Touka, uno de los personajes más fascinantes de la serie Tokyo Ghoul. Fuente. |
"Yo no soy el que está mal. El mundo es el que está mal"- Kaneki.
"Todo lo vence el hombre, menos el hambre" decía Séneca y esta cita es aplicable a Tokyo Ghoul, un anime que adapta la obra escrita e ilustrada por Sui Ishida. Por ahora, se han estrenado dos temporadas y dos OVAS: Jack y Pinto que añaden dos pequeños fragmentos a esta historia sobre poder, oscuridad, drama y, sobre todo, claro, un hambre insaciable.
Kaneki Ken es un joven estudiante que devora novelas de ficción y tiene un gran amigo llamado Hide. Kaneki ha quedado con una chica, Rize, que es también seguidora de la misma autora que fascina al muchacho. Todo podría ser el principio de una gran historia de amor, pero Kaneki es humano y Rize es un ghoul y los ghouls se alimentan de los órganos de los humanos.
Kaneki es atacado por Rize en medio de una obra donde se construye un edificio, en la noche. Rize ya ha mordido y herido de forma casi mortal a Kaneki cuando una viga de hierro se desprende y mata a Rize. Kaneki queda moribundo hasta que el derrumbe de la viga alerta a las autoridades, que descubren al muchacho al lado del cadáver de Rize. Es en el hospital donde los médicos le transplatarán los órganos de Rize para que sobreviva. No saben que están creando al depredador definitivo.
Y, sin saberlo, Kaneki se convierte en un híbrido de humano y ghoul. Los poderes, la resistencia y la oscuridad de la raza caníbal está en él, pero también los remordimientos, los pensamientos y la tristeza de los humanos. Y, en ambas facetas, está el hambre, una voracidad que no le permitirá sobrevivir a menos que ingiera órganos de humanos. Kaneki ya no podrá comer nada que no sea a otras personas o beber un poco de café. No obstante, él no quiere sucumbir a la tentación, no quiere atacar a su mejor amigo, no desea enfrentarse a todo eso, al hecho de convertirse en un demonio moderno.
Entonces, por suerte, aparecen los trabajadores de la Cafetería Anteiku, que resultan ser ghouls reconvertidos, que no asesinan sin piedad, entre ellos la joven camarera de mal genio Touka. Con ellos, Kaneki tendrá una posibilidad de sobrevivir, pero ¿qué supone esto para él? ¿Y si los demonios finalmente le vencen? ¿Y si el hambre es suficientemente fuerte y él no puede impedirlo? ¿Y sus miedos acaban haciéndole sucumbir?
Fragmento del póster del anime, Tokyo Ghoul. Fuente. |
El ansia
Los dilemas morales de los personajes me parecen realmente llamativos. En otra época, se podría haber recurrido al mito del vampiro u otro monstruo similar para explicar el hambre, el ansia, pero no es así en esta serie donde se prefiere la figura del ghoul, un demonio devorador del carne al que se le añade todo un trasfondo en esta obra. Cualquiera puede llegar a entender a Kaneki, sus reservas y sus miedos a terminar de convertirse en una bestia, pero también comprende que es su fin: solo le queda vivir como Touka, una ghoul "pacífica", o un monstruo como el refinado Gourmet o el temible psicópata Yamori.
La moraleja de la historia de Kaneki, esa que tanto le cuesta aprender (y que solo lo hará cuando su cuerpo y alma resulten destrozados), es que siempre se ha culpado por los errores ajenos, por los dramas de otros. ¿La muerte de su madre? Él siente que es el culpable. ¿Todo lo que ocurre a su alrededor? Se desprende de sus acciones. Su lema es que él prefiere resultar herido a que los otros sean heridos y eso le pasa factura. Al final de la primera temporada, todos esperamos que el resto de los personajes le salven; en cambio, él entiende la realidad y se salva él solo. ¿Bajo qué circunstancias? ¿Convirtiéndose en un monstruo, aceptando esa parte de su ser? Mejor, vedlo.
La pérdida, el dolor y todos esos sentimientos humanos surgen en torno a nuevas lealtades, traiciones, enfrentamientos... Hay muchos intereses en la balanza, seres que quieren la paz o no con los humanos, y todo lo que ello conlleva, incluyendo a monstruos como el Búho De Un Solo Ojo, que parece desear la muerte de todos los humanos y ghouls que no le apoyen (una trama que sobre todo se desarrolla en la segunda temporada): una especie de Magneto fanático (si os gusta la comparación con los X-Men).
La parte humana, representada por los investigadores humanos que persiguen los asesinatos que cometen los ghouls, tampoco son los héroes de la función: tenemos a psicópatas como el siniestro detective Kudeo Mado y su compañero (más humano y valeroso) Amon, que mutilan a los ghouls para fabricar sus armas y prefieren asesinarlos a sangre fría antes de hacerles preguntas, ya que para ellos son demonios. Este fragmento, el de la investigación, bien me recordaba en algún punto a los policías de Death Note (Juuzou hubiera sido un colega interesante para L). Una de mis escenas favoritas tiene que ver con ello y no es cierto asesinato en un callejón, sino esos juramentos que se tienen que firmar antes de ir a la batalla y cómo cada agente lo toma de un modo u otro (fenomenal).
La parte humana, representada por los investigadores humanos que persiguen los asesinatos que cometen los ghouls, tampoco son los héroes de la función: tenemos a psicópatas como el siniestro detective Kudeo Mado y su compañero (más humano y valeroso) Amon, que mutilan a los ghouls para fabricar sus armas y prefieren asesinarlos a sangre fría antes de hacerles preguntas, ya que para ellos son demonios. Este fragmento, el de la investigación, bien me recordaba en algún punto a los policías de Death Note (Juuzou hubiera sido un colega interesante para L). Una de mis escenas favoritas tiene que ver con ello y no es cierto asesinato en un callejón, sino esos juramentos que se tienen que firmar antes de ir a la batalla y cómo cada agente lo toma de un modo u otro (fenomenal).
Los personajes son realistas; tienen sus motivaciones, a menudo originadas en su pasado (a menudo traumático), y su desarrollo se produce a lo largo de los capítulos; además hay algunas subtramas interesantes y unos misterios que quedan por desvelar más adelante (cómo esos dos líderes de clanes ghouls que, al principio, no nos imaginamos que los conocemos desde los primeros episodios). Básicamente, todos tienen su motivo para ser como son (sin pecar de ser demasiado culebrón o freudiano). Como siempre, hay personajes que se hacen los favoritos del espectador, pero los secundarios también están muy bien (como Uta, el fabricante de máscaras). No obstante, ahí tenemos a la genial Touka o al siniestro Gourmet.
Los personajes de la cafetería Anteiku. Fuente. |
Al tono de horror se añade un poco el misterio, algún que otro enfrentamiento, una pizca de humor y todo ello bien dosificado. Por suerte, la balanza no cae hacia ningún lado desafortunado, como ocurría con Vampire Knight, por ejemplo. Hay muchas grandes escenas de acción a lo largo de las dos temporadas, desde los duelos y peleas de la primera pasando a las batallas campales de la segunda, donde los ghouls forman sus propios clanes como el Árbol Aogiri. En la segunda temporada, como ya decía, todo esto cobra relevancia y hay que decirlo porque es la que, según los lectores y creadores, más se aleja del manga original.
Muy destacable la animación y el diseño. Tokyo se convierte en una metrópolis donde te crees que puedan habitar monstruos como los ghouls o los investigadores, en un sitio mágico entre edificio y edificio, capaz de albergar una tradición y una siniestra mitología. Además, los personajes son carismáticos también en cuanto a su vestuario y características, concibiendo un mundo que mezcla héroes y villanos en la pequeña pantalla, y donde incluso algunos de sus villanos consigue caernos bien (una vez más, el Gourmet, esa especie de Hannibal Lecter adolescente y algo pervertido).
El anime queda realzado por la música, que corre a cargo de Yamada Yutaka, un joven creador capaz de concebir tensión, melancolía y toda la gama de sentimientos que hace falta a lo largo de esta historia de monstruos, tanto ghouls como humanos. En cuanto a los añadidos de J-Rock y pop no están mal y se adaptan a lo que se cuenta en pantalla.
En cuanto a las dos temporadas, puede que la primera resulte más redonda al estar más apegada al manga. La segunda arranca un poco dubitativa, centrándose más en los ghouls del Búho y en los investigadores que en los personajes de la cafetería, como Touka. Aunque en los últimos episodios de la segunda tanda mejora, queda esa sensación de ligero traspiés y un poco de confusión. Todavía así, merece la pena ser vista y se disfruta lo suficiente como para que un servidor acabe haciendo este comentario que no deja de ser un "vedla, a ver si la comentamos".
En relación a los OVAS, Jack nos conduce a los primeros días en que los ghouls surgían en torno a Tokyo y a un chaval de una banda que decide hacer frente a los monstruos en compañía de otro estudiante de su clase. El final nos sorprende no solo por la revelación de quién es el gran villano (con máscara de Halloween, con calabaza, incluida) sino quiénes son estos personajes (en este OVA, mucho más jóvenes en relación a cómo los hemos conocido en la serie principal). Puede que no sea un gran episodio individual, pero nos da información del pasado y algunas secuencias interesantes (ese grupo de chavales que cazan ghouls, fenomenal).
Mucho mejor (e incluso sobresaliente) es el OVA Pinto, que nos conduce hasta el pasado del Gourmet, Shuu Tsukiyama, un personaje macabro y fascinante que devora a humanos siguiendo su exquisito paladar. Todo esto se vuelve un poco más tenue cuando conoce a una joven fotógrafa, Chie, que le ha realizado una foto mientras comía y empezará a seguirle, quizás fascinada por la oscuridad del personaje de Gourmet, que pronto también sentirá que esa niña tiene algo interesante, ya que no se asusta de su presencia ni su naturaleza ghoul. Un interesante ensayo sobre lo morboso que es el mal.
Por último, la pregunta: ¿y cuándo llegará la tercera temporada? Parece que se ha retrasado, pero acabará llegando a nuestras pantallas tarde o temprano. Por ahora, aparte del manga, quedan dos temporadas y dos OVAS, cuyo visionado es recomendable si os gustan las historias de este tipo (oscuridad, misterio, adolescentes, caníbales... allá cada uno con sus gustos). El hambre no queda saciada, sin duda.
Kaneki acabará entregándose a la oscuridad. ¿A qué precio? Fuente. |
¡Hola!
ResponderEliminarTengo que reconocer que nunca me vi a mi misma viendo animes y que me gustaría tanto como Tokyo Ghoul. Me han encantado sus personajes y cómo cambian a lo largo de las dos temporadas.
La historia está muy bien y no conocía el mito de los Ghouls, me gustó mucho cómo trataban el hambre y el tenerte que alimentar de órganos humanos. ¿Quién no se levante un día después de una operación y descubre que es un Ghoul?
Tiene personajes muy interesantes, con los que terminas empatizando, así como los pasados traumáticos.
¡Ahora queda esperar a podee ver una tercera temporada! Espero que pronto la saquen.
Me ha gustado mucho tu crítica :)
Elsbeth^^
¡Hola! :)
EliminarDebo reconocer que, como en tu caso, yo tampoco soy mucho de animes, pero vaya, no está de más probar cosas nuevas, ¿no? Me alegra saber que te ha gustado Tokyo Ghoul y hay que ver cómo seguirán con ese cambio en la siguiente temporada, que esperamos que la estrenen pronto. :)
En cuanto al tema del ghoul, es una buena metáfora para tratar el hambre de seres como demonios, vampiros..., pero de un modo nuevo. Además, el protagonista, al tener todavía su lado humano, es aún más interesante.
Los personajes y eventos que suceden con ellos son geniales, enigmáticos, y permiten que la trama siga adelante, aunque se separe en algunos puntos del manga. Al fin y al cabo, no deja de ser una adaptación y tendremos que estar atentos a esa tercera temporada.
¡Muchísimas gracias por tu comentario! Me alegra verte de nuevo por aquí. ^^
Creo que es una serie que no está valorada en el habla hispana como se merece. A mí, personalmente me ha encantado la evolución constante de la trama y los personajes.
ResponderEliminarHay momentos extraños, ¿pero qué anime no lo tiene? Me gusta mucho tu resumen amigo. Un placer leerte.
Saludos del mismísimo Ken Kaneki