La próxima historia comienza a tomar forma... |
El Tiempo del Príncipe Pálido se compone actualmente de doscientas veinte páginas a la que se añade índice, dedicatoria, etc. Por tanto, si los dioses de la maqueta se portan, se compondría de unas doscientas treinta páginas (o por ahí). Y sí, no ignoro que en uno de los borradores apunté: cincuenta páginas a lo sumo. Qué ironía.
Portada por Elsbeth Silsby. |
¿Una novela? ¿Un relato? ¿Un qué?
Quien se ha dado cuenta de todo esto (del híbrido o lo que sea esto) es Elsbeth, que para algo me acompaña en esta travesía de las correcciones y añadió acertadamente que el subtítulo: Un relato de la Saga Devon Crawford ya no era acertado. Ya no es un relato a la antigua usanza. Ni siquiera una novela corta según la visión normal. Es otra cosa, una novela en el mismo multiverso. Puedes leerla sin haber leído Devon Crawford y los Guardianes del Infinito, por ejemplo.
Para mí ha sido un desafío escribir menos páginas de lo normal sin tener luego que recortar como Edward Scissorhands. Lo sé, suelo meter muchas subtramas, desarrollar muchos conceptos, incluir docenas de personajes y sé que eso, a menudo, abruma al pobre lector que se enfrenta con tiendas de magia, gatosaurios, djinns, adolescentes y todo ese tipo de temas que suelen aparecer en mis obras. Aquí, en esta novela mi reto ha sido autocontenerme y contar una historia que apenas transcurre en un día, pero que marca lo que está por venir en el multiverso y no solo porque sea una especie de precuela, sino por lo que supone para Aurora Barlow, la futura tía de Devon.
Fechas, fechas, fechas
Ilustración por Jen del Pozo. |
Sigo pensando que la publicaré en agosto o septiembre de este año. La tentación de sacarla en Halloween también está ahí, pero no deja de ser una historia sobre el verano. Os mantendré informados.
La experiencia de los '80
Me lo he pasado muy bien escribiéndola. Es más, he sentido incluso algo de pena cuando me he despedido de estos personajes, pero si algo he aprendido es que ninguna despedida suele ser eterna y puede que en el futuro siga la trama en otra aventura. No descarto volver a escribir de nuevo a Aurora en su juventud, ya que ha sido maravilloso: me gusta el personaje, su entorno, su tío Max (el custodio de la Tienda Infinita), la reaparición de un joven Gilder... Tampoco me negaré a tocar de nuevo la mitología del Príncipe Pálido, un ser que se rebeló y trascendió las páginas hasta que pensé en la idea de convertirlo en un villano de otra historia anclada en Tenerife y que aguarda en el cajón a que yo sea mejor escritor.
He reído, he disfrutado, he vivido una aventura e incluso me han conmovido algunos de los temas que he escrito. George R. R. Martin decía que nunca escribes de verdad hasta que sientes que algo te duele y hay varios puntos donde me he sentido como Aurora y Emma, por la muerte de su padre, el estado de su madre, la negación de la fantasía... Sobre todo, me he quedado un poco con la lágrima en los ojos en las últimas páginas, ya que tratan sobre algo que tenemos que aceptar: la vida, sus cambios, la amistad. Uno no sabe lo que duele eso hasta que se hace viejo.
Todo ello con la atmósfera de los años ochenta, una década que me encanta en cuanto a cine, moda, música... No la viví más allá de la ficción y esa especie de mitificación que sufre, lo que me permite inventarme lo que quiera y ser feliz. Sé que muchas personas me acusarán de nostálgico, pero quería rendir homenaje a esas historias con las que he crecido y toda esa atmósfera que me resulta mágica para contar la historia de estos chavales.
Logo de la saga. |
¿Qué está por venir?
Portada de la historia que lo empezó todo. |
El planning es así:
- Espero finalizar la primera corrección en estos días.
- Luego pasaré a suplicarle a mis lectores beta que se la lean y me comenten.
- Al corrector.
- A continuación, me tocará imprimirla y corregir con marcadores.
- Después, me tocará leerla en voz alta.
- A continuación, otra corrección.
- Y libro de prueba y otra corrección.
Ah, la vida del escritor... ¡qué glamour!
Me alegro, al menos, de teneros a vosotros y que me soportéis cuando me pongo de pesado a hablar de mis historias. Gracias.
Me alegro, al menos, de teneros a vosotros y que me soportéis cuando me pongo de pesado a hablar de mis historias. Gracias.
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