Los Soprano ya lo hicieron antes: Barry vs Christopher

Barry y Los Soprano
Es inevitable ver cómo Los Soprano sigue hoy influenciando a las series.

Una de las grandes preguntas a las que hago frente cuando intento escribir una historia es: ¿ya se ha hecho esto antes? Y debo decir (a ver si me convenzo a mí mismo de una vez) que es una cuestión bastante estéril. Muchas historias se repiten, formando tropos o clichés, pero lo que no se repite es nuestra voz, nuestra forma de sentir y ver el mundo. Eso es lo que hace que una historia funcione en la Edad Media o en el siglo XXI.

Barry: el asesino actor

Hace poco, comencé a ver la serie Barry, una de las mejores ficciones de HBO de los últimos años. Aunque no sea excesivamente popular, la obra protagonizada y cocreada por Bill Hader ha conseguido varias nominaciones a los Emmy y los Globos de Oro.

Narra la historia de un sicario que, por vicisitudes del destino, acaba metido en un taller de actuación y decide dejar atrás su vida de asesinatos para convertirse en actor.

La serie mezcla comedia negra y tragedia bajo el formato de una falsa sitcom. Sí, en ocasiones te reirás, pero la mayoría de las veces será por hechos muy oscuros, y, en otras, te verás desolado por ese protagonista que intenta escapar de su destino y no lo consigue.

A lo que debemos añadir ingentes cantidades de lenguaje meta: actores interpretando a actores, historias que hablan de la causalidad y la causalidad, un actor protagonista famoso por ser actor cómico…

crítica-barry-hbo
Barry busca una forma de escapar de su vida como sicario… y la encuentra cuando decide ser actor.

Christopher: el sicario actor

Si bien, mientras la veía pensaba en lo original que era su premisa y entendí que de ahí provenía su éxito, coincidió con que en ese momento me vi el quinto episodio de la segunda temporada de Los Soprano.

En la serie de David Chase (en el capítulo titulado Las chicas grandes no lloran), entre los dimes y diretes de Tony y su banda (con la nueva incorporación de Furio, el asesino de la mafia italiana), hay una subtrama protagonizada por Christopher Moltisanti, el gran personaje encarnado por Michael Imperioli.

¿Quién es Christopher?

Christopher es el joven que quiere ganarse su puesto en la organización mafiosa de los Soprano. Aunque lo llaman «sobrino», en realidad es primo de Tony. El personaje encarnado por James Gandolfini (Tony, por si hay algún despistado) es lo más parecido que Christopher tiene a un padre… y eso que Tony, incluso con sus hijos, está muy lejos de ser un buen padre.

No obstante, son los equívocos y aciertos de Christopher los que hacen que empaticemos con él: un drogadicto violento, un juguete roto, que es utilizado en multitud de ocasiones como sicario, ya sea para dar palizas o cargarse a gente. Y parece que no puede huir de esa fachada que interpreta en cada momento el propio personaje, no el actor que le da vida.

Share on X

El guion de Christopher

Ya en la primera temporada, supimos que Christopher intentaba escribir un guion sobre la mafia… sin éxito. El problema estaba en los arcos de personajes; Christopher creía tener uno, cuando en realidad, el que lo tenía era el que pensaba que no, el personaje de Paulie. Interesantísimo cómo Chase y su equipo juegan con la metanarrativa: hablar de narrativa a través de ella.

Y ahí sigue Christopher, entre raya y raya, intentando vivir o escribir mientras pasan los capítulos, mientras pasa la vida.

Christopher-los-soprano
Christopher toma una decisión sobre su guion y su vida al final del episodio.

Cuando caen las máscaras

Su novia, Adriana, en la segunda temporada, decide regalarle unas sesiones de un taller de actuación para conseguir que sus personajes «sientan» y así Christopher pueda salir de su bloqueo.

A regañadientes, Christopher acepta y, aunque se resiste a interpretar a personajes que no tengan nada que ver con él (sus personajes son más del estilo de Goodfellas –Uno de los nuestros– de Scorsese), encuentra en esos talleres una vía de liberación… hasta que comprende, mientras interpreta una escena de Rebelde sin causa, que la figura ausente de su padre (que murió cuando él era un crío) es lo que lo ha convertido en lo que es.

Y así, un capítulo que parece a simple vista menor, se revela como uno de los más interesantes de la serie que el escritor Alan Moore definió como la mejor que había visto venida de Estados Unidos desde Twin Peaks.

La actuación para Christopher y Barry

Y de nuevo hallamos la dicotomía en una idea común: la del asesino reconvertido a actor. Un buen asesino, quita vidas; un buen actor, da vida a los personajes o, quizá, en una extraña sinergia, es al revés.

Mientras que Barry encuentra en la actuación un modo de encontrarse a sí mismo y escapar de su antigua vida, Christopher de Los Soprano emprende el camino contrario: cuando se encuentra a sí mismo, decide escapar de cualquier posibilidad de seguir adelante.

Y lo más interesante es que aunque pensemos que Barry es una serie moderna e innovadora (y es muy buena), en el fondo, lo que están haciendo, ya lo hicieron Los Soprano (casi veinte años atrás) en un solo capítulo. Es lo que tiene ser la obra maestra de las series televisivas y de la ficción en general.

Suscríbete y recibirás una guía de dónde empezar con las grandes obras del género fantástico

Consentimiento *

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.

¡Muchas gracias por tu comentario!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Sobre el blog

Los textos pertenecen a Carlos J. Eguren salvo cita expresa de los autores (frases de libros, comentarios de artistas...), siempre identificados en el post. El diseño de la imagen de portada pertenece a Elsbeth Silsby.

Si deseas compartir un texto, ponte en contacto con nosotros para hablarlo. Si quieres citar un fragmento, incluye la autoría.

Muchas gracias.

Carlos J. Eguren. Con la tecnología de Blogger.