Cuando en los años ’60, Stan Lee y Steve Ditko crearon a Spider-Man, la idea básica era concebir a un superhéroe adolescente con el que el lector de tebeos se pudiera identificar. ¡Y vaya si lo consiguieron! Desde entonces, el Trepamuros ha crecido, vivido varias encarnaciones y sigue siendo uno de los personajes más populares del cómic.
Cuando en 2013 se creó a Kamala Khan, la nueva Ms. Marvel, se buscó precisamente lo mismo: una superheroína que pudiese retratar una nueva perspectiva de lo que significa ser un superhéroe adolescente y atípico en nuestra época. Ahora, en 2022, hemos tenido su serie. Y ha merecido la pena.
Ms. Marvel abraza todo el entusiasmo de los cómics sobre jóvenes superhéroes que tanto nos hacían soñar cuando éramos adolescentes. Aquí la traslación ha funcionado gracias a la contagiosa energía de la que hace gala. Puede que esté lejos de ser una obra maestra, pero sí que siente cariño hacia el poder de estas historias, que, aunque muchas veces contadas, no son tan sencillas de narrar (o narrar bien).
Los orígenes de Ms. Marvel
La serie nos relata las andanzas de una adolescente musulmana que vive en Nueva Jersey. Es una grandísima amante de Los Vengadores, sobre todo de la Capitana Marvel. Un día, recibe un brazalete que perteneció a su bisabuela. A partir de entonces, descubre que tiene poderes y ese sueño hecho realidad la impulsa a convertirse en una superheroína, a la vez que tiene que descubrir quiénes son los misteriosos Clandestinos y qué secretos oculta su legado.
Si bien la premisa suena ha conocida, no por ello es menos entretenida. Es como el estribillo de tu canción favorita: te encanta que llegue, lo cantas a la perfección y te sigue pareciendo genial. Eso me ha ocurrido con Ms. Marvel: he vuelto a sentir el entusiasmo de las historias adolescentes de Spider-Man, de aquellos cómics de superhéroes donde un chaval descubre su poder… y me ha maravillado cómo ha quedado reflejado en la serie, recuperando cuestiones que quedaban relegadas como el entrenamiento del superhéroe o la reacción de la gente de a pie ante el superhéroe que tan bien plasmó Sam Raimi en su primer Spider-Man.
#MsMarvel se entrega al entusiasmo de los cómics y ese entusiasmo es contagioso. Share on XSi algo rezuma Ms. Marvel es cariño por el personaje y por los cómics. Como en Into the Spider-Verse o Scott Pilgrim, se utilizan viñetas, carteles, onomatopeyas… Y aunque puede que se olvide un poco de ello a la mitad, siempre es un gusto que se recuperen estos originales detalles que le aportan más dinamismo a cómo se cuenta la historia.
A nivel de adaptación, se ha cambiado su origen inhumano, pero se ha señalado otro muy interesante y que será explorado en futuras entregas. De todos modos, la fidelidad tampoco es una cuestión por la que se daba condenar a un personaje si la serie funciona y, para mí, lo hace.
Las raíces de Ms. Marvel
Los mayores problemas de Ms. Marvel quizá tienen que ver con unos villanos, los Clandestinos, que poco tienen que ver con su contrapartida de los cómics. Por suerte, este tema sirve para presentarnos más del origen de Kamala, sus secundarios como Nakia, Red Dagger, Bruno, Kamran, Zoe… y su familia (con un capítulo de paradojas temporales que, aunque a muchos ha molestado, yo como buen fan de Doctor Who he disfrutado).
Lo que más destaco de la serie es el inmenso corazón que posee gracias a la propia Kamala, pero también a sus secundarios. En los cómics de superhéroes, los secundarios suelen engrandecer al superhéroe, pero también aportan subtramas fundamentales para el protagonista.
Otro aspecto que me ha resultado interesante es cómo la serie explora las raíces de Kamala. Se nos presenta a la comunidad musulmana de Nueva York y también temas históricos como la Partición. Además, escapa de algunos clichés sobre cómo se presentan a estas culturas. De esta manera, más personas pueden identificarse con esta historia y otros podemos aprender a partir de ellas. Solo diré que me he sorprendido al ver una boda de dos personajes musulmanes en la ficción; si te sorprende algo tan baladí, es que no está representado. Aquello que no se muestra en la ficción, no existe y si alguien se molesta por ello, tiene miles de obras que no tratan sobre el tema (aunque más le valdría reflexionar sobre el tema)
El futuro de Ms. Marvel
Que quede claro al espectador que si busca un superhéroe oscuro, atormentado y edgy tiene otras propuestas como The Boys. Ms. Marvel no va de eso, va del lado más esperanzador, juvenil y entretenido del superhéroe, donde te emocionas con las andanzas de su protagonista.
Ms. Marvel parece clave para el futuro de la cuarta fase de Marvel en la gran pantalla. Como curiosidad, comienza a adaptar cuestiones tan evidentes de los cómics como la identidad secreta o cómo la gente de a pie se toma a los superhéroes. Son elementos comunes en los cómics, pero que, desde el «yo soy Iron Man» pronunciado por Tony Stark al final de su película, habían quedado en un segundo lugar. Puede que sea una vertiente a explorar muy interesante en futuros proyectos.
Otro aspecto positivo está en la música. Sobre la banda sonora, como todo el tema cultural del que hace gala, es interesante la versión orquestal de Laura Karpman, pero también los temas musicales como los dignos de Bollywood que se agregan en algunos coloridos segmentos.
Un aspecto mejorable son algunos efectos especiales, que seguramente se cambiarán en Marvels, la película que unirá a la Capitana Marvel, a Monica Rambeau y a Kamala, y que gracias a las adiciones que se han ido haciendo, tiene pinta de ser entretenida cuanto menos.
Y es que Ms. Marvel tiene futuro, mucho futuro.
Necesitamos historias de superhéroes con corazón. En esta época marcada por innumerables crisis, necesitamos héroes que nos recuerden que todavía queda esperanza. Quizá ese, y no enfrentarse a amenazas mayores que el mundo mismo, sea el gran acto superheroico. Ms. Marvel defiende todo eso.
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