«En la ausencia de la luz, prevalece la oscuridad»- Lema de A.I.D.P. en las películas de Hellboy
Hace ya veinte años que el dibujante y guionista Mike Mignola empezó a contarnos las historias de un demonio con buen corazón destinado a hacer grandes cosas: Hellboy. En esas aventuras era capaz de mezclar misterio, aventuras, fantasía, terror e incluso humor a partir de un arte impregnado de oscuridad y una falsa simpleza (que resulta más que compleja en realidad).
A partir de la historia del demonio rojo, surgiría una gran variedad de series dedicadas a diferentes personajes y aspectos del universo de Mignola. Una de las más interesantes, sin duda, es A.I.D.P. (o, como se titula en USA, B.P.R.D.).
Historia de A.I.D.P.
Un aficionado de los buenos cómics no podía hacer otra cosa que alegrarse ante la aparición de estos extraños personajes que refrescaban el panorama de los tebeos en ese momento, convirtiendo a Dark Horse en una editorial puntera y forjandouna manera de hacer cómics que se extendería por otros como Atomic Robo de Brian Clevinger y Scott Wegener y The Umbrella Academy de Gerard Way y Gabriel Bá.
La fama no tardaría en llegar a la serie haciendo que Guillermo del Toro la llevase a la gran pantalla. El director mexicano ya había dejado caer un guiño a A.I.D.P. en Blade 2 (Scud lleva una camiseta con su símbolo), pero sería con Hellboy (2004) y Hellboy: El ejército dorado (Hellboy: The Golden Army, 2008) donde los antihéroes de Dark Horse cruzarían la gran pantalla, trayendo más fama y reconocimiento aún a la ahora franquicia.
El director jugaría con diversos elementos de los cómics, cambiando algunas cosas, combinando otras, inventando elementos… Sea como sea, la huella de Guillermo del Toro hizo que Dark Horse pudiera impulsar aún más el universo del demonio.
Más allá de Hellboy
Tiempo después, en los cómics, las aventuras de Hellboy fueron independizando al personaje principal del resto de sus compañeros, convirtiéndolo en un héroe digno de fantasía épica más que en un miembro de la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal o A.I.D.P. (Bureau for Paranormal Research and Defense o B.P.R.D.).
Por eso, Mike Mignola junto a varios dibujantes y escritores decidió hacer un experimento: separar a Hellboy de la Agencia que luchaba contra monstruos y contarnos qué ocurría con ese grupo a través de Abe Sapien. Primero fue con historias cortas, luego se atrevieron a algo más: un spin-off, pero ¿valdría la pena?
No es la primera vez que una serie se pierde a la hora de crear obras con sus secundarios. ¿Podían otros sin ser Hellboy sostener varias miniseries sin que hiciera acto de aparición el protagonista de la original?
Enfrentarse al apocalipsis
El anfibio Abe lideraría el equipo formado por la chica con el poder sobre el fuego Liz Sherman, el médium sin cuerpo Johann Krauss y la criatura Roger. A.I.D.P. se encargaría desde entonces a enfrentarse a otra serie de amenazas, desde bestias venidas del interior de la tierra a fantasmas de brujas pasando por una plaga de ranas que traería algo muy oscuro y, con ello: el origen de Abe.
Con el paso de los volúmenes (o ciclos), Abe acabaría abandonando también el grupo (y tendría serie propia), pero se añadirían nuevos personajes como Daimio, Kate, Roger… Y los temas evolucionarían: de la aventura pulp deudora de Hellboy a una atmósfera más oscura, lovecraftiana, que, tras la partida de Abe, evolucionaría hacia un drama bélico posapocalíptico.
Expandiendo las sombras Mike Mignola, junto a varios creadores -tanto guionistas como dibujantes (Guy Davis, Rya Sook, Geoff Johns, Caaron Stewart, Michael Avon Oeming, Laurence Campbell, Peter Snejbjerg, Tyler Crook…)- exploraron el universo de Hellboy desde otra perspectiva. De este modo, sin duda, nos han entregado una historia que se embarca más en otros géneros, sin olvidar el horror.
El amplio espectro
La historia de la agencia daba pie a poder contar historias tanto en el pasado como en el presente. En ellas, se podían enfrentar a toda clase de monstruos. Así no debía ser solo la historia de Hellboy y su camino, sino que se creaba una amenaza de mayor envergadura por otro frente al igual que se concebían pequeñas historias del pasado como las protagonizadas por Bogavante Johnson o el ciclo sobre los vampiros.
Este cambio de registro en comparación con Hellboy es bueno por incluir no solo originalidad sino también incluso cautivar a otro tipo lector, pues no es extraño que haya incluso alguno que prefiera este «derivado» al original, embarcado en sus propias odiseas. Es más, un lector que nunca ha leído las aventuras de Hellboy, podría llegar a disfrutar de A.I.D.P.
Imaginativo spin-off
Todo ello a partir del consabido grupo pulp que nos recuerda a otros mitiquísimos equipos como La Liga de los Hombres Extraordinarios de Alan Moore y Kevin O´Neill o el spin-off de Doctor Who: Torchwood. Sin embargo, la sombra de Hellboy es alargada, para bien y para mal. Por ejemplo, da gusto que se recuerde a Hellboy en algunos números, pero es excesivo a veces cuando se le añora tanto y sin venir demasiado a cuento.
Pero en definitiva, guiños que no suponen lo peor comparado con una historia menos redonda o donde la solución puede ser más fácil de lo esperado y poco sorprendente. No obstante, A.I.D.P. tiene la capacidad de entregarte una aventura nueva e imaginativa en cada capítulo y embarcarte en un mundo nuevo que el lector aprecia gratamente. Eso, por tanto en una época como la actual, con tal abundancia de pobreza cultural, es de lo más destacable.
Parte de los héroes (o antihéroes) de los cómics de Hellboy. Fuente. |
Antihéroes
Estas virtudes quedan ejemplificadas en historias como el arranque de Las Tierras Huecas (donde se nos cuenta cómo se reúne de nuevo el equipo tras la marcha de Hellboy), la corta pero preciosista El alma de Venecia (hay cierto capítulo de Doctor Who que parece inspirado por este), la épica lovecraftiana de Una plaga de ranas (las conspiraciones y criaturas abismales sirven para revelar quién es en realidad el héroe de esta historia) o el apocalipsis de El demonio que conoces.
Seguramente, entre lo mejor está la inclusión del imaginativo personaje de Johann Krauss, ese vidente que perdió su cuerpo y yace como un alma dentro de una carcasa que nos recuerda a una especie de robot. No es extraño que con esta carta de presentación, Guillermo del Toro lo tomase de estas páginas para llevarlo a la segunda película que rodó sobre nuestro antihéroe rojizo.
Conclusiones
En cuanto a la edición de Norma editorial, incluye un formato bastante cuidado con introducciones, textos como material extra y una serie de dibujos y bocetos que no están nada mal para el lector empedernido más curioso. A.I.D.P., en su volumen primero, se muestra como un compendio prometedor de las virtudes de Mignola y sus acólitos.
Los lectores lo disfrutarán (pulp, horror, fantasía…) mientras pasan miedo o se quedan fascinados con la estética y la fuerza de la entretenida propuesta que se completa con un segundo volumen. Horror e imaginación, en resumen. De eso va todo ¿no?
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