Crítica de la película: The Craft, jóvenes y brujas

Las protagonistas de Jóvenes y brujas. Fuente.
Hay una clase de películas que nos gustan más por lo que significan para nosotros que por lo que significan para la historia del cine. Y bienvenidas sean. Incluso hay cintas que nos gustan por formar parte de nuestra generación más que por sus propias virtudes. No querría restar importancia a los puntos buenos de esta película (ni tampoco me gustaría ignorar los malos), pero The Craft (Jóvenes y brujas, en España. ¿Quizás por Jóvenes Ocultos?) representa uno de mis primeros cuelgues cinematográficos.

Tendría cinco o seis años cuando me dedicaba fugazmente a poner cualquier canal por cable y, de vez en cuando, terminaba enganchado a una serie de películas que veía por el mero gusto de ver uno de esos filmes que se suponía que no debía ver. No era el crío más valiente del mundo (la intro de Expediente X me daba pesadillas), pero alguna película de miedo me tragué de crío y puede que eso fuera lo que me atrajese de The Craft.


Brujería adolescente


A lo largo de toda mi infancia (y algunas veces teniendo un par de años más), siempre que pillaba en la televisión The Craft terminaba viéndola y pensando lo mitiquísima que era. Ahora, pienso que han pasado veinte años de la película y la depresión que me entra no me la cura ni Manon ni Sarah (Robin Tunney antes de El mentalista  y Prison Break) ni todo el aquelarre de nuestras protagonistas.

Y es que The Craft, pese a ser la típica película de adolescentes en el instituto, chica nueva, chico que se comporta como un imbécil, clases aburridas, venganzas estrafalarias y todos esos ingredientes del cine adolescente, también añade el género fantástico con la suficiente habilidad como para que el terror llegue a entretener al personal, sin caer en el humor grueso, pero sin tomarse tampoco demasiado en serio, más que nada por unos actores, a veces, pasados de rosca (oh, Nancy, mi Nancy... mi primera gótica, la inconmensurable Fairuza Balk) que le sientan como anillo al dedo a toda la producción de 1996.

¿Y de qué va esto? The Craft trata sobre Sarah, una chica que se muda a Los Ángeles, donde entabla amistad con tres chicas raras de su instituto, las cuales buscan una cuarta miembro para formar un aquelarre. Entre las cuatro, hallarán poderes ocultos que las convertirán en seres poderosos. Pero todo poder, tiene una consecuencia...

Uno de los mensajes de la película: ¿eres raro? La magia puede tener un futuro para ti. Fuente

Cinta de los '90


El director Andrew Fleming dirige una película que si bien sigue disfrutándose, cinematográficamente no ha envejecido del todo bien (¿o no he envejecido bien yo?), se nota esa vena noventera y videoclipera en algunos momentos, pura deudora de la etapa y el tipo de cine que se hacía en el momento. Y eso le sienta bien a esta historia.

En cuanto a su influencia, no nos resulta raro ver alguna huella en series como American Horror Story: Coven (esa serie que es un cover de todo) o, quizás, de un modo ciertamente descarado (donde solo se cambia el sexo de los protagonistas) en la olvidable La alianza del mal (The convenant... ¿Os acordáis de ella? ¿No? Bien, dadme las gracias). 

Otro de los guiños descarados puede ser que la serie Embrujadas (¿alguien más se acuerda?) utilizó en su intro la misma versión de How soon is now? de The Smiths que apareció en The Craft para una de sus escenas. Sobre el resto de la banda sonora, quizás no es el trabajo más recordado de Graeme Revell, compositor de bandas sonoras como El cuervo, pero cumple con su función dentro de la cinta.

Las brujas siempre vuelven y siempre estarán ahí, ¿o no? Fuente.

Cuidado con los raros


Lo mejor de la película no es solo alguna escena de terror bien traída (los bichos... los malditos bichos que no me dejaban dormir a mí tampoco, Sarah) o algún ritual que llama la atención a la hora de ser representado (y que según la rumorología, causó bastantes problemas al ser rodado. Manon no es fotogénico), sino que también posee todos esos dramas adolescentes (¿chico que se comporta como un idiota? Lo tiramos por la ventana. ¿Chica que se mete contigo porque eres negra? Le arrancamos el pelo) y esos problemas de autoestima, autoconcepto y demás, que se tercian gracias al lado fantástico donde nuestras chicas pronto sucumben al lado oscuro (ahí está el papel de la gran Neve Campbell... Sí, soy de la generación de Scream).

"Cuidado con los raros", le dice el conductor del autobús a las chicas. Nancy se gira, baja sus gafas y responde: "Nosotras somos las raras, señor": sin duda, uno de los lemas de la película y, como le comentaba a una amiga hace poco, uno de los lemas de nuestra generación.

Y esa es una de las cosas que más me gusta de la película. En otro guion, se hubieran insertado antagonistas o malos del copón, pero aquí se prefiere que cada uno de los personajes sea su propio enemigo y no se duda en volver a unos contra otros. Hoy, que las amistades de los superhéroes se rompen en la tercera película, tras tener dos previas para cimentarla, da gusto que quien se quiera arrancar la yugular lo pueda hacer a la hora de película.

¿Quién en el instituto no se puso a hacer brujería? ¿Quién? Fuente.

En definitiva, no dudo que este comentario sobre The Craft (Jóvenes y brujas, ¿a quién quiero engañar llamándola por el título en inglés?) haya quedado realmente optimista y muchos que no la hayáis visto queráis verla por mis palabras, pero quedáis advertidos de que esta crítica no la he escrito yo, sino una versión de mí que correteaba por casa para ver una película de terror de los '90, se quedaba colgado de la gótica loca de turno y pensaba que la magia era posible. A veces, lo es.

6 comentarios:

  1. No soy el único que recuerda esta película en VHS. Ni el tema de The Smiths, que aparece en la película. Que luego sería utilizada en la serie. Tiene el hallazgo de presentar a las brujas como no necesariamente malvadas. Aunque sí pueden serlo.
    Y recuerdo a Fairuza Balk, quien actuó en una versión de La isla del Dr, Moreau. Parecía iba ser la gran actriz. Y me parece que quedó olvidada, injustamente. Durante parte de la película estuve a favor de la bruja gótica. Y me pareció un estupido el que la rechazó. ¿Que más quería?

    Te felicito por recordarla. ¿No te quedó el deseo de irrumpir en el psiquiatrico para rescatarla a la villana?

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    1. Me alegro de saber que no soy el único que recordaba esta película. Es más, hablando de ella, me he dado cuenta de que había gente que aún le guardaba cariño a esta película.

      Sobre La isla del doctor Moreau, no he visto esa versión, pero me la apunto para verla en el futuro.

      Sobre el desenlace, no me des ideas, que ya la productora, fruto de la crisis de ideas o de váyase a saber el qué, estuvo hablando en 2016 sobre la posibilidad de una secuela. Y la actriz que hacía de Nancy dijo que nanai, que no no le parecía buena idea.

      ¡Muchas gracias por tu comentario! ¡Saludos!

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  2. ¡Hola Carlos!:
    ¿Que puedo decir de Jóvenes y Brujas? No puedo ser objetiva con esta película, la verdad. Es la película de mi infancia-adolescencia, la tenía grabada en VHS y la he visto tantas veces que hasta me sé de memoria diálogos y sortilegios ("Ligera como una pluma, rígida como una tabla..."). Tenía verdadera fascinación por este mundo adolescente de magia y "terror suave".

    Esto va a quedar muy viejil pero ¡Ya no se hacen películas así!

    Como muy bien has dicho, el aire noventero está más que presente, pero la verdad es que eso a mí me gusta; soy toda una nostálgica y me gustan las películas y series de los 80 y 90 (hasta las malas).

    Los temas que se tratan en la película me parecen fascinantes: El antagonismo dentro de tu mismo mundo e incluso de tu interior. El exceso de poder que acaba por devorarte, el "cuidado con lo que deseas", el valor de la amistad (pero amistad de verdad: de la que el mismo que te defiende, te insulta si es necesario) y por supuestísimo ese maravilloso lema "Los extraños somos nosotros". En esa época no me parecía tan genial serlo, pero con el paso de los años me he dado cuenta de que esa "diferencia" ha servido de mucho.

    Como te comenté anoche, la primera vez que la vi fue con tres amigas, y justo el papel de Sarah quedó asignado a una servidora por ser la última en llegar al grupo. Y sí, la escena de los bichos no soy capaz de olvidarla.

    Por cierto, una anécdota que no sé si conocías: Robin Tunney había tenido que raparse la cabeza para un rodaje anterior a Jóvenes y Brujas y lo que llevaba en la peli era una peluca.

    Probablemente si alguien se acerca ahora a esta película nos pegue una paliza tanto a ti como a mí por venderla tan bien, pero es imposible que separemos nuestro criterio del cariño con que la nostalgia envuelve esas películas, series, canciones y libros que significaron tanto.

    Si es cierto que se va a rodar una segunda parte creo, al igual que Fairuza Balk que ya pasó la época en la que tenía sentido. En aquel momento me hubiera vuelto loca de contenta ante la idea de una segunda parte, pero ahora... Que no estropeen nuestros bonitos recuerdos, por favor.

    En fin, ya te he dejado aquí mi testamento del día xD
    Gracias por traerme tan buenas sensaciones y recuerdos con esta entrada. Voy a seguir estudiando.

    ¡Saludos y que los reyes nos traigan personajes tan fascinantes como Nancy ! ;)

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    1. ¡Hola Chari!

      Muchísimas gracias por tu comentario, antes que nada, y perdón por arrancarte de tus estudios para los exámenes y demás, por culpa de esta crítica nostálgica que me he marcado sobre The Craft (o Jóvenes y brujas, ¿para qué queremos engañarnos?).

      La película es fruto de ese cine de los ’90 donde se mezclaba la adolescencia con temas que no sabías si acababan de encajar, pero les salía bien algunas veces y daba lugar a cintas míticas como esta. Por ejemplo, todos acabamos asqueados tras la escena de los bichejos, ¿no?

      Llegado a este momento de mi vida, no me importa revisitar algunas de las películas que me gustaban de crío y hablar de ellas. Sobre muchas de estas cintas, ha caído el silencio. Sé el peligro de que algo te gustase de pequeño y verlo de mayor para contrastar, pero también vale la pena llevarte una buena sorpresa, como me ha pasado con esta, y darme cuenta de que más gente le guarda cariño.

      Esa diferencia de la que hablas, el ser raro, el ser extraño, me parece un buen leitmotiv y creo que significa mucho para gente que, como nosotros, decide seguir su propio rumbo antes de pasar por el molde o, al menos, lo intentamos. Pese a que el guion puede que para muchos fuese fácil o sencillo, para mí incluye una serie de temas que siempre me han resultado interesantes y no termine tan desganado, como creí que iba a terminar, con él, después de verla de nuevo.

      Espero que si hacen la secuela de la que se estuvo hablando o vuelves a verla algún día, si todo va bien, puedas verlas con esas colegas con las cuales la viste por primera vez hace tantos añitos. Seguro que será toda una experiencia.

      Sobre el tema de la peluca, lo he leído en curiosidades y me estuve fijando… Creo que la única escena donde se le nota es cuando cambia el color de su pelo. En otras, incluso cuando le cae alguna rata encima de la cabeza, parecía su pelo… Y sí, estoy debatiendo sobre la peluca de una actriz. xD Cosas mías.

      En cuanto a si alguien se propone darnos una paliza por verla tras escucharnos o leernos hablar tan bien de ella, que tenga cuidado, que somos amigos de Manon y podemos hacer que se le caiga el pelo o se caiga por una ventana si hace falta. ;)

      Ayer, cuando la terminaba de ver, me quedaba como el resquemor de que el final estaba hecho para una secuela: las chicas han perdido sus poderes, Sarah es la más poderosa, Nancy está en el psiquiátrico… Pide revancha, ¿no? Quizás, en unos años, hagan alguna secuela directa a vídeo como las de Jóvenes Ocultos o que hagan un cómic como segunda parte, como también han hecho recientemente con Lost Boys. Lo que me hace pensar que me encantaría un crossover de The Craft y Lost Boys, ¿te imaginas? Si te animas a escribirlo, te lo compro.

      Muchísimas gracias a ti por tu comentario, no sabes cuánto te lo agradezco… Es genial saber que se puede hablar de películas con algunos añitos y que habrá gente que quiera comentarlas también o incluso les traiga buenos recuerdos.

      ¡Un saludo enorme!

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  3. No puedo dejar de verla cuando la cacho por la TV, en serio, y creo que estamos de acuerdo con que es increíble que cada uno de los personajes sea su propio enemigo. Por allí escuché que hay una secuela en desarrollo, y me da pavor lo que quieran hacer con esta película, si te soy sincero.
    Y pues, te cuento que yo sí me animé a meterme en el mundo de la magia, y aunque no conocí a Manon (Gracias a pepe grillo que me cuida y protege desde que tengo 20 años), sí he tenido unas experiencias bien interesantes, y te aconsejaría hacer lo que Sarah: no tomarse la brujería tan a la ligera. Yo lo hice al principio y no fue nada lindo.
    ¡Saludos!

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    Respuestas
    1. ¡Hey! Me alegra saber que hay otro miembro más de nuestro aquelarre, conformado por gente que siempre la termina viendo cada vez que la echan por la televisión o como sea.

      Y sí, se habla desde el año pasado de la idea de una secuela, pero creo que ya es un poco innecesaria y más si las actrices y el director no están muy motivados para volver.

      Por ahora, no me veo metiéndome en ese mundo, pero sí he leído sobre autores como Alan Moore, que se han autonombrado magos y eso siempre me ha llamado la atención. Si te gusta ese mundillo, creo que el cómic Promethea te gustaría.

      Un saludo enorme y muchas gracias por tu comentario.

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