Stripe, el protagonista del quinto capítulo de la tercera temporada de Black Mirror. Fuente. |
"¿Es eso lo que quieres para la próxima generación?"
Black Mirror siempre ha tenido la capacidad para crear metáforas con las que retratar nuestro oscuro presente a través de un siniestro futuro al que parece que avanzamos con cada paso que damos. Muchos se quejarán de su cinismo y su oscuridad, imagino que son los mismos que no ven las noticias ni ven el mundo real a nuestro alrededor.
Men against fire, quinto capítulo de la tercera temporada de Black Mirror, profundiza en la guerra y en cómo está evoluciona gracias a la tecnología para conseguir a soldados más efectivos. Alejándose de la ciencia ficción más alternativa, lo que tenemos son drones, lentillas especiales, máscaras que alteran el pensamiento y los sueños... Tecnología que ya está a nuestro alcance en muchos casos, como la propia barbarie.
El episodio, dirigido por Jakob Verbruggen, sigue a un nuevo recluta, Stripe, cuyo objetivo es eliminar a las cucarachas, unos monstruos con una enfermedad genética arrasa a la humanidad, como si fueran los vampiros de Soy leyenda, sin embargo, el protagonista pronto descubre qué oscura realidad hay detrás de todo lo que hemos visto a lo largo de este capítulo.
Personalmente, me interesa más los dilemas del protagonista que las escenas de la batalla o los asaltos, que también son necesarias, pero se mueven más en el camino de los lugares comunes. Por suerte, aunque es un capítulo de una hora, no se nota que haya tanto peso del metraje como en otros capítulos de esta temporada y desarrolla gran parte del potencial del comentario que hace su creador sobre nuestro presente.
Charlie Brooker no oculta tanto el mensaje y la verdad de Men against fire. No le interesa tanto sorprender, sino criticar cómo muchas veces se deshumaniza a los seres humanos como los judíos en la Segunda Guerra Mundial o los refugiados e inmigrantes hoy. La manipulación de los políticos y los militares consiste muchas veces en un claro proceso que hace que los demás se vean como monstruos, no como personas. Siempre será más sencillo matar a un monstruo que a una persona y, en este futuro atroz, eso es un mandamiento.
Finalmente, Men against fire acepta cómo el ser humano prefiere muchas veces la ignorancia a la realidad (el hombre es un lobo para el hombre) y nos recuerda que la manipulación sigue ahí: cada vez que alguien te dice que un colectivo, una etnia, un grupo... no son personas, solo están buscando que odies y del odio al asesinato, la masacre y la barbarie hay poco. Demasiado.
No me gusta eso de que el hombre es un lobo para el hombre. Los lobos son peligrosos, pero no son malvados, algunos hasta se convirtieron en perros por la humanidad.
ResponderEliminarPero concuerdo con el capítulo. Lo de los asaltos es importante para que la historia parezca que va para otro lado, cuando va para el otro. Hay quienes tienen los implantes y hay quienes reciben la propaganda para odiar.
Es significativo lo de la empatía, como un obstáculo.
Buena reseña.
Con el hombre es un lobo para el hombre me refería a la expresión latina: https://es.wikipedia.org/wiki/Homo_homini_lupus
EliminarMuchas gracias por el comentario, ¡saludos!
¡Hey!
ResponderEliminarA mi este capítulo me gusto por la razón de que eso podría llegar a pasar, es como quitarle la humanidad al "enemigo" para eliminarlo de forma más fácil.
La serie Black Mirror siempre intenta criticar algo de nuestra realidad o algo que podría pasar según nos comportamos ahora.
Es un capítulo que te hace reflexionar sobre las guerras y los gobiernos que las llevan a cabo.
Así que gracias por tu crítica.
Hasta pronto=)