Sofía Cuevas y el jefe bajo sospecha de la película La punta del iceberg. Fuente. |
Ayer pude ver La punta del iceberg, película que coescribió mi compañero Amaro.
Resulta que lo conocí hace muchos años, pero no en persona, sino a
través del cortometraje El intruso, cuyo guion escribió, y que David
Fuentefría nos ponía en clase para enseñarnos qué era un buen corto.
Años después, casi de casualidad, cuando iba por los institutos
hablando de mis historias, le conocí como profesor y pronto me demostró
conocer a autores como Richard Matheson, así que ¿cómo no iba a caerme bien?
Este curso, hemos formado parte del mismo departamento, y siempre ha
sido una de las personas más entusiastas que conozco: admira a Stephen
King, le gustan las películas del Universo Marvel, lee cómics y todo lo
que caiga en sus manos, y siempre está dispuesto a contar una buena
historia. Y todo ello siempre desde la humildad y la cercanía. Fue
gracias a otro palmero, mi colega Luis, que también hace cosas grandes
pero nunca alardea de ello, quien me recordó y habló de la carrera de Amaro,
porque él nunca lo cuenta ni va con ínfulas. Siempre pienso que me
hubiera gustado tener un profesor así, pero doy gracias de haber tenido
un compañero así durante este curso.
Sobre la película, en La punta del iceberg, la ejecutiva Sofía Cuevas intenta descubrir qué ha llevado a tres trabajadores de una gran empresa al suicidio en pocos meses. La dirección de David Canóvas vuelve fílmica una cinta basada en la obra de teatro de Antonio Tabares y, jugando con el suspense y el drama, la sátira y cierto atisbo de esperanza, suma un reparto excelente con un guion y una banda sonora igual de estupendas.
Es una película sobre el capitalismo salvaje (¿existe de otro tipo?) y sus consecuencias sobre los seres humanos. Si existe un subgénero sobre cine que abordó la crisis, esta debería ser una de sus películas fundamentales, porque ¿qué no puede conseguir el vil metal en una sociedad que ya de por sí es vil?
El mensaje final es que el mundo se mueve por el dinero, el cinismo y una complejidad más allá del negro y el blanco, pero como aquellos caballeros de la máquina de escribir de Todos los hombres del presidente, siempre queda gente dispuesta a cambiar las cosas y luchar por algún atisbo de verdad. Creo que eso representa bien a mi compañero.
Darle la enhorabuena a Amaro, desearle que siga escribiendo y aprovechar para recomendaros a todos los que os pasáis por aquí el visionado de esta película.
Sobre la película, en La punta del iceberg, la ejecutiva Sofía Cuevas intenta descubrir qué ha llevado a tres trabajadores de una gran empresa al suicidio en pocos meses. La dirección de David Canóvas vuelve fílmica una cinta basada en la obra de teatro de Antonio Tabares y, jugando con el suspense y el drama, la sátira y cierto atisbo de esperanza, suma un reparto excelente con un guion y una banda sonora igual de estupendas.
Es una película sobre el capitalismo salvaje (¿existe de otro tipo?) y sus consecuencias sobre los seres humanos. Si existe un subgénero sobre cine que abordó la crisis, esta debería ser una de sus películas fundamentales, porque ¿qué no puede conseguir el vil metal en una sociedad que ya de por sí es vil?
El mensaje final es que el mundo se mueve por el dinero, el cinismo y una complejidad más allá del negro y el blanco, pero como aquellos caballeros de la máquina de escribir de Todos los hombres del presidente, siempre queda gente dispuesta a cambiar las cosas y luchar por algún atisbo de verdad. Creo que eso representa bien a mi compañero.
Darle la enhorabuena a Amaro, desearle que siga escribiendo y aprovechar para recomendaros a todos los que os pasáis por aquí el visionado de esta película.
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