Decía Friedrich Nietzsche que si miramos fijamente al abismo, el abismo nos devuelve la mirada. Y hay mucho de eso en Bad travelling (Mal viaje), el cortometraje con el que el director David Fincher (Zodiac, La red social) ha debutado en el mundo de la animación en la serie que coproduce Love, Death + Robots (sin duda, una de las series con formato de antología más fascinantes de los últimos años).
Y es que con capítulos como este, la serie de animación de David Fincher y Tim Miller se confirma como una de las mejores obras para todos los amantes del fantástico.
La oscuridad del mar
Bad travelling (Mal viaje) parte de una premisa aparentemente de serie b para pronto evocarnos a los clásicos relatos de terror del Círculo de H. P. Lovecraft: una tripulación que caza tiburones es atacada por un enorme crustáceo que destrozará a varios de los marineros y hará que estos comiencen un enfrentamiento entre ellos con tal de salvar sus vidas. La historia nos sitúa en el punto de vista del capitán de la nave, el sombrío Torrin.
Con guion de Andrew Kevin Walker (coguionista de Seven y otras películas como Sleepy Hollow), Bad travelling (Mal viaje) adapta una historia del escritor de terror inglés Neal Asher (algún día hablaremos de cómo Love, Death + Robots está sirviendo para reconocer a más autores de género fantástico). Un relato de terror modélico con muchos elementos de la mejor literatura de terror anglosajana.
Lo que parece una pequeña historia de horror evoluciona rápidamente a una historia de suspense donde el espectador espera cuál será el siguiente golpe. El gran mal está en cada uno de los personajes, no solo en la criatura grotesca que yace en su bodega. Ahí Fincher despliega todo su talento como uno de los directores más interesantes de la actualidad.
Los peores monstruos
A principios de los ’90, David Fincher dirigió Alien 3, película en la que no dejó de sufrir problemas por culpa de los productores. Muchas de las ideas del director fueron mutiladas salvajemente y, pese a que los fans reivindican la versión del director (que no lo es al cien por cien, pues muchas de las escenas de Fincher jamás se rodaron como él quiso), se quedó en terreno de nadie y un terreno de nadie que degeneró con las secuelas y productos derivados.
No es simple comentar el papel de Alien 3 dentro de la filmografía de Fincher, porque muchas de las ideas que no pudo trabajar en aquella película, parece que se han rescatado en este cortometraje, al menos a la hora de defender la idea de que los seres humanos son los peores monstruos.
Pese a las acciones del capitán Torrin en Bad travelling, uno no puede dejar de sentirse identificado con él. Cuando el gigantesco crustáceo exige que lo lleven hasta una isla habitada para devorar a todos sus habitantes y Torrin toma otra decisión, serán las acciones y lo que hagan el resto de personajes lo que nos demuestren que son seres viles, incluso más que la siniestra bestia.
Está claro que una cuestión caracteriza al cine de Fincher es su visión pesimista del ser humano y dicha visión la volvemos a tener en esta magnífica historia donde el mar representa la oscuridad, el abismo, el pozo negro en el que todos nos hundimos.
Horror en alta mar
Aunque la animación no es siempre tan fluida como cabría esperar (alguna cámara lenta que da paso a alguna cámara rápida, movimientos más bruscos…), el estilo hiperrealista tampoco afecta al acabado de un cortometraje, que capta la atención del espectador desde un primer momento sin que parezca una cinemática de un videojuego. Más allá del monstruo, lo interesante es cómo el terror sirve de catalizador para las viles acciones del resto de los marineros.
A su vez, el diseño de los personajes me ha recordado a una grande de la ilustración de terror y pulp: Richard Corben. Los rostros de varios de los marineros se repiten como si se sostuviese que sus vidas significan prácticamente nada, que todos, en el fondo son, solo carne. Con sus miradas, al fin y al cabo, dicen más que con sus palabras. Y con sus actos no hacen otra cosa que cavar su propia tumba.
Del mismo modo, la música de Jason Hill sirve a la perfección para redondear todavía más la fotografía tenebrosista de este cortometraje.
Solo nos faltaba H. P. Lovecraft y textos como esta cita de Dagón, que encaja a la perfección con esta obra audiovisual:
Bad travelling de David Fincher demuestra que Love, Death + Robots es una de las grandes obras del fantástico actual. Share on X«No puedo pensar en las profundidades del mar sin estremecerme ante las espantosas entidades que quizá en este instante se arrastran y se agitan en su lecho fangoso, adorando a sus antiguos ídolos de piedra y esculpiendo sus propias imágenes detestables en obeliscos submarinos de mojado granito. Pienso en el día que emerjan de las olas, y se lleven entre sus garras de vapor humeantes a los endebles restos de una humanidad exhausta por la guerra… en el día en que se hunda la tierra, y emerja el fondo del océano en medio del universal pandemonio».
Conclusiones
En Bad travelling (Mal viaje) hay decisiones que recuerdan al mejor cine de terror clásico, pero desde una perspectiva cínica con la que Fincher vomita toda su bilis contra el ser humano, del mismo modo en que lo hace la propia bestia en una de las escenas más violentas, terroríficas y gore de un episodio que no escatima en ninguna de estas cuestiones.
Dilema tras dilema, el espectador se suma a la propuesta por cómo él mismo se pregunta qué haría en una situación como la que vivien estos lúgubres personajes. Y es que cuando nos hundimos en las sombras, ninguna respuesta parece brillante u oscura, todas están llenas de ese tono grisáceo que impregna toda la fotografía del esta obra.
En definitiva, en su debut en la animación que representa Bad travelling, David Fincher nos regala un desenlace tétrico que nos recuerda a sus mejores películas. A la deriva, entre llamas y sombras, el ser humano decide su destino. Y el océano… el océano no deja de ser un abismo negro que nos mira fijamente. ¿Y nosotros? Le devolvemos la mirada.
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