Killjoys, make some noise!
Cuánto
cuesta decirles adiós a los buenos amigos…
Uno de los miembros de My Chemical Romance dijo una vez que eran una de esas bandas que te salvaría la vida.
Por eso, significaba tanto para gente como yo. Y ayer, resulta que la banda se
separa tras doce años dándonos lo mejor de lo mejor, un mensaje sincero sobre
rock que no terminaba vendiéndose al mejor postor como otros.
No nos
cogía desprevenidos esta noticia, pero eso no la hace menos amarga…
Conocí
a My Chemical Romance en 2007, cuando ya habían sacado varios de sus discos y
una chorrada de una amiga de la época adornado de un “me gustaría tener una
chaqueta como la de Gerard Way en el videoclip de Welcome to the Black Parade”
me hicieron escucharlos por primera vez. ¡Y qué primera vez! Desde luego, no
fue la última.
Como
sabréis muchos que seguís este blog, 2007, 2008 y 2009 fueron grandes años para
mí porque empecé a forjar la persona que soy ahora y, en parte, fue a la música
que me pasaban unas amigas de aquella época. Entre ellos, My Chemical Romance.
Cuando
eres un adolescente, hay cierto tipo de música que te suena a prohibida, como
esa chica guapa que luce la tira de su sujetador negro (como diría Stephen
King) o como ir corriendo por un callejón oscuro. Marilyn Manson lo fue para
mí. Nirvana lo fue para mí. Evanescense lo fue para mí. My Chemical Romance lo
fue para mí… Pero con los años, Manson ha terminado convirtiéndose para mí en
un señor que es una autoparodia, siempre he tenido la duda de si
Nirvana se hubiera convertido en una auténtica leyenda sin la muerte de Cobain,
Evanescence deberían haberse separado antes del último disco… Pero My Chemical
Romance siempre fueron grandes para mí.
Desde
2007 hasta ahora entregándonos canciones pegadizas, buenas letras, música con
fuerza… Y ahora la química parece que se ha terminado.
Recuerdo
la idea de querer escribir una historia que fuese un musical y representase
todas aquellas locas que bullían por la mente de aquel suicida en potencia que
era entonces. Y recuerdo haberles conocido en la misma época en la que me
encantaba el cine de terror, los vampiros, Harry Potter, Sweeney Todd y todo eso… Y
de ahí, nació La Historia de la que tantas veces os he hablado. Hay docenas de
canciones de My Chemical Romance en esas más de 3000 páginas, el protagonista
tenía el rostro de Way y todas esas cosas. Justamente me pongo a reescribirla
cuando se separan. Soy un aguafiestas (¿o un killjoy?).
Ellos
supieron adaptarse, nosotros tendremos que aprender a adaptarnos también.
Y eso que en 2010 cambiaron muchas cosas para mí y muchos de mis gustos también. Todos cambiamos, eso es bueno. Mientras que hay grupos de otra época que los dejé de lado y cuyo mensaje me aburría, My Chemical Romance transformó también su mensaje y pasó de esa eterna venganza y oscuridad con los que tanto me identifiqué cuando estuve perdido, a ese mensaje de fuerza y esperanza que suponía Danger Days y que representaba lo que he querido ser desde entonces. Por algo, es la música que suena en mi móvil cuando alguien me llama o el fondo de mi ordenador.
Por
suerte, My Chemical Romance fue de esos grupos que pocas veces tuve que
defender. No se vendían a las primeras de cambio a modas como Crepúsculo, no
vivían de las rentas del pasado, no se comportaban como gilipollas… E incluso
me sorprendían para bien al saber la historia de Gerard Way, ese marginado que
dibujaba cómics y trabajaba de becario en DC comics cuando ocurrió el 11-S y
quiso montar una banda de rock. Way, ese tipo que parece un torbellino como el
diablo de Tazmania, y que igual formaba parte de la banda sonora de una
película genial basada en un cómic extraordinario como era Watchmen o cogía con
Gabriel Bá y te hacía uno de los mejores cómics de los últimos tiempos: The
Umbrella Academy. Luego, resultaba que adoraba a Queen, que era de Nueva Jersey
como tantos artistas, que se llevaba genial con Kevin Smith, que aparecía Grant Morrison en uno de sus videoclips, que su grupo se ganaba una etiqueta en este blog…
En
el fondo, si eras como yo, podíais sentirte identificado con un tío así. Y
antes de comparare con tipos que van de imbéciles o con mamarrachas que se
balancean tartamudeantes, prefería compararme con ese chaval que disfrazaba a
su bebé de Batman.
My
Chemical Romance me acompañó en cada historia que escribí o viví, en cada
relato, en el anuncio de segundo de carrera, en el corto de tercero, me enseñó
que había que vivir la vida sin tener miedo a caminar solo, que siempre había
que luchar por hacer algo nuevo. Me entregaron una banda sonora para mi vida y eso es fabuloso en un mundo tan feo.
I brought you my bullets, you brought me love, Three cheers for a sweet
revenge, The Black Parade y Danger Days: The True Lives of the Fabulous
Killjoys (del que escribí incluso un fan fic). Hasta
hace unas semanas, nos llegaban noticias de un quinto álbum que ahora parece
que nunca aparecerá (si no contamos Conventional Weapons, el compendio de canciones
descartadas por las que muchos grupos
matarían por tener en sus CDs oficiales). Muchos de ellos me los bajé,
pero eran tan condenadamente buenos que he comprado cada uno de ellos (Danger
Days ni me lo llegué a bajar, me lo compré porque adoro a este grupo). No he
hecho esto con ningún otro grupo, véase eso de críticas de discos en El Antro que nunca cuajó...
My
Chemical Romance fue uno de esos grupos que escuchas tanto y van tan ligados a
tu vida que significan mucho para ti y forman parte de la banda sonora de tu
vida. Gracias a esos amigos que me lo descubrieron, gracias a Els por hablarme
tanto de ellos y escucharlos tantos y con la misma pasión que yo.
Es
duro decir adiós a los amigos, sobre todo a los buenos. Por eso, más que decir
adiós a My Chemical Romance habría que decirles “hasta luego” y esperar todo lo
mejor para cada uno de sus miembros, pasados o hasta la fecha, que consiguieron
dar algo de buena música a gente como yo.
Hay
futuro para ellos. Son buenos músicos. Han hecho grandes cosas. Ray Toro
supongo que siempre tendrá esa melenaca a lo actor secundario Bob y seguirá tocando tan bien. Supongo que
a Frank Iero se le irá algún día ese eterno mosqueo. Me imagino que Mickey Way
estará ya haciendo alguna nueva canción. Y sobre Gerard Way, ya prepara un
nuevo cómic y siempre está liado grabando nuevas cosas o charlando con gente
como Neil Gaiman.
Así
que con este texto que mezcla nostalgia y muchas cosas parecidas, solo puedo
hacer una cosa y es darle las gracias a Gerard Way y My Chemical Romance por
habernos salvado la vida a tantos y habernos entregado tantos buenísimos
momentos.
¡Siempre
seréis los mejores!
So long and good night!
Wow! Cuando me levanté el domingo con esta noticia tuve sentimientos encontrados, que tú has sabido plasmar a la perfección. A mí también me los descubrieron allá por el 2004, fijate si ha llovido.
ResponderEliminarUn gran post de reconocimiento, caballero!
Hola, Cris
EliminarYo me sorprendí sintiendo que no me ponía triste. Hace tiempo que se veía venir, pero no me parece un final. Admiro el trabajo de todos, pero sobre todo el de Gerard Way que no me lo veo dejando ni el mundo del cómic ni el mundo de la música.
Siempre queda esperanza y como ellos han dicho, no morirán, la idea pervive =)
Muchas gracias, Cris, un saludo.
A día de hoy MCR no es más que un recuerdo en mi cabeza, pero en su momento fueron muy importantes para mí y me ayudaron mucho. Es triste que una banda tan buena se separe, pero así es la vida... le deseo lo mejor a cada uno de sus miembros, sobre todo al gran G. Way.
ResponderEliminarHola, Alejandra
EliminarPara mí seguían ahí, pero estoy de acuerdo en lo que dices: fue una de esas bandas que nos salvaron la vida, que sirvieron para comunicar lo que pensábamos o sentíamos o como queríamos ser... ¡Y vaya, lo que queremos comunicar, pensar y sentir también ahora!
Como tú, les deseo lo mejor, sobre todo a ese dibujante de cómics de Jersey :P
Muchas gracias por tu comentario, un saludo.