Reseña de «Spiderlight» de Adrian Tchaikovsky
«Tengo una tarea que puede ser más ardua que morir. Te daré parte de mi sabiduría y de mi comprensión, y entonces tendrás que marcharte. Debes dejar el bosque e ir al ancho mundo, ir con estos hombres donde ellos te digan. Este es su precio, para que nadie más sufra por el fuego, la luz y las garras. ¿Lo harás por mí?»
Spiderlight de Adrian Tchaikovsky ha sido una de las novelas de fantasía que más he disfrutado en los últimos meses. Aunque me llamó la atención desde su publicación en nuestro país, allá por 2019, no fue hasta el Celsius 2022 cuando tuve la oportunidad de empezar a leerla.
En la entrevista que le hice al autor inglés durante el festival, pudimos hablar de la fantasía y de lo que hizo J. R. R. Tolkien. Hay elementos comunes en ambos, como la fascinación por las arañas. Tolkien las utilizaba como fuente del mal (debido a una picadura que sufrió en su niñez), Tchaikovsky las utiliza para hablar de cómo asumimos que los arácnidos son seres horripilantes solo por ser distinto a nosotros. Esta no es una idea baladí, sino que es la que seguramente resume el espíritu de Spiderlight.
Una historia sobre la fantasía
Spiderlight cuenta la historia de un grupo de variopintos héroes de diferentes estamentos (otra vez), que tiene como misión enfrentarse al Señor Oscuro Darvezian (sí, otra vez). Dicha comunidad la forma una sacerdotisa, Dion, quien lidera la banda, el hechicero con complejo de mad doctor Penthos, la guerrera Cyrelle, el caballero Harathes y el ladronzuelo bribón Leaf (sí, típico del rol). ¿Y qué más? Ah, sí, por supuesto, ellos tienen que cumplir con una profecía (claro que sí) y atravesar las tierras oscuras (¿cómo no?).
¿Parece tópico? Lo es, pero pronto Adrian Tchaikovsky utiliza estas bases para desmoronarlas. Por ejemplo, la novela comienza narrada desde el punto de vista de Nth, una araña que vive en un bosque oscuro. Para cumplir la profecía, Dion necesita el colmillo de la Madre de las Arañas y también descubrir el camino de la araña para llegar al Señor Oscuro. Para evitar la destrucción, la Madre entrega su colmillo y también a uno de sus hijos, Nth, para que viaje con los héroes.
Para que no destaque en demasía la araña, el hechicero Penthos la transforma en… ¿humana? Más bien una aberración (aunque para el hechicero está bastante bien), y Enth (como es llamada por sus compañeros -que no «amigos»-) debe enfrentarse al odio de los que le rodean y un mundo que no entiende, a la vez que continúa su travesía para ¿salvar el mundo?
¿Qué fue de los orcos?
Durante la charla con Tchaikovsky, hablamos de la idea de qué habría sido de los orcos tras la Guerra del Anillo. Me comentó que Tolkien nunca estaba satisfecho consigo mismo. Por eso se preguntaba cuál era el papel de los orcos en la creación de su mundo.
La fantasía que copió a Tolkien tomó a los orcos (o como se les quiera llamar) y los convirtió en una raza maléfica que había que exterminar por ser diferente. Esto en un mundo real, marcado por el genocidio mediante la deshumanización, tiene unos ecos muy perturbadores.
Con Spiderlight, Tchaikovsky nos habla de Enth, ese hombre araña deforme. Acaba siendo mejor que muchos de los miembros de la banda. Estos héroes, lejos de ser impolutos, deben comprender su papel en un mundo donde el Bien y el Mal con mayúsculas quizá no sean tan buenos ni tan malos.
El escritor de la todavía inédita en nuestro país Shadows of the apt, utiliza a la araña, una criatura tan temida y odiada, para hablar de la humanidad del género o la falta de esta. No es algo extraño, Kafka también utilizó a una criatura para hablar de ello en La metamorfosis. Esta reflexión sirve para revalorar los mimbres del género.
«—¿Por qué me siento así? —preguntó el hombre arácnido—. Por qué nada querría sentir esta… Ni siquiera tengo palabras para lo que es.
—Culpa, remordimiento, empatía —dijo Lief, con cansancio—. Ya eres más humano que Harathes.
—Deja… —El guerrero apretó los dientes—. Deja de ponerte de su lado.
—Pero todo estamos del lado de la Luz, ¿no lo sabías? —Lief le dedicó una dulce sonrisa—. No importa lo que hagamos».
La desmitificación
Lejos de una falsa épica, el autor opta por la amargura. Lo que en otras obras sería heroico, como el largo viaje o la incursión en la Torre Oscura, aquí es desmitificador, casi ridículo, como ver a los antihéroes de Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons.
Es así cómo Tchaikovsky defiende la capa de grises que yace en toda historia de fantasía. Donde otras obras, consideradas dragonadas, se confirmarían con una partida de rol novelada, Tchaikovsky se pregunta cuestiones como: ¿qué pasa si el ladrón es mejor persona que el caballero? ¿Qué ocurre si la Iglesia de la Luz es una panda de fanáticos? ¿Qué sucede con los hechiceros con complejo de dios? ¿Qué es lo que viene a continuación cuando alguien se convierte en Señor Oscuro?
Deconstruyendo la aventura
A lo largo de sus trescientas páginas, Tchaikovsky nos narra una entretenida aventura acompañada con buenas dosis de humor y sarcasmo. Sin llegar al grado de Terry Pratchett, no obstante, Tchaikovsky nos regala algunas grandes ironías a lo largo de la trama. Además, destaca en la creación de diálogos y a la hora de dibujar a los personajes y sus arcos e evolución.
Sin embargo, no me hubiera importado que el libro durase cien páginas más. Sobre esto último, comentar que la obra es autoconclusiva, con lo que no tenemos que embarcarnos en otra saga inabarcable (¿no es este otro cliché de la fantasía?).
Uno de los secretos de la obra es cómo replantea a los personajes típicos de una partida de Dragones y Mazmorras. Enth es una criatura obligada a ser humana, Leaf guarda sus propios secretos, el caballero Harathes tiene un lado oscuro, la guerrera Cyrelle está cansada de ser tratada como un objeto, el hechicero Penthos está cada vez más alejado de ser humano (si es que alguna vez lo fue), la sacerdotisa Dion tiene dudas…
Cada personaje sirve para desmitificar o deconstruir el rol que se la ha otorgado y es uno de los grandes puntos de la obra: te crees a cada uno de ellos, más allá de servir también de base para la deconstrucción propuesta por Tchaikovsky.
Para los amantes del género, además, hay un subtexto. Existe un juego metarreferencial que le sienta bastante bien a la novela. A lo largo de esta, podemos ver guiños a otros clásicos del género, como es el caso de El Señor de los Anillos. Es inevitable no pensar en Ella-Laraña al conocer a la Madre o a las arañas del Bosque Negro al leer el inicio de la novela. Tchaikovsky le guarda cariño al profesor, pero no a sus imitadores más vacuos.
Profundizar en la fantasía
Tchaikovsky somete a la fantasía a un proceso de deconstrucción: piensa de nuevos en los clichés que damos ya por hechos: ¿cómo viven los habitantes de las tierras oscuras? ¿Por qué una gran torre con una puerta donde podría entrar un dragón? ¿Qué sienten las hordas del mal?
Lejos de un aire cruel, se percibe que el autor todavía siente cariño por el género, pero eso no quiere decir que sea incapaz de criticarlo y hacernos valorar de nuevo la idea de que este género puede ser mucho más que un copia y pega.
Agregaría cuatro temas que me parecen interesantes de Spiderlight:
1. La reflexión de la fe a través del personaje de la sacerdotisa Dion.
¿Qué pasa cuando una creyente empieza a dudar sobre lo que es la Luz? ¿Y si la Iglesia de este mundo fuese tan corrupta como lo han sido otras organizaciones religiosas? ¿Es el Mal, con mayúsculas, realmente malo?
2. El debate de Cyrene.
Aunque comienza siendo un personaje que puede resultar odioso, tiene una evolución muy interesante y honesta. Es una mujer guerrera que se dedica a luchar contra monstruos para no acabar quedándose en el puesto reservado a la mujer: ama de casa. Eso hace que otros guerreros piensen que es alguien de quien se pueden aprovechar. Su debate consigo misma es uno de los más interesantes de la obra.
3. El no ser parte de nada de Enth.
Nuestro arácnido protagonista es transformado en un humano horripilante que, dado su aspecto, jamás será aceptado como humano, pero es que él mismo tampoco desea serlo: aborrece a las personas. Sin embargo, las arañas también lo rechazarán, pues ya no es una de ellas. Esa sensación de desarraigo está muy bien establecida por Tchaikovsky cuando Enth se encuentra con otras arañas.
4. Los debates éticos sobre las barreras que les ponemos a las personas.
En cierto punto, el mago Penthos coloca unas ataduras morales en Enth. No puede atacar a ninguno de los compañeros y siempre tiene que cumplir sus órdenes. Esto lleva a que el personaje no sea realmente libre en ningún momento, incluso cuando demuestra tener más moral que muchos de los protagonistas. ¿Es ético colocar esas barreras en otro ser vivo?
«¿Y qué pasa? No es una persona. Es una cosa, un animal si me apuras, un monstruo, una criatura toca por la Oscuridad. Nos pertenece para darle uso o destruirlo si lo consideramos adecuado. Soy un hombre, un hijo de la Luz. Es mi derecho destruir esta abominación si resultar ser una amenaza para mí o para cualquier otro ser humano. No tiene derecho a la vida».
Las consecuencias de salvar el mundo
En su tercio final, Spiderlight se vuelve más reflexiva e incluso, amarga. Si bien al principio tenía un tono aventurero más desenfadado (y nunca lo llega a abandonar del todo), sí que se aprecian más pasajes introspectivos donde Enth debe decidir sobre aquello en lo que se ha convertido.
Además, tenemos segmentos como la entrada en las cavernas de las arañas que marcan el camino al Señor Oscuro. En ese punto, Enth debe tomar una decisión sobre su naturaleza. ¿Está con los humanos o con las arañas? Él ya no pertenece a ninguno de los mundos.
Otro aspecto que considero interesante es que muchas veces en los videojuegos o las partidas de rol aniquilamos a monstruos sin pensar en las consecuencias. Hay una parte donde los personajes se dan cuenta de lo que provocan sus actos. En ese segmento, encuentran las crías muertas de la caverna plagada de arañas donde habían entrado. Con una llamarada no solo han matado a los adultos, sino también a las crías. Donde otras «dragonadas» irían con prisa, aquí nos fijamos en el precio, en las consecuencias.
A su vez, hay un poso de tristeza en la obra. Los personajes se dan cuenta de que, en realidad, su cruzada es ridícula. Las historias épicas son mentiras atroces. La realidad es bochornosa, es cruel. Liquidar orcos, cadavéricos o arañas es llevar a cabo un acto atroz. Y no hay nada heroico en ello y más cuando el Señor Oscuro solo es una sombra de nosotros mismos.
«—Eran de la Oscuridad —dijo.
—No puedes saber qué significa eso. […]
—Sé lo que significa —declaró Enth—. Los míos son la Oscuridad. Pueden ser masacrados por los Hombres. Los cadavéricos son de la Oscuridad. Pueden ser masacrados por los Hombres. Quizá amigo Lief está triste de que mueran, pero es muy difícil no matarles: son asesinados. Eran siervos del Señor Oscuro. Tienen que morir.
—Íbamos a perdonarlos, porque nos han ayudado. […]
—¿Ayudado? —repitió Enth con la voz perdida.
—Nos dijeron dónde estaba Darvezian.
—¿Si los cadávericos os lo hubiera dicho, habrán salvado sus vidas? —Un estremecimiento comenzaba a crecer en la criatura—. No —dijo—. No. Es porque estos son Hombres. Hombres Oscuros. Hombres malvados. Pero Hombres. Por eso los salváis».
Conclusiones sobre Spiderlight
La idea principal de Spiderlight es aceptar al diferente, una idea que cada vez es más importante en un mundo donde los viejos odios resurgen. Las descripciones sin ser abundantes son acertadas para transmitir las emociones de unos personajes que, aunque forman un grupo, están terriblemente solos. El narrador, además, da voz a todos los personajes, pero sobre todo a aquellos que no suelen tenerla en estos relatos y así destaca el mensaje principal.
A su vez, Spiderlight conjuga muy bien un espíritu irónico que impregna toda la primera parte y que, por hacer un símil cinematográfico, podría recordarnos al James Gunn de Guardianes de la Galaxia, para en el último tercio, más oscuro, tratar sobre lo que significa la fantasía y los clichés que damos por hecho en el género.
Para terminar de tejer ya esta telaraña, afirmar que Spiderlight es una novela con la que Tchaikovsky desmitifica los clichés más rancios del género fantástico para poder erigir sobre él todo lo que podamos imaginar, acaso ¿no va de eso la fantasía? Debería.
«Te estás valiendo del Señor Oscuro para meterte dentro de mis bragas».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes comentar mediante nick, anónimamente o con tu cuenta de correo o similar. No almacenamos ninguna información.
¡Muchas gracias por tu comentario!