Con Supreme, Alan Moore homenajeó a Superman con un personaje alternativo que representó el espíritu del primer gran superhéroe. Fuente. |
"¡Si dicen la verdad, yo no existía hasta poco antes de este increíble momento que acabo de vivir! Mi verdadero pasado aún no se ha escrito. ¡Y el futuro me aguarda en ese nuevo mundo, más allá del portal dimensional! Que los dioses de galaxias protejan mis pasos".
En los años '90, Alan Moore participó en los primeros pasos de la editorial Image cuando esta decidió reconocer también el trabajo de los escritores y no solo de los dibujantes. Fruto de esto, llegaron también colaboraciones de autores como Neil Gaiman o Frank Miller, además del propio Moore, que demostraría en aquellos años su capacidad para destruir al superhéroe de los '90, como dejó claro en WildC.A.T.s o El día del juicio.
Si en 1986 Alan Moore procedió, junto a Dave Gibbons, a desconstruir el mito del superhéroe en Watchmen, después de sus problemas con DC, el Bardo de Northampton solo tomó el género cuando quiso criticar algo con él. De ahí surgió Top Ten, algunos de los personajes de Tomorrow Stories y otras obras donde Moore mira de modo mordaz a unos superhéroes que ya no significaban nada para él.
Los anteriores Supreme desean suerte al nuevo. Fuente. |
El superhéroe del ayer
Entre los trabajos más conocidos de algunos fans de los superhéroes están las historias de Alan Moore para Green Lantern, Batman y Superman, siendo quizás estas últimas las más recordadas junto a La Broma Asesina. Moore rindió homenaje al primer superhéroe en unas fantásticas historias que han quedado en el recuerdo de muchos; sin embargo, sería en la cabecera de Supreme, para Image, donde Moore volvería a homenajear al Hijo de Krypton.
Supreme, surgido como una creación puramente noventera de Rob Leifeld, nunca voló tan alto como cuando Alan Moore lo escribió y no lo concibió como protagonista de simples aventuras, sino como toda un arma metaliteraria o metacómiquera donde hablar de los propios tebeos, su situación en los '90 y la sombra que la obra de Frank Miller y el propio Moore osciló, malentendida, sobre muchos tebeos de esa época. Es así como, desde el primer número de Moore, Supreme empieza desde el mundo de los reinicios, donde se encontrará con diferentes versiones de sí mismo y donde se le deseará mucha suerte en su nueva etapa. Puro homenaje al proceso de creación del superhéroe, ficcionalizando los procesos creativos de las grandes editoriales.
A partir de ahí, tendremos una serie de historias donde constantemente encontraremos pequeños relatos dentro de cada episodio y en los que se recrean aventuras clásicas de un personaje que tiene que recordar quién es. La ruptura del estilo de los '90 y el homenaje a los héroes tradicionales se nota en cada número. Es más, Moore parece decidido a prescindir cuanto antes de la parte en presente, con su dibujo tan de la época (héroes hipertrofiados, fondos planos...), para centrarse en esas aventuras en el pasado donde conocemos a émulos de la Liga de la Justicia y personajes similares a lo largo de los doce números que componen el primer volumen: La historia del año.
¿En qué piensa el Supreme de los '90? Fuente. |
De dicho modo, Moore critica a los propios cómics de superhéroes con su protagonista, Supreme, cuyo alterego trabaja de dibujante de tebeos, en vez de periodista como Clark Kent, pero también realiza un homenaje a la magia y la creatividad enloquecida de los primeros años de Superman, donde todo era posible, desde fortalezas impenetrables hasta restos radiactivos de meteoritos sin olvidar juegos espaciotemporales, revelaciones y dramas de un superhéroe que intenta recordar quién es a la vez que se da a conocer a un lector que no sabe nada de él y Moore consigue esa sensación de larga mitología a la vez que replantea qué significa un cómic de superhéroes.
De vez en cuando, brilla la ingenuidad del personaje y sus malhechores, pero, sobre todo, está la sonrisa maliciosa de Moore cuando los superhéroes auguran su futuro o cuando todo es simple ficción golpeada por algún atisbo de realidad, como el retorno de Darius Dax (el Luthor de Supreme).
En el apartado gráfico, a las portadas de Alex Ross se suma el trabajo de Rick Veith o Keith Giffen, que se lo pasan genial recreando los estilos clásicos de los cómics de superhéroes, mientras que otros autores como Dan Jurgens, J. Morrigan y Joe Bennet están marcados por la época en la que se publicó este cómic.
Supreme, la historia del año supone un primer volumen para descubrir todas esas historias de Superman escritas por Moore y que, en realidad, no son sobre el hijo de Krypton ni sobre una "imitación", sino que es una reflexión sobre lo que el propio género significa y la creatividad que debería abrazar en cada viñeta.
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