"Antiguamente, en un reino llamado Delain, hubo un rey que tenía dos hijos".
Portada de Los ojos del dragón de Stephen King. Novela de misterio y venganza en un mundo de corte fantástico. Fuente. |
Los ojos del dragón es una novela corta de fantasía escrita por Stephen King.
Qué modo más poco original de
resumir de forma breve (y poco reveladora) una novela que merece la pena su
lectura, aunque sea para zambullirse en el multiverso construido por Stephen King a lo largo de décadas
y décadas de darle a la tecla. Si es tu primera lectura de King, puede que no
sea la más acertada, pero si te gusta la literatura fantástica más que la de
terror, si prefieres El Hobbit a
payasos asesinos y similares, puede que sea un buen primer paso a través de la
literatura del rey del terror.
Los ojos del dragón trata del reino de Delain y un plan para sepultarlo en la guerra y la destrucción. Su
rey es Roland, que ha gobernado
durante años, bajo el consejo del oscuro mago Randall Flagg. Los herederos a la corona son el hijo mayor, el
valiente Peter, y el pequeño, el
celoso Thomas. En secreto, Flagg lleva años ambicionando la caída
de Delain, buscando ver la cabeza de
sus reyes clavadas en picas y para ello ha urdido una estratagema. Sin embargo,
Peter podría presentarse como un
problema y decide quitarlo de su camino y colocar al simple Thomas. Sin embargo, lo que se ve tras
los ojos del dragón podría cambiarlo todo, incluido el destino de Delain, sus habitantes y otros mundos.
La historia de Los ojos del dragón surgió cuando Stephen King quiso desafiarse a sí
mismo y escribir una novela que le pudiera gustar a su hija de trece años, a la
cual no le interesaban los vampiros, los fantasmas ni otros seres similares. King, archiconocido por entonces
gracias a sus obras de terror, buscó un nuevo horizonte que continuaría
explorando en otras historias y que supondría el primer paso para gran parte de
su mitología.
Si bien cabría esperar mucha
magia y monstruos, en realidad King
sorprende por la poca cabida que deja para ellos. Sí, transcurre en otro mundo,
pero el único dragón muere desde el principio, aunque sus ojos serán los que
delaten un crimen y pongan a funcionar la rueda de la fortuna, el ka. Contra el pronóstico más simple, en Los ojos del dragón impera el misterio y
los remordimientos de un personaje, más allá de los viajes épicos de otras
aventuras. Por tanto, no sería desacertado pensar que es una historia de
crímenes que se ambienta en otro mundo y no tanto una novela de fantasía,
aunque esto no es un demérito.
Vista a distancia, esta novela bien
podría ser Rita Hayworth y the Shawshank
Redemption, ya que la preparación de la huida de prisión de uno de los
personajes bien nos recuerda a Andy y su estrategia, solo que Peter, también acusado de un crimen
injustamente, lo hace en un mundo de fantasía.
Portada de Los ojos del dragón en su versión original. Fuente. |
También es de gran importancia la
aparición del villano Randall Flagg, el
mago sombrío, el Hombre de Negro, el enemigo de muchas de las obras de King. Este
carismático hechicero y agente del caos surca también el mundo que se ha movido
de la Torre Oscura y ocupa un lugar
destacado como Señor Oscuro en The Stand (Apocalipsis), otra de las
novelas más renombradas del autor de Maine.
En Los ojos del dragón, se muestra
como muchos brujos de la historia (o las leyendas): astuto, taimado,
manipulador, portador de un siniestro loro mutante de dos cabezas (y
personalidades), conocedor de peligrosos venenos y capaz de crear los planes
más siniestros, gracias a su inmortalidad y su crueldad. En este tiempo
artístico, sin héroes ni villanos, en que se ambiciona el gris moral, me
gustaría reivindicar al villano que es pérfido por naturaleza, no me refino a
manido, sino que es un monstruo, maléfico por naturaleza, sin moral alguna, que
solo busca el caos y la destrucción; Flagg
es un buen ejemplo de esto a lo largo del relato, porque al igual que un niño
que hace travesuras para gozar del caos, él lo hace con el mundo.
A destacar el narrador creado por Stephen King, que mezcla su talante
habitual, con uno todavía más cercano gracias al uso de las fórmulas de los
cuentos tradicionales a la hora de contar su relato y dirigirse al lector. Y
es un narrador tramposo que se saca trucos de la manga, pero ¿no lo son la
mayoría de los contadores de cuentos?
Puede que Los ojos del dragón no sea una de las novelas perfectas de Stephen King, pero sí es una novela
amena, digna de lectura para profundizar
en los recovecos del multiverso creado por uno de los escritores más
sorprendentes de nuestra era.
Es interesante eso de escribir a partir de un desafío impuesto a uno mismo. Y para tan especial público. Y llevar la idea del sospechoso acusado de un crimen que no cometió, a un mundo fantástico. Me gusta eso de que el villano vuelva a aparecer una y otra vez. Si es inmortal, tiene sentido.
ResponderEliminarInmortal y cambiante. Randall Flagg es el mal encarnado. Y qué ganas tengo de ponerme ya con Apocalipsis y dedicarme a acosaros con menciones a esa obra por el blog...
Eliminar¡Gracias por el comentario!