Reseña de «Caballero Luna»: problemas de identidad
Que te gusten los cómics de superhéroes es como que te guste la vida: va por rachas.
Y muchas veces discutimos sobre las películas y series que adaptan los tebeos pijameros y no nos damos cuenta de hasta qué punto lo han logrado: desde los problemas de continuidad hasta, sobre todo, el hastío o la euforia hacia el género que viene por etapas.
Caballero Luna (Moon Knight) es la última serie de Marvel Studios hasta la fecha y… me ha reconciliado con la franquicia tras la insufrible Ojo de Halcón. Las anteriores, con sus más y sus menos, me habían gustado: Wandavision, Falcon and Winter Soldier (sí, incluso esa), Loki, What if…?, pero Ojo de Halcón es como ese amigo que le cae bien a toda tu panda y tú no tragas.
Moon Knight, pese a sus errores, es como otro colega, ese que, aunque tenga sus defectos, lo aguantas y de vez en cuando te sorprende porque os gusta las mismas cosas (sobre todo si ese amigo tiene doble, triple -o la cantidad que sea- de identidades y es el avatar de una deidad egipcia, ¿quién no ha tenido un colega así?).
Del cómic a la pequeña pantalla
Caballero Luna (Moon Knight) es un personaje que, pese a ser muy querido por algunos fans, no es uno de los grandes de Marvel. Doug Moench y Don Perlin lo crearon como un secundario con un fuerte potencial visual. Como otros personajes llevados a la pequeña y gran pantalla, es un milagro que ahora tengamos su serie. En aquella época en la que rondaba por el foro de Universo Marvel, era gracioso pensar que un personaje así fuera conocido por el gran público. Ya no.
Más allá de sus primeros números donde se jugó con su toque de vigilantismo para luego ir dándole todo el tema de los problemas de doble o triple identidad (gracias a Bill Mantlo), el tono de mitología egipcia y su «parodia» de Batman siempre resultó interesante, sobre todo en el panorama gráfico con Bill Sienkiewicz haciendo viñetas para la memoria.
Hace un par de años, al guionista Warren Ellis se le ocurrió darle la personalidad de Mr. Night y jugar con sus atuendos y su trasfondo. Es una etapa frustrada, pero con aciertos, sobre todo gráficos.
La serie de televisión toma elementos de todas estas etapas. Aunque no me ha gustado que conviertan a Mr. Night en una especie de Deadpool (hasta la máscara es igual, aunque desteñida), sí creo que hay algunos instantes muy entretenidos. Y eso hace que se lo perdone todo (o casi todo).
Interpretaciones que salvan la serie
Caballero Luna sale airosa, sobre todo, gracias a un Oscar Isaac en estado de gracia. Puede encarnarte a pequeños personajes como Llewyn Davis o carismáticos pilotos como Poe Dameron, sin olvidar al Duque Atreides o a un personaje roto como este Steven Grant que, con su torpeza, ya nos cae bien para después encarnar al violento Marc Spector (y a todas las versiones que hagan falta).
¿Por qué digo esto? Porque hay momentos francamente geniales donde eleva el guion gracias a su interpretación y donde el espectador llega a pensar que hay más de un actor cuando las dos identidades colisionan. Eso es mérito del actor guatemalteco.
Algo similar ocurre con Ethan Hawke, que le toca interpretar a Arthur Harrow, un personaje bastante pulp. Tiene un aire a lo David Carradine que, pese a su rareza (y para sorpresa mía), acaba funcionando. Que sí, que está escrito de una manera que solo le falta reírse malévolamente de vez en cuando, pero Hawke es un gran actor y, como Isaac, mejora el guion.
Al menos May Calamawy como Layla tiene la suerte de que su guion se porta mejor con ella y la actriz da alguna sorpresa, sobre todo para un espectador que no la conocía (y quien te diga que se imaginaba el final de la serie y que personaje es, miente como un bellaco).
No puedo dejar de mencionar al grandísimo F. Murray Abraham dándole voz al dios Khonshu, que nos entrega algunos de los momentos más inquietantes y más divertidos de esta locura de serie (el momento de la «idea» hizo que estuviese riéndome un buen rato). Bentitos esqueletos de pájaros… Son los mejores.
Cuanto más rara, mejor
Si algo me ha gustado de Caballero Luna es que es rara. Me explico. Podrían haber optado por hacer un Batman de marca blanca (je), pero han optado por darle un toque a lo Indiana Jones o La Momia (la mejor copia del doctor Indy) que le sienta bastante bien. Caballero Luna es mejor cuando se centra en sus problemillas (o problemones) psicológicos, o Khonshu y los dioses que en otros elementos que quedan más impostados dentro del género (o hacen guiños al ¿slapstick?).
De pronto, en Caballero Luna te regalan algún momento inquietante como la persecución de la momia, el segmento del inframundo o el episodio del psiquiátrico, que me han recordado a algunos momentos de Legión y ya solo por eso me ha caído bien. ¡Pero si al final hay una megapelea entre dioses gigantes a lo Godzilla y en otro capítulo se manipula la cúpula celeste…! ¿Cómo no iba a gustarme esta locura?
Pra los que nos gusta la mitología egipcia, la serie es todo un regalo con algunos instantes muy interesantes y con bastante «fidelidad» a los mitos. Pensemos en cosas como Dioses de Egipto y Caballero Luna se antoja como un increíble triunfo a la hora de retratar a toda la corte divina.
Sobre el tema de las enfermedades mentales, aunque he leído que hubo una gran labor de documentación, pienso que… es un elemento secundario a la hora de juzgar la obra. Esto es fantasía superheroica con aire pulp. No es necesario que la serie se someta a los dictamenes de la psiquiatría. Es solo entretenimiento.
Tengo más «contras» con algunos momentos bastantes tramposos de Jeremy Slater y su guion, como la brusca resolución del conflicto final, o que ahora nos intenten decir que no hay segunda temporada tras una escena tras los créditos que arrastra al espectador por los suelos.
Sobre la dirección de Mohamed Diab, Aaron Moorhead y Justin Benson, funciona bastante bien cuando se centra en los juegos de espejos y los montajes más espectaculares. No me funciona tan bien en alguna pelea, como la de la azotea, que llega a ser un poco «ortopédica» e incluso risible, pero oye, a Caballero Luna se le perdona.
Conclusiones
En el apartado más técnico, la música de Heshum Nazih funciona bastante bien. Si la ambientación opta por un Egipto más realista (lo que el director expresó de forma algo polémica al quejarse de cómo otras pelis tiran por un Egipto de cartón piedra), la música sí usa más la fanfarria que se podría esperar de una historia que transcurra en este país y tampoco le sienta mal.
Más allá de esta música para la serie, también se agregan temas como A man without love que va bien, sobre todo si te quieres cortar las venas.
Mi mayor problema con el apartado visual es que algunas escenas se vienen abajo por unos efectos especiales muy reguleros. El acabado da la impresión de ser un poco de baratillo y eso lo dice alguien que ama Doctor Who (que sabemos que, en ocasiones, está hecha con cuatro duros, pero con mucha imaginación).
Entonces, ¿te gustará la serie? Si el espectador es capaz de abrazar la parte más pulp y despendolada de Caballero Luna, se lo pasará mejor que si decide someter la serie a un aire crítico que mate cualquier posibilidad de la serie. Hay que tener claro que es mejor cuanto más abraza la locura, tal vez lo que el personaje de Steven Grant, Marc Spector u Oscar Isaac tiene que comprender a lo largo de esta miniserie. Y nosotros también.
Así sí, Marvel, así sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.
¡Muchas gracias por tu comentario!