Esa es la lección. ¡Bien dicho, Doctor! Fuente. |
Cuanto más sé, más dudas tengo. El otro día le comenté eso a mi pareja, mientras íbamos en el coche y hablábamos de historias. El problema de haberme pasado años estudiando cómo funcionan los relatos propios y ajenos es que me hago más preguntas. Antes, me ponía a escribir sobre la marcha sin plantearme cosas como: ¿hay arco de evolución? ¿Esto es repetitivo? ¿Qué aporta esta situación? ¿Es este el verdadero inicio de la historia? ¿Estoy contando algo realmente importante? ¿Cuento demasiado y muestro poco? ¿Estoy siguiendo un esquema preestablecido o uno ajeno que he visto en otro sitio? ¿Este personaje que presento servirá para algo o lo tengo solo de comparsa y...? Así.
En estos momentos pienso: ¿cuándo hablo de alguna serie, película, libro o lo que sea soy más duro con los trabajos ajenos que los propios? Y no, creo, humildemente, que, al menos, ya no. Suelo comentar solo lo que me gusta, hablo de lo positivo, lo que me transmite y, a menudo, no le pongo nota, porque el campo de la subjetividad es demasiado grande y ¿quién soy yo para poner nota a un trabajo artístico ajeno? Mi idea de lo relativo me mata. Como si el arte pudiese calificarse por escalas, tan fácilmente. En Goodreads marco con "leído". En Filmaffinity no me deja esa opción y, a veces, me enerva. Alguien pensará que todo esto viene provocado por una crisis de confianza en mí, una tendencia a infravalorarme, pero opino que si bien tengo opiniones y me gusta compartirlas, la idea con salir el hacha a estas cosas me la guardo, porque, repito, ¿quién soy yo?
Así que me someto a la tortura mortal cada vez que voy a empezar una historia. La novela El Tiempo del Príncipe Pálido está terminada, a falta de algunas correcciones como comentaba ayer y que mis lectores de prueba y mi corrector se apiaden de mí. Ahora, mientras finalizo el TFM, empiezo a pensar en ideas para las dos próximas historias: la novela corta entre Devon Crawford y los Guardianes del Infinito y la segunda parte, que sería la segunda historia (y que ya tengo bastante avanzada) Devon Crawford y los Hacedores de la Aniquilación. Es decir, un interludio y la novela en sí. En el caso de esta secuela, tengo todo más que hilado y solo falta escribirlo de un modo decente que no supere las mil páginas (quizás, debo pisar el freno y escribir cosas más cortas a partir de ahora, aunque siempre pienso que eso lo decide la historia y no yo). Sobre la novela corta entre ambas, tengo que dibujar más algunas partes sin sentir que me voy a repetir y me pregunto: ¿este es el inicio? ¿Esto es lo que quiero contar? ¿Qué me inspira? ¿Cómo puedo trabajar con esto? ¿Incluyo una parte musical? ¿Quito el terror? ¿Cómo mezclo comedia y terror? ¿Y fantasía? Son las preguntas con las que me torturo ahora mismo.
Esto no es una decisión, al final. Escribir, me refiero. Al final, si es lo que realmente te gusta, lo acabarás haciendo. Te dará igual lo que opinen otros de tu trabajo, tanto si les gusta como si no. ¿Buenas críticas? Son fuerza. ¿Malas? Bueno, si puedes, aprende algo o huye. Cuando el caos acabe, seguirás como yo: despertándote con pesadillas y pensando que pueden ser buenas ideas para tu historia, que el Príncipe Pálido solo te está diciendo cómo continuar. ¿Ganarás? Lucharás por ello, más allá de mis frases que suenan a libro de autoayuda (lo lamento).
Dudas, dudas, pero espero que el resultado sea el mejor posible. Voy a intentar ganar esta batalla. La voy a ganar. Las fuerzas no me faltan. Hoy no.
Creo que saber más sirve para tener dudas, justamente. Sirve para librarse de lo que uno creía saber, del sentido común. Salvo que uno sea como El Doctor, que puede localizar a una ayudante en peligro, con sólo algunas estrellas como referencia. Y este personaje se alegra cuando no sabe algo.
ResponderEliminarTe entiendo porque me resulta un desafío dar a leer la historieta que esté haciendo, que no suele superar dos o tres páginas A3. Espero que la crítica no sea contundente.
Y sos respetuoso con lo que comentás en el blog, la forma en que decís que algo no te gusta.
Suerte con ese libro.
Saludos.
Gracias por la suerte y animo a ti también con la historieta que estás preparando. Y sobre la crítica, toma lo que puedas aprender y si no hay nada que puedas aprender de ella, sigue haciendo tu arte. ¡Es lo único que tenemos, camarada! ¡Gracias!
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