admiradores de la obra de Stephen King y aquellos que busquen un terror con unos vampiros más cercanos a Bram Stoker que a otras modas más recientes.
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