A continuación, la Guía del viajero multiversal le permitirá indagar en algunos de los detalles del primer capítulo de Devon Crawford y los Guardianes del Infinito desde la perspectiva de una dimensión donde Devon es ficción, un personaje literario. ¿Qué le parece? ¿Por qué no? Eso sí, tenga cuidado. Si algo le aburre, un agujero negro podría aparecer y comérselo. Ahora, siga leyendo. Siga, siga...
Capítulo 1: La Chica Steampunk debe morir
Este capítulo surgió de un pequeño experimento: escribe todas las ideas que te vayan surgiendo en la cabeza, sobre esta historia, sin tener que pensar en esquemas sobre lo que va a pasar. Y me lo pasé bien haciéndolo.
El título del episodio (La Chica Steampunk debe morir) me recuerda un poco a las películas de serie B y creo que tiene una correlación con el prólogo, prefacio, lo que sea y engaña: algunos pensarían que Devon muere desde ese primer capítulo, pero…
Mi gran reto con La Chica Steampunk debe morir es que tenía que presentar a Devon en primera persona (sin sonar arrogante… o demasiado arrogante), Gwen, su instituto, su vida gris, su cumpleaños, su propósito de ir al anticuario de su tía… Y quería hacerlo en el menor número de páginas posibles y con la fluidez de muchos diálogos incluso por encima de las descripciones. Prefería que los personajes se mostrasen cómo eran con sus palabras que con una “fotografía” de ellos, debido a que... ¿por qué Devon iba a pasarse páginas describiendo a personajes? Y me gustaba la idea de liberarme de la tensión de ser el narrador omnisciente que debe contar todo a la perfección, sin poder ser irónico o incluir menciones que harían mis personajes a cosas como el hype u obras culturales como James Bond, Firefly, Kingdom Hearts… Sé que hay gente a la que le satura. A mí no, porque, en mi triste vida real, solo me comunico por medio de referencias a series y obras de ficción. Lo lamento (bueno, no, pero lo pongo así, aquí, para quedar bien).
Sí, Gwen y Devon aún esperan una temporada más para Firefly. Fuente. |
Sobre el origen de Devon
Quería que Devon fuese una chica humana, aunque algo distinta a las típicas protagonistas de las novelas juveniles. Le gustan los grupos de rock (de ahí la mención a The Black Parade, perteneciente a la banda My Chemical Romance), es una loca de los cómics (ahí están los paralelismos con Spider-Man) y los videojuegos (como el Kingdom Hearts) y también usa redes sociales como Twitter (por cierto, ¡el suyo existe!), con problemillas con su madre (la psiquiatra, Emma) y su padre (divorciado y a cierta distancia de su hija)... No es la típica chica popular de clase. También me sirvió para burlarme de los cursos de escritura creativa, así que soy muy feliz con su forma de narrar (que irá cambiando en los siguientes libros, por cierto). ¿Y por qué la Chica Steampunk? Me gusta el steampunk y quería tocarlo en una historia, aunque fuese dándole un toque propio. Hay muchos guiños a la estética (en Devon, en los enemigos, la temática…), pero lo importante para mí es que fuera algo más y algo nuevo, que no tuviese que aceptar las reglas como transcurre en Londres, en 1800, blablablá...
Como curiosidad, el origen del nombre y el apellido (Devon Crawford) se debe a que, aparte de gustarme el apellido, tenía ese nombre apuntado desde hacía mucho tiempo. Mis protagonistas suelen tener nombres que empiezan por la letra D, así que era una manía que continué. Es un nombre tanto femenino como masculino, proviene de Devin (derivado de una zona de Inglaterra); lamento que no tenga un significado tan épico como el que esperabais. Crawford es más interesante, significa algo así como “zona de cuervos”.
El fanart de Devon Crawford creado por una fantástica lectora y del que os hablé recientemente. |
Sobre la sidekick gótica, Gwen
Pronto pasamos a Gwen Talley, que se llama así por Gwen Stacy (la novia de Spider-Man). Gwen es un diminutivo y significa “blanca, justa, bendecida”, entre otras cosas, y su apellido es un derivado de “pacífico” (y ahora que lo pienso también hay una familia de Canción de fuego y hielo llamada así). Al principio, me la imaginaba como el personaje de Marvel, pero quise eliminar esa imagen y “adornarla” (¿o ataviarla?) con la moda japonesa de las lolitas, en este caso gótica (la mención a Edgar Allan Poe, tan próxima, no es casual). Visualmente, pienso en ella a veces como Misa Amane de Death Note.
Misa Amane de Death Note, una de las inspiraciones gráficas. Fuente. |
La idea de los cómics perdura con el tema de que es la sidekick de Devon; un ejemplo de sidekick es el doctor Watson de Sherlock Holmes o Robin de Batman. Dicen que los creadores de estos personajes concibieron a los compañeros para que su héroe pudiese explicarse al lector sin resultar cargante, haciéndolo más ameno con un personaje similar al lector; no era una mala idea y, además, Gwen podía ser la companion de Devon, como los companions de Doctor Who (es más, en uno de los capítulos se hace ese guiño). Cuando creé a Devon, sabía que necesitaba a un personaje que la ayudase, una mejor amiga como Gwen. Devon puede ser cruel, orgullosa y un poco cabezota; mientras que Gwen es dulce, valiente y decidida a ayudar. Si algo he comprendido con los años, es que los amigos suelen funcionar así y, aunque siempre he pensado que ambas cambian a lo largo de la historia (Devon madura, Gwen se vuelve un poco más oscura); adoro a ambas y más por esa pequeña contraposición que suponen.
El viaje a la Tienda
Como anécdota sobre la excursión de las que ambas se escapan, solía hacerse una similar en el instituto donde estudiaba cuando era un chaval. Los alumnos iban al Puertito de Güímar. Yo siempre me escabullía. No a una tienda mágica, pero una vez acabé con un brazalete de Jack Skellington gracias a un viaje alternativo, así que… La idea de que huyesen de clase me parecía vital, real. No quería dos chicas perfectas, quería gente de verdad, como tú, como yo.
Continuemos. Confieso que la idea de la visita al anticuario de tía Aurora me surgió como una respuesta irónica de Devon a Gwen (una de tantas) y eso tras descartar un cementerio (una idea oscura, pero demasiado recurrente en mis historias).
—¡Al mejor cementerio de reliquias! —contesté. Los ojos de Gwen se iluminaron—. ¡El anticuario de mi tía Aurora!
Su cara fue de completa e irremediable decepción.
—Eh… ¿Eso es una respuesta irónica? Suena a respuesta falsa. ¿Tía Aurora? ¿En serio?
Empecé a darle vueltas y me gustó adónde podía llevarme ese camino, ese viaje: una tía a la que Devon no veía desde los cinco años, la promesa de volver al anticuario de esa tía cuando tuviese quince años, una enorme tienda de antigüedades, una promesa, un acertijo, un camino secreto, un reloj, un cumpleaños…
Como curiosidad, siempre he imaginado que la calle principal es una versión resultante de la mezcla del Callejón Diagon de Harry Potter, avenidas turísticas y la Calle del Castillo, de Tenerife, que hace unos años contaba con algunas tiendas selladas con tablones (o, al menos, así lo recuerdo). ¿Por qué se llega al lugar a través del acertijo: “Al final de la arteria, calle sin nombre, sin número”? Quise complicar las cosas. Tal vez, me pasé, pero no sueles encontrarte con acertijos y enigmas, estos juegos me recuerdan a algo mágico (¿por culpa de Bilbo y Gollum?) y podían ser parte de la carta de presentación de este mundo.
En cuanto a la llegada al callejón que precede a la tienda, me parecía un modo de hacer que toda la historia fuese mucho más escalofriante, más sorpresiva (poco a poco, poco a poco…), con la niebla que al final resulta ser vapor… Y aparece la Tienda Infinita.
Hogwarts se abre ante el espectador en la primera película, tal y como muchos nos lo imaginamos en el libro. Quería algo similar con la Tienda, una ruptura con la normalidad, un descubrimiento de la magia. Fuente. |
Llegada al Gabinete
La primera visión de la Tienda Infinita o el Gabinete de Curiosidades. El nombre de Tienda Infinita me parecía el más claro, mientras que su otro nombre, el Gabinete de Curiosidades viene de aquella especie de museos ambulantes sobre objetos extraños que se hacía en la antigua Europa. Conocí este segundo término en una obra sobre Guillermo del Toro, que poseo un hogar lleno de curiosas réplicas, figuras, artefactos...
“¿Cómo existía esa especie de catedral, escondida en mi aburrida ciudad?”, se pregunta Devon (yo también lo haría). No quería que fuese solo un inmenso castillo, sino que quería que fuese irreal, cambiante, una fantasía que toma vida y se readapta una y otra vez a lo que ven los personajes. Para mí, como para Devon y Gwen, era la ruptura con la realidad. Aunque quizás profundice más sobre esto en el siguiente capítulo, quería que la Tienda fuese cambiante incluso en su exterior. Hace poco, una lectora me hablaba de Rose Red de Stephen King o el laberinto de El corredor del laberinto. Hurm… No caí en la cuenta, pero no es una mala comparación. En mi cabeza están las escaleras móviles de Hogwarts, Ciudad de Paso de Kingdom Hearts o la TARDIS de Doctor Who.
A continuación, para mí, Devon resume parte del espíritu de la obra con una frase muy importa: “Esto no puede ser real, pero lo es”. Opino que es algo crucial en la obra. La fantasía es real, te guste o no, aunque quizás no es como lo imaginas.
Y entonces llega el peligro: surgen las tres Estatuas Centinelas y pensamos que serán enemigos. Sobre monstruos de piedra que se mueven, hay mucha literatura (y luego surgen los gólems). Es una imagen que me viene a la cabeza de vez en cuando, ¿es por culpa de la serie de Gargoyles? Ni idea. Eso sí, no, no son los auténticos enemigos.
De pronto, descubrimos que la niebla es humo y llega el ataque del pájaro metálico y asesino que dice eso de: “La Chica Steampunk debe morir”. Si algo he aprendido es que el protagonista debe hacer algo y no quería que nadie la rescatase; por ese motivo fue ella la que se enfrentó al monstruo que no se puede creer que sea real. Y, para ello, usa su monopatín. Convertí a Devon en una chica que practicase skate porque me gustaba la idea, luego cobró importancia en algunos momentos de la historia, no solo para caracterizarla, sino para defenderse. Devon debía salvarse en la primera prueba, el desafío contra el autómata aniquilador. Si la salvaba Blake o similar, para mí sería más una damisela en apuros típica y no es lo que quería (como os comentaba).
Y sí, las Estatuas Centinelas tienen primas en Hogwarts. Fuente. |
Blake Lowe, detective, hechicero
Una vez terminado todo esto, aparece el primer personaje que supone ese cambio del mundo real a ese mundo ficticio que también resulta serlo: el detective y hechicero Blake Lowe. Su nombre surge porque Blake me recordaba a William Blake, el artista completo (Lowe, porque me gustaba cómo sonaba y algunos señalan que significa “león”). Si os llama la atención, una fuente señala que el nombre puede provenir de “negro” o “pálido”, según el origen que determinemos que es su raíz. Están las dos opciones y le sientan bien a alguien tan “gris” como Blake.
John Constantine en una de sus primeras apariciones. Fuente. |
Te esperarías de él que fuese un gran hombre con esos cargos, pero siempre me lo imaginé como alguien que ocultaba con sus bromas todas las heridas que tenía en su vida. Lleva el sello grabado en la piel: la cicatriz, casi un tatuaje, de la estrella de la magia del caos en su rostro; aparte, unos cabellos grasientos y rubios… Lo imaginaba como una mezcla del músico Kurt Cobain y el actor Tom Hiddleston, al que le sumaba conceptos que me gustaban de magos como Constantine y Harry Potter, pero de un modo muy distinto (y sí, en un momento pensé en llamarlo Constantine Potter hasta que el aviso de la demanda estuvo a punto de caer… Oh, oh… ¡Nooooo! Es broma). Por cierto, Constantine es un personaje que adoro por sus apariciones en La Cosa del Pantano de Alan Moore, que marcó mi modo de ver el terror y la fantasía en el "mundo real".
Gwen y Devon no saben muy bien cómo reaccionar a todo esto, pero lo afrontan con el valor del que siempre han hecho gala las dos: si existe un mundo mágico, ¿por qué sorprenderte hasta morirte del susto? Ambas aman la ficción (por eso incluí tantas alusiones), ¿por qué se negarían a aceptar que su mundo pueda poseer dicha fantasía? Yo lo llevo esperando toda mi vida.
“—Confesad —dijo Blake comprendiendo algo fundamental—. ¿Os sentís muy perdidas? ¿No será porque no sois marcadas?”
Y aquí es donde empieza realmente el descubrimiento de un nuevo mundo.
Ruta del viaje:
Ciudad de Paso, una de las influencias para la creación de la Tienda Infinita y su aspecto (al menos en mi cabeza). Fuente. |
P. D.: ¿Cuáles son los verdaderos nombres de las Estatuas Centinelas? ¿Marquitus, Rominicus y Tonticus o nos quedamos con Bob, Joe y Jake? Hurm… Quizás en la siguiente parte.
Interesante lo que contás. Es curioso que cuentes la historia desde el punto de vista de Devon y no el de Gwen. Que es lo que hizo Conan Doyle, con Watson. Que representa al lector. Es la excusa para que Holmes haga una detallada explicación.
ResponderEliminarAlgo que tal vez se aplique a tus personajes, que Watson es alguien por encima del promedio, no cualquiera puede acompañar los planes de Holmes, que requieren cumplir con ciertos cronogramas, cumplir instrucciones al pie de la letra.
Reconocí el nombre de Gwen, que compite con Mary Jane...Watson (no creo que sea casualidad ese apellido), creo que tal vez le gana. La muerte de Gwen puede haber sido un gran error, que han tratado de revertir. Incluso con una Gwen alternativa, que desarrolló los poderes aracnidos.
Es interesante la intervención del detective hechicero. Ya que mencionaste a Sherlock Holmes, yo menciono a Lestrade, que tiene mucha importancia en sus apariciones. Como tienen alguna importancia los irregulares de Baker Street.
Interesante.
Saludos.
Comentario muy sherlockniano el suyo ;) y, sin duda, es que Sherlock Holmes es uno de los personajes literarios más importantes de la historia moderna, al igual que Spider-Man y sus secundarios, ya que han logrado trascender y convertirse en algo más.
EliminarGracias por tu comentario, ¡saludos!