¿A qué parece todo muy bonito? Ja, eso es hasta que empiezas a leer... Fuente. |
"Últimamente me ha dado por pensar en estas cosas: ¿por qué soy quien soy?".
Después de dos volúmenes que han sido dramones épicos sobre una esfera divina capaz de tomar la forma de aquellos que mueren (sí, sé que suena raro), To your eternity culmina su tercera entrega con una de esas pausas, con uno de esos momentos en los que dices: “qué feliz parece todo”, y, como ya empiezo a peinar canas, pienso mientras miro con desdén: “prepárate, Carlos, que ahora vendrá lo peor. Oima va a retorcerte hasta que llores”. Ha sido un augurio que seguro que se cumple.
¿Parece feliz y bonito? No te preocupes, en breve comenzará el drama. Fuente. |
En este tercer tomo, la historia empieza a tomar forma con la aparición de los “golpeadores” y un misterioso encapuchado que advierte a Inmo sobre su destino. Mientras tanto, Inmo hace nuevos amigos, entre los que destaca Gûgû, un crío que estuvo a punto de morir y cuyo rostro ha quedado deformado, por lo que tiene que llevar una extraña máscara y considera que es un ser horrible por su aspecto.
Acompañado de este pequeño monstruo de Frankenstein y la chica a la que adora Gûgû, Inmo va descubriendo más de su naturaleza en este mundo, donde Yoshitoki Oima lo dibuja con un estilo magistral y lo escribe con unos toques que me recuerdan al bueno de Ozamu Tezuka. ¿Lo mejor? A veces, parece fantasía; en otras, parece una historia de crecimiento y, al final, tiene cierto matiz mitológico que le da un acabado casi bíblico.
Sin duda, To your eternity es uno de los mejores mangas que se está leyendo en la actualidad. Eso sí, me dolerá en el futuro pensar en este tercer volumen, donde todo parecía que era tan feliz, y ver cómo va a evolucionar todo…, porque este es uno de esos mangas donde sabemos que nada va a acabar bien.
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