El arte y la vida son dos conceptos claves de El escultor de Scott McCloud y sirven para tener tema para la columna del juntaletras de esta semana. Fuente. |
Esta semana volví a ir a la biblioteca para sacar algunos libros (sí, otra torre más de obras que leer) y encontré un ejemplar de El escultor, una joya del cómic creado por el estudioso del medio y artista Scott McCloud. Pedro de Mercader me recomendó este tebeo hace un tiempo así que fui a por él (gracias).
Esta obra trata sobre un joven escultor, David, que hace frente a sus propios miedos tras mucho tiempo sin crear. Un día, conoce a una joven que le cambia la vida o lo que queda de ella, porque ha llegado a un pacto con la muerte para poder hacer las esculturas que quiera durante doscientos días... cuando ese tiempo acabe, morirá.
Tengo mucho sobre lo que hablar si centro mi mirada en El escultor (muchas de esas cosas se podrían simplificar en "¡¡¡LEEDLA!!!") y espero poder compartir mis pensamientos sobre este cómic en algún momento por el blog, pero también he leído una entrevista con el autor donde decía algo sumamente importante sobre el arte y he decidido compartirlo por aquí, porque refleja bien lo que pienso sobre todo esto:
“Lo interesante de esta historia es que no vende su alma al diablo, sino su vida a la muerte, que le da un breve tiempo para poder dedicarse al arte plenamente. Y en el fondo… ¿No es eso lo que hacen todos los artistas, dedicar su vida al arte? No hace falta recurrir a historias fantásticas para encontrar a gente que da su vida por el arte, eso pasa en nuestro mundo todos los días”.
Vender la vida a la muerte, ¿no es, acaso, lo que hacemos todos? El escultor se lee como una fábula muy humana sobre el arte, la vida y lo que significa para cada uno de nosotros. Opino que cualquier persona que ha conocido a un artista o que es un artista (oh, qué desgracia 😏) siente ecos en El escultor, mientras lo lee y se embriaga en su narrativa del noveno arte y en la fuerza del conmovedor relato de McCloud.
Desde hace tiempo, yo mismo me pregunto: ¿cuál es la finalidad del arte para el artista? No es ser famoso. No es ser rico. No es ser admirado. No es ser mejor. ¿Qué es? ¿Por qué sacrificar tu vida, limitada, a estar delante de un ordenador tecleando o delante de un lienzo dibujando (por poner dos ejemplos)? Lo contrario, dejar de hacer aquello que te gusta, ¿sería morir? Acaso, ¿crear es siempre algo que te gusta? ¿Qué es todo esto?
Y mientras pasa el tiempo y creamos (o morimos un poco más), como en cualquier metáfora algo vaga sobre el arte (si es que la existencia no deja de ser una metáfora acorralada por las hienas de los recursos artísticos), persistimos hasta que seamos olvidados y no queda de nosotros nada más que la ausencia. Todos, al final, hacemos un pacto con la vida y esta siempre la cobra con nuestra muerte. El arte, a veces, es la moneda de cambio.
Hola, Fósforo
ResponderEliminarGracias por tu comentario y la nominación, intentaré hacerlo en cuanto tenga un poco de tiempo. ¡Muchas gracias! Nos leemos.