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Hay gente a la que beber alcohol no le sienta bien. Luego, estaba ella a la que no le sentaba mal, sino, francamente, peor.
Era la fiesta de Navidad. La alta sociedad se reunía en un gran salón con un fastuoso decorado, con grandes adornos y un enorme árbol que en realidad era una cosa bastante pobre, pero que costaba muy caro, lo llaman: decoración navideña de diseño, piensan algunos. La idea de reunir a todos aquellos ricachones era poner un precio carísimo por todo aquello para dárselo a los pobres. Si descontabas todos los gastos, en total se les iba a enviar las migajas mientras los ricos limpiaban sus conciencias “haciendo algo bueno”.
Ahora, había incluso un espectáculo, pero éste era gratis.
Todos los asistentes sólo podían verla a ella, armando un follón que no se olvidaría en muchísimo tiempo y que sería siempre un tema recurrente a la hora de sacarle el cuero a otra persona a la que criticar.
Ella se quitó los tacones, subió a la mesa y dio patadas a todo lo que había en ella: un pavo asado, las copas de champagne, las servilletas con forma de piruleta navideña, le siguió subirse la falda del vestido e intentar bailar el can-can. No le hizo falta ponerse a gritar para llamar la atención, porque ella era una mujer con clase y no se pondría a chillar como una barriobajera. Prefería bailar el can-can.
A eso le siguió las miradas consternadas de todos los que estaban allí. Varias veces ella estuvo a punto de caer, pero consiguió mantener el equilibrio de forma digna de recordarse. Entonces, fue cuando empezó su mensaje especial de Navidad:
— ¡Hola, asquerositos! Lo siento por esto, pero… Todo es culpa de él, ¿saben? ¡La culpa es toda de mi marido! ¿Saben? Siempre quiere ser el maldito centro de atención. ¡Es un asqueroso engreído! Él me ha convertido en esto… ¿Saben? Ya ni siquiera me quiere…, soy un estorbo para él, me trata como una inútil, como una enferma… ¡Y yo no soy una maldita enferma! ¿Saben? Oh, me estoy…
Eso fue lo que dijo antes de caer al suelo, tras marease. Afortunadamente para ella, los camareros con sus gorros de Papá Noel ya estaban preparados para agarrarla y la llevaron a su habitación para que descansase.
El marido llegó en ese momento y fingió consternación.
Lo que realmente sentía era rabia por no haber sido él el centro de atención.
Pero ahora con su mujer inconsciente por la bebida, fuera del escenario y él presente, lo era.
Hizo todo lo que pudo para no sonreír.
Se me acaba de borrar el comentario que iba a escribirte u_u...
ResponderEliminarDecía que el egoismo es parte de todos nosotros, mientras no llegue a estar tan marcado como el de este hombre, no lo considero malo del todo. Por algo tiene que moverse el mundo... y algunas formas de egoismo consisten en hacer felices a los demás para sentirnos bien nosotros. Es un poco retorcido, pero es lo que hay.
En fin, en cuanto a mi correo, yo no sé si te lo di mal o algo, pero lo vuelvo a poner, porque no me llega nada :S
wolfs_rain_90@hotmail.es (recalco el .es, que debo de ser la única del mundo que acaba así, porque siempre me lo ponen mal xD)
Para una persona que encuentro que escribe rfrecuentemente y le gusta leer y no hay manera de intercambiar textos porque internet se pone farruco, leñe ¬_¬
Hola, Misery.
ResponderEliminarLo siento muchísimo. No me gusta que los comentarios se borren, aunque a mí me pasó hace un rato. Es asqueroso, pero es algo por lo que poco puede hacer. Es el señor Google quien me tiene que ayudar en este aspecto... Vale, después de desvariar, vayamos al grano xD
Sí, es algo retorcido, pero creo que se puede confundir con generosidad y si hace bien... El nacimiento de un sentimiento malo, ¿podría resultar bueno? Lo que me parece mal es la gente que queda anulada por su ego y de esas, creo que todos conocemos al menos una.
En cuanto a tu correo, no sé si anteriormente me lo habías dado .com No estoy seguro. Voy a probar con esto, a ver si de una vez funciona esto jeje Muchas gracias
El abismo del destino nos separa xD
Muchas gracias por tu comentario.